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Feijóo y Ayuso, la extraña pareja de conveniencia

Los dos líderes, con estilos muy distintos, y discrepancias puntuales, coprotagonizan este sábado un mitin contra la reforma del delito de sedición, y profundizan en su apuesta por retroalimentarse de cara a las elecciones de 2023

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este sábado en Madrid.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este sábado en Madrid.SERGIO PEREZ (EFE)

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se citan este sábado por quinta vez en tres meses. El encuentro, motivado por un mitin en contra de la reforma del delito de sedición, fotografía los delicados equilibrios internos que marcan el día a día del partido conservador. El liderazgo de Feijóo, tan alejado en forma y fondo del de Ayuso, está sometido a múltiples presiones. Rodeado de voces que le reclaman más dureza contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y apremiado siempre por la competencia de Vox, el presidente del PP encuentra en Ayuso el ariete perfecto para contentar a los halcones conservadores. La líder madrileña, por su parte, logra distinguirse del resto de barones del PP gracias a sus actos con Feijóo. Una apuesta mutua por retroalimentarse ante las elecciones municipales, autonómicas y generales de 2023.

“Sin duda, se complementan”, opina Ángel Valencia, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga. “Después de los primeros meses de liderazgo, Feijóo parece lastrado por una cierta indefinición como líder”, observa. “Ayuso, a través de un conservadurismo con tintes populistas, le permite destacar en su imagen de líder moderado y centrado”, subraya. “Además, Ayuso le permite a Feijóo satisfacer a sus votantes más conservadores y neutralizar el atractivo electoral de Vox. De algún modo, Ayuso contribuye a que Feijóo sea quién él desea ser como líder, ese líder centrado y moderado”, añade sobre los contrastes que dejan los discursos de la pareja.

La primera vez que el líder del PP pisó el terreno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, un colaborador del político gallego resumió su voluntad de adaptarse a la baronesa, y tolerar su fama de verso suelto en el partido, con una frase cargada de realismo: ”Esto va de conseguir votos, y ella los trae”, dijo mientras se celebraba el Dos de Mayo, día de la región, en la Real Casa de Correos.

Esa comunión de intereses ha servido, por ahora, para sortear las discrepancias que han surgido en el camino. Las ha habido por el consentimiento paterno al aborto de menores mayores de 16 años. Por la negociación con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial. O por el decreto energético. En todos esos temas ha sido tan evidente la distancia entre los dos líderes como el esfuerzo de ambos por mostrarse cómplices en público.

En septiembre, sus equipos filtraron una foto de una cena íntima de Ayuso y Feijóo en una taberna de Madrid, Casa Maravillas. Unos días después, Feijóo se mostró categórico: “Que se diga de manera insistente que Isabel y yo somos muy distintos, acredita que tenemos algo que nos hace muy parecidos, que es que los dos ponemos muy nerviosos al gobierno de Sánchez”. Y este mismo sábado, Ayuso ha sacrificado una convención organizada desde hace semanas por el PP de Madrid, posponiéndola a enero, para centrar todos los esfuerzos del partido en el acto que la líder autonómica compartirá con Feijóo.

“Somos una orquesta”, justifica una fuente que cuenta con la confianza de la presidenta de Madrid. “Cada uno con su instrumento, pero tocando la misma partitura”.

Por su parte, en la dirección nacional reconocen que le interesa que Ayuso “esté fuerte” y que sus votantes elijan también la papeleta de Alberto Núñez Feijóo en las generales. Por eso, la decisión de la cúpula es no enfrentarse con Ayuso y aprovechar su tirón electoral en su propio beneficio. La dirección cree también que “el espacio del PP es amplio” y en él caben Ayuso, que llega a los electores más a la derecha, y Feijóo o Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente de Andalucía, como contrapesos más moderados. En Génova destacan que, por ejemplo, mientras Ayuso hacía unas declaraciones escépticas sobre el cambio climático, Moreno Bonilla estaba participando en la Cumbre del Clima apostando por una transición energética sostenible. Y esa coralidad de voces y posiciones ideológicas creen que les permite llegar a espacios electorales más amplios. Así, se huye de la interpretación de que en el partido no hay una hoja de ruta clara, ni disciplina para construir y defender un discurso compartido.

Manifestación de Vox

En el PP consideran también que Ayuso ayuda a “centrar” a Feijóo, porque al escorarse tanto le permite mostrarse en contraste como un perfil más moderado. El líder del PP hace un uso utilitarista de la relación entre ambos: cuando ella suelta alguna hipérbole o tiene algún conflicto de gestión, como el de las huelgas de sanidad en Madrid, o sus polémicas becas para familias que ganan más de 100.000 euros, se quita de en medio; pero, por otro lado, también aprovecha a Ayuso como azote de la izquierda para atraer posiciones de la derecha más dura.

De hecho, el acto de este sábado se celebra en un contexto muy determinado, y permite a Feijóo competir con Vox en la oposición a la reforma de la sedición, porque los ultras han convocado una manifestación en la madrileña plaza de Colón el domingo y no podían dejarles todo el espacio. Además, Feijóo se asocia al discurso duro de Ayuso mientras los halcones del PP le atizan por blando.

Un desgaste que se traduce a las encuestas, y que anima el acercamiento a la baronesa. A inicios de este mes, Feijóo empataba con Pedro Sánchez como la mejor opción para ser el presidente de España, según el barómetro de EL PAÍS y la Cadena SER. Sin embargo, ese sondeo ya observaba un desgaste en su figura: obtenía peores notas que en mayo en ocho de los 11 apartados por los que preguntaron los encuestadores, aunque el PP se mantuviera como ganador de unas posibles elecciones, aumentando su ventaja sobre el PSOE en medio punto.

¿Y qué gana Ayuso con todo esto? “Esto le posiciona por encima del resto de barones [del PP]”, apunta Gabriela Ortega, directora del grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Camilo José Cela, y consultora política, que añade que el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, es la otra pata del trío con el que el PP intentará ganar las próximas generales. “Buscar que uno lidere por encima de otro dividiría a sus votantes duros, y al público objetivo, que tendrían que elegir un modelo u otro de liderazgo. Lo vivimos con Rajoy y Aguirre durante muchos años de tensión”, añade, en referencia a que Ayuso no puede arriesgarse a protagonizar otra guerra civil en el PP, como la que ya personalizó en la etapa de Pablo Casado. Y advierte: “El liderazgo de Ayuso, no ahora, pero en un futuro, después de las elecciones nacionales 2023, puede hacer sombra a Feijóo”.

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