Más Madrid explota la crisis de Muface para defender su espacio electoral ante el PSOE de Óscar López

Más Madrid explota la crisis de Muface para diferenciarse del PSOE y para defender su espacio electoral ante el aterrizaje en la política regional de Óscar López, nuevo secretario autonómico de los socialistas y ministro encargado de buscar la fórmula para mantener este sistema de colaboración público-privada que permite a un millón de empleados públicos elegir cada año si quieren recibir atención sanitaria pública o privada. Con el liderazgo regional de la izquierda en juego, el partido de Manuela Bergerot se ha volcado en la polémica. Primero, defendiendo a través del Ministerio de Sanidad, que dirige su líder, Mónica García, que es “viable y deseable” integrar a los funcionarios en el sistema público. Segundo, solicitando la comparecencia de representantes de Adeslas y Asisa en la Asamblea de Madrid. Y tercero, atacando el lema electoral de López, Izquierda Valiente, por su decisión de estudiar fórmulas para compensar las pérdidas de las aseguradoras y por ampliar el plazo para que presenten ofertas.

“Plegarse a las aseguradoras a la primera de cambio no es valiente ni es útil para defender el derecho a la salud de los madrileños”, ha dicho este lunes la líder de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, en una apelación indirecta a López al invocar su lema con esa referencia a la valentía. “Si actúan así con las aseguradoras, no me quiero imaginar cómo actuarían con el lobby de las grandes constructoras”, ha añadido. Y ha defendido: “Para eso nació Más Madrid. Para hacer políticas diferentes. A Mónica García no le tiemblan las piernas con Muface, y a Más Madrid no le van a temblar las piernas con el lobby inmobiliario”.

En contraste, así ha defendido el papel del ministro el portavoz de los socialistas en la Asamblea, Jesús Celada: “Hemos tenido suerte de que la crisis haya llegado con Óscar López de ministro. Es una persona capacitada para resolverla. La acumulación de deuda a las mutualidades privadas en un hecho. Estamos en manos de Óscar López, y seguro que se va a resolver de manera satisfactoria”.

La situación se resume de esta manera, según una fuente de la confianza de López: “Nuestra prioridad es renovar el contrato y dar tranquilidad a los mutualistas. Hemos trabajado de manera intensa para encontrar una fórmula equilibrada. Ningún ánimo de polemizar [con Más Madrid]”.

El desembarco de López en la política madrileña, avalado directamente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llega en un momento extremadamente delicado para los dos partidos de izquierdas. Isabel Díaz Ayuso (PP) gobierna la Comunidad de Madrid con mayoría absoluta, y tiene aún hasta 2027 para ejecutar su programa electoral.

Más Madrid, que lidera la oposición con los mismos diputados que los socialistas, y apenas 5.000 votos más, sigue estremecido por el escándalo del caso Íñigo Errejón, su fundador, que dejó la política acusado de haber protagonizado presuntamente casos de acoso, y por la continuidad como diputada regional de quien fuera su jefa de gabinete, Loreto Arenillas, que se ha negado a dimitir tras ser señalada por la dirección de su propio partido de “minimizar” uno de los casos. Una acusación que la representante del partido siempre ha negado.

El PSOE, finalmente, sigue digiriendo la salida de su anterior secretario general, Juan Lobato, dimitido tras saberse que registró ante notario cómo había llegado hasta sus manos un email confidencial de la causa que afecta a la pareja de Díaz Ayuso, Alberto González Amador, investigado por la presunta comisión de dos delitos de fraude fiscal. Ese documento se lo hizo llegar un alto cargo de Moncloa, Pilar Sánchez Acera, cuando era directora de gabinete de López.

‘Izquierda Valiente’

En ese contexto, Más Madrid ha encontrado una doble oportunidad en la crisis de Muface. De un lado, le permite centrar la agenda política en la sanidad, uno de sus puntos fuertes. Del otro, le ayuda a intentar erosionar la figura de López, un político con una estrategia clara en Madrid: conseguir que el PSOE vuelva a liderar la izquierda, y rivalizar directamente con Ayuso, según explica una fuente conocedora de su análisis.

“Plegarse al chantaje de las aseguradoras privadas y sostener un sistema ineficaz, injusto y discriminatorio a costa del contribuyente casa mal con ser la “izquierda valiente”, escribió en sus redes sociales Emilio Delgado, uno de los diputados de referencia de Más Madrid en la Asamblea. “Si este es el cambio que propone Óscar López para Madrid, no va a tener que cambiar nada”, espetó. No fue un mensaje aislado, pues contó con el apoyo de Bergerot, en forma de retuiteo, y formó parte de una cadena más amplia.

“La izquierda valiente retorciendo la licitación hasta que contente a los señoritos”, criticó la diputada Marta Carmona sobre la decisión de ampliar el plazo para presentar ofertas. “Te tienes que reír”. Una línea argumental coincidente con la que mantuvo el también diputado de Más Madrid Hugo Martínez Abarca: “Vamos, una licitación a la carta. Óscar López se vino a Madrid definiéndose como “una izquierda valiente” y al primer chantaje de la sanidad privada se ha arrugado como un papelillo. En Madrid precisamente lo que se necesita es firmeza ante sus ataques”.

Así resume la situación una fuente conocedora de la estrategia del partido: “Nuestro electorado siempre va a premiarnos por defender nuestros principios y defender la sanidad pública, que es lo que estamos haciendo. Y cuantos más votos tenga Más Madrid, más posibilidades vamos a tener de ganar las elecciones de 2027 y darle la vuelta al gobierno de la Comunidad de Madrid”.

La fecha tope para la presentación de propuestas de cara a la nueva licitación de Muface acababa este lunes a las 11 de la mañana, hasta que el Gobierno la amplió. Era la tercera bola de partido que trataba de salvar el Ejecutivo. En la primera ocasión, el ministerio de Función Pública mejoró la retribución que perciben las compañías de seguros por ofrecer esta cobertura sanitaria a los funcionarios un 17% para el periodo 2025-2027, pero Adeslas, Asisa y DKV, que hasta entonces estaban participando en el convenio, descartaron acudir. La licitación quedó desierta. En una segunda ocasión, el Gobierno llegó a proponer una mejora del 33%, pero tanto Adeslas como DKV dijeron que no podían acudir. Ambas adujeron que han perdido mucho dinero con el convenio aún vigente, 2021-2024, y que, a pesar del esfuerzo presupuestario, con 1.000 millones más que el convenio anterior, no podrían salir de pérdidas. Y la tercera es la que se decide ahora en un doble terreno: el del tira y afloja con las aseguradoras y el de la política madrileña.