El chef Sergio García quiere que sus vecinos de Coslada prueben nuevos sabores: “Fuera de la M-30 también se cocina”
Después de trabajar en Londres, Ibiza y Madrid, el cocinero abrió el restaurante Muyummy en la localidad madrileña: “Acerco a la gente de mi barrio la gastronomía a la que solo accede un determinado público”. En su carta, platos con influencias tailandesas, chinas y latinoamericanas
A Sergio García la cocina le ha salvado en varias ocasiones. Desde 2019 es el dueño del restaurante madrileño Muyummy (calle Virgen de la Cabeza, 26, Coslada), pero su historia con los fogones comenzó cuando tenía 10 años. “Cuando volvía de la escuela, mi madre me dejaba la comida a medio preparar para que yo terminara cada plato como quisiera y así tomarlo recién hecho”, cuenta. “Después, cuando fui más mayor y me iba con mis amigos de vacaciones, cocinaba para todos y me trataban como un rey”, recuerda. Su madre insistió en que estudiara cocina, pero se decantó por una FP de carrocería, que dejó al año; se hizo voluntario de Protección Civil y entró en una fábrica donde, además de su trabajo en una cadena de montaje de camiones, sacaba tiempo para cocinar a sus compañeros. “Tenían un infiernillo y la primera semana un señor me enseñó a hacer gachas. En una ocasión me llamaron la atención porque olía a paella desde el otro rincón de la nave. Lógico, estaba haciendo un kilo y medio de gambones”, recuerda riendo. “Mi motivación era cocinar, así que mientras trabajaba en la fábrica comencé a estudiar en el Hotel Escuela de la Comunidad de Madrid”.
Su vida dio un giro radical cuando falleció su madre y arrestaron a sus amigos. “Yo tenía 23 años, hubo una operación policial y se llevaron a todos mis amigos a la cárcel. En ese momento me cambió el chip y me resguardé en la cocina. Fue mi escudo. Me ponía el delantal y me sentía un guerrero. Dejé mi trabajo en la fábrica y me volqué en la que sigue siendo mi profesión”, cuenta García. Hizo sus prácticas con Joaquín Felipe en el madrileño Aspen, voló a Londres con Marcos Morán para incorporarse a su restaurante Hispania, pasó por el peruano Ceviche de la capital británica y regresó a España como jefe de partida caliente de BiBo de Dani García. “También estuve mes y medio trabajando en El Chiringuito de Es Cavallet, en Ibiza, y viviendo en una tienda de campaña”. Entonces recibió una oferta para llevar el restaurante La Verónica, en el barrio de Las Letras, y se quedó en Madrid. “Allí daba de comer a gente como [el también chef] Ramón Freixa y yo flipaba”, recuerda.
Con la inquietud por bandera, cuando un amigo le propuso ir a trabajar a un yate-casino en Gibraltar no se lo pensó. Pero antes de hacer las maletas, pasó por su barrio de Coslada y tuvo un flechazo: “Vi un local que me gustaba mucho y me puse a pensar un proyecto para montar mi restaurante”. Ahí surgió el actual Muyummy. “Yo vivía con mi hermana y mi cuñado, en casa no había ningún contrato y ningún banco me daba dinero. Un amigo experto en contabilidad de hostelería me ayudó a hacer el plan de empresa y conseguí una ayuda de la Obra Social de La Caixa”, explica. En 2019 abrió. “Comenzamos sin platos, solo con unos de cartón, porque no tenía para pagar a nadie que los lavara. Monté la cocina y la decoración con cosas de la chatarrería y empecé a hacer ruido. Había días que no venía nadie, pero hemos conseguido resistir. He traído a pinchar a gente como Chirie Vegas, una eminencia del rap en España, y la gente flipaba”, explica orgulloso.
“Fuera de la M-30 también se cocina”
Ubicado en El Barral, en el municipio de Coslada, y decorado con grafitis, Sergio García tenía claro que este era el lugar donde debía estar. “Quiero acercar a la gente de mi barrio la cocina que solo accede un determinado público, que no es el que vive aquí junto al Recinto Ferial. Elaboramos platos con influencias tailandesas, chinas y latinoamericanas con guisos muy nuestros y hacemos que la gente pruebe sabores que no han conocido en su vida. La respuesta ha sido increíble y los vecinos son quienes me dan de comer. Lo mío es una reivindicación de que fuera de la M-30 también se cocina”, añade.
En la carta de Muyummy destaca su plato del día por 9,50 euros y el miércoles ofrece un ramen de caldo de puchero que alimentan cada semana desde hace seis meses. “Muchos vienen a diario a por el plato del día y se van satisfechos. No preguntan qué tenemos porque se fían y lo variamos, pues cocino según lo que veo en el mercado. Después, algunos de estos platos se han quedado fijos”, explica.
Entre las elaboraciones que conforman la carta está la hamburguesa de kale frito con codillo glaseado con salsa de melocotón y copos de chile coreano, salsa chimichurri y patatas risoladas (14 euros); la milanesa de pollo marinada en kimuchi y empanada en panko, con queso feta, cacahuetes y cebollino (11,50 euros); o la tosta de pan brioche con panceta cocida en salmuera china (12,50 euros). “Para este último plato hacemos un fondo de costilla, patas y rabo de cerdo, reducimos, metemos un calimocho, ligamos con mantequilla y con eso glaseamos luego la panceta, que servimos con alioli de leche de ajo y buqué de aromáticas y cebolleta china”, describe.
En su propuesta también destacan las costillas señor Ping (12 euros), costillas de cerdo duroc terminadas en wok con una melaza de vinagre negro chino y chiles; o la lasaña coreana de añojo con alubias fermentadas (13 euros). Además, el chef cocina cada día gyozas con rellenos distintos. “Las he hecho de butifarra payesa con gambón, de jarrete de cerdo estofado con curri o de pierna de cordero, entre otras muchas cosas. Hago la compra a diario y hago guisos con lo que me llevo. Es la base de mi cocina. Trabajamos mucho al momento”, confiesa. También presume de sus croquetas de puerro con mojo picón (10 euros): “Hay gente que me dice que no ha probado un puerro en su vida y se las come de dos en dos. ¿Tú sabes la satisfacción que da eso?”. Entonces la sonrisa le ilumina el rostro y es fácil intuir al niño que con 10 años hacía pruebas en la cocina de sus padres para comer caliente y probar algo distinto cada día.
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