Casa Pei+, el ‘dumpling’ café que nació en una casa, alimentó a Huawei y ahora arrasa en Madrid

A Guiyue Pei le hubiera gustado estudiar diseño, pero llegó de China en Bachillerato, la nota de corte en Madrid era muy alta y su español no fluía como ahora. “Acabé siendo óptico optometrista. Pero no he parado de ir a museos, exposiciones e investigo mucho. Por eso, y porque no teníamos dinero para contratar un estudio de interiorismo, he decorado yo sola el local”, cuenta después de atender las mesas de Casa Pei+ (Espronceda, 34, Madrid. Tel.: 674 598 556), un coqueto negocio familiar de cocina china y coreana que ha abierto junto a sus padres hace un mes.

El concepto es inédito en la capital. “Es un dumpling café con la cocina abierta de 12h a 20h”, explica Pei. “Igual que en las cafeterías de especialidad ofrecen brunchs, nosotros hemos querido combinar el buen café con la cocina que mejor sabemos hacer: la que fusiona la china con la coreana”, cuenta.

Se llama Casa Pei+ hecho por mamá porque todo lo que se encuentra en su breve carta, excepto un par de detalles, lo elabora Junghwa Park, la madre de Pei. Las exquisitas salsas, el kimchi, las anchoas salteadas con salsa dulce picante, las sopas, las masas de los dumplings y sus rellenos salen de sus manos. “Lo único que no es nuestro son las masas de los wonton y los tallarines. Pero por falta de tiempo, porque en casa las hemos hecho siempre”, explica Pei.

Corea, China, Madrid

El negocio comenzó en el hogar madrileño de esta familia hace años. “Cuando llegamos a España, mi madre empezó a cocinar las recetas de mi abuela por nostalgia. Mis abuelos eran coreanos que se fueron a vivir a China y nuestra cocina es una mezcla de ambas culturas”, cuenta.

En sus inicios en Madrid compartían piso con una profesora de chino a la que le gustaba tanto lo que cocinaba la madre de Pei que empezó a hacer publicidad de sus platos. Así pasó de boca en boca hasta llegar a altos cargos de la empresa Huawei en la capital, que contrataron a Junghwa Park como cocinera personal en sus domicilios. “La mezcla de las dos gastronomías les gustó porque era algo diferente y mi madre trabajó en sus casas hasta que llegó el covid y se paró la actividad”, recuerda.

Entonces lo transformó en comida para llevar, creó un grupo de WhatsApp para poder centralizar los pedidos y llegó a tener más de 200 personas. “Cada semana cambiaba el menú. Hacía platos especiales como el bulgogi —plato de ternera típico de la gastronomía coreana— o los dumplings y los llevábamos a la puerta de las oficinas dos días por semana”, cuenta. Ahora, con el local recién inaugurado, han dejado de lado los pedidos. Quien quiera probar su carta ha de hacerlo en las mesas de este local blanco, de diseño minimalista, con una fachada abierta a la calle, decorado con jarrones traídos de Mallorca, flores frescas y algunas telas bordadas por Pei.

Una carta breve y eficaz

La carta se divide en cuatro apartados. Primero están los dumplings al vapor o a la plancha (a partir de 9 euros las 10 unidades). Después la ensalada de rollitos (12 euros) y los wonton fritos con salsa dulce picante (6,80 euros las 7 unidades) que son la especialidad de la casa. “El wonton frito es de China, pero la salsa que añadimos es una coreana que hacemos aquí”, asegura Pei.

También ofrecen dos tipos de sopa, la de dumplings de cerdo y col, kimchi o ternera (13,50 euros) que se puede compartir para probar más cosas, y los tallarines de sopa wanton (12,50 euros). Por último están los benchan —pequeños platos variados— como el kimchi clásico (3 euros), kimchi de cubitos de rábano (3 euros) y anchoas salteadas con salsa dulce picante (3 euros).

En los postres aún están trabajando para ofrecer dulces como su tradicional pastel de calabaza con relleno de azúcar. Pero por el momento tienen mochis y una tarta de queso payoyo de la cafetería La deseada (José Abascal, 53).

En las bebidas, además de cerveza y refrescos, sirven zumo de uva coreano y soju, un destilado de arroz coreano similar al sake. “Y por seguir con lo artesano, en las próximas semanas incluiremos algún vino natural”, cuenta Pei. Junto a la cocina, hay una pequeña nevera con tarros de anchoas salteadas y kimchi artesano que se pueden comprar a partir de 4,50 euros. “Hacemos el kimchi 100% vegano. En muchos lugares introducen salsa de pescado para fermentar, pero mi madre lo hace solo con col”, cuenta.

El precio medio es de 22 euros. Y en una ciudad como Madrid donde proliferan las franquicias, que se abran pequeños negocios familiares como Casa Pei+ con personalidad, artesanía y mezcla de diferentes culturas es para celebrarlo y acudir a disfrutarlo en compañía.