El PP fuerza una votación personal sobre la sedición para retratar a los diputados del PSOE
Gamarra relaciona esa cesión de Sánchez a ERC y “los herederos de ETA” “con el pago por los presupuestos y seguir en La Moncloa a cualquier precio”
El PP ha efectuado un movimiento político de última hora para forzar este jueves una votación por llamamiento personal de cada diputado en el pleno extraordinario que seguirá a la aprobación de los Presupuestos del Estado para 2023 y en el que se discutirá el primer paso para eliminar el delito de sedición tal y como figura actualmente en el Código Penal. El objetivo es “retratar” políticamente a todos los diputados del PSOE y buscar su división. La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha anunciado esa iniciativa para exigir “responsabilidades individuales” a cada parlamentario, con la intención de explotar esa posición ante la campaña electoral autonómica que se avecina. Gamarra ha considerado que la votación de la reforma de la sedición constituye “un pago” del presidente Pedro Sánchez a sus socios a cambio del apoyo en los Presupuestos y para “seguir en La Moncloa a cualquier precio”. La votación por llamamiento personal está prevista en el Reglamento del Parlamento y será de aplicación automática porque el PP cumple los requisitos para reclamarla.
En la semana clave de varias votaciones determinantes para el Gobierno en el Congreso, con la vista puesta especialmente en superar de nuevo la aprobación de los terceros Presupuestos Generales del Estado de esta legislatura apenas sin problemas, el PP ha activado al máximo la presión para intentar demostrar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está más atado que nunca a sus socios. Ellos son con los que Sánchez saca adelante, sin embargo, la mayor parte de las 163 iniciativas parlamentarias ratificadas en este complejo mandato. El Ejecutivo y el presidente que fue investido hace casi tres años por apenas dos votos de margen (167 frente a 165) logrará este jueves que su proyecto de cuentas públicas obtenga más que probablemente 189 síes frente a los 159 noes que conformarán la derecha y los separatistas de Junts y la CUP. Será la tercera vez que suceda y eso escuece particularmente en las filas del PP.
La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha optado este miércoles por intentar anticiparse algo a la realidad de ese escenario y ha relacionado, en una comparecencia especial en la sala del escritorio del Congreso, esa votación casi simultánea del jueves en el pleno de los Presupuestos y, luego, en el que sustituirá el delito de sedición por el de desórdenes públicos agravados, que podría beneficiar a políticos independentistas condenados o fugados por su participación en el proceso separatista en Cataluña. Gamarra ha repetido sin parar las palabras “pago” y “precio” como acusaciones al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ese ha sido el hilo conductor de toda su exposición, y ahí ha entrado casi todo.
Para la número dos del PP de Alberto Núñez Feijóo, la eliminación de la sedición del Código Penal “es el pago y el precio del sanchismo con la impunidad a los dirigentes de ERC que cometieron los delitos de sedición en Cataluña y a los herederos de ETA a cambio de ser presidente de España a cualquier precio”. Y ha confesado su finalidad: “Al borrar el delito de sedición quedarán retratados y deberán dar explicaciones a sus votantes”.
Gamarra ha anunciado así que el PP reclamará este miércoles a la Mesa del Congreso que la votación de ese punto este jueves en el pleno se haga por el método de llamamiento a cada diputado con la finalidad de reflejar “su responsabilidad individual” y para comprobar si se convierten en “cómplices de la entrega de un artículo del Código Penal” y de “la limitación del Estado de Derecho”. El PP sostiene que esa actuación de Sánchez y los parlamentarios del PSOE “es un engaño a los votantes socialistas” y persigue con esa votación individual ponerles en un brete, especialmente a los que proceden de territorios como Castilla-La Mancha o Aragón, en dónde sus líderes, Emiliano García-Page o Javier Lambán, se han manifestado pública y abiertamente contra esa medida.
La ministra y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, no ha tardado en salir a los pasillos del Congreso para censurar el comportamiento del PP “por su falta de sentido de Estado y por jugar permanente a la confrontación y división”, especialmente en el conflicto de Cataluña, con la meta de “rascar votos en otros territorios”. Alegría ha incidido en que la línea de trabajo del Gobierno y el PSOE continuará por la senda de “apostar por la convivencia” que ha mejorado la vida diaria en Cataluña.
El PP, en cualquier caso, logrará que este jueves la votación de la toma en consideración para sustituir la sedición por los desórdenes públicos agravados se produzca por llamamiento. El artículo 85.1 del Reglamento del Congreso así lo contempla para los grupos que dispongan de más del 20% de los diputados, como es el caso del PP, que tiene 88 de los 349 de la Cámara baja. Es una decisión automática. El artículo estipula: “La votación será pública por llamamiento o secreta cuando así lo exija este Reglamento o lo soliciten dos Grupos Parlamentarios o una quinta parte de los Diputados o de los miembros de la Comisión”.
“Rendición”
Gamarra ha llegado incluso a conectar todas esas críticas con la “rendición” y cesión por parte del Ejecutivo en sus negociaciones con EH Bildu de la transferencia de Tráfico a Navarra, como se hizo en su día con la Generalitat de Cataluña. La dirigente popular insistió en la idea de que EH Bildu son “los herederos de ETA” y ha recordado que la primera víctima de la banda terrorista fue hace 54 años José Antonio Pardines, un guardia civil. Hasta ha recalcado que 210 miembros del cuerpo armado “dieron la vida por España”. Miembros del Gobierno y del PSOE han salido en tromba, en los pasillos del Parlamento y hasta en la tribuna, como ha hecho Félix Bolaños para replicar al exdiputado de UPN, Carlos García Adanero, para rememorar que el Gobierno de José María Aznar ya negoció precisamente con Unión del Pueblo Navarro la cesión de esa competencia para Navarra y, en 1996, a la Generalitat de Cataluña tras el pacto del Majestic con el gobierno catalán que presidía Jordi Pujol. Gamarra ha recibido una pregunta al respecto, para que diferenciara ambos escenarios, pero no ha articulado una respuesta clara: “Es el PSOE el que ha entregado algo por lo que muchas personas han dado su vida y eso el PP nunca lo hizo. Pactar con Bildu y los herederos de ETA aquello que ETA estuvo exigiendo hay una grandísima diferencia”.
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