El estudio “pionero” contra el coronavirus que Madrid publicitó y luego no acabó de hacer
La Comunidad dejó de hacer test a profesores y alumnos antes de que acabara el pasado curso
Era un estudio “pionero” en España, con miles de tests de coronavirus a profesores y alumnos de todo tipo de colegios, distribuidos durante diferentes etapas a lo largo del año. Permitió que el Gobierno de la Comunidad de Madrid se apoyara en datos para asegurar en abril que la vuelta a las clases para el curso 2020-2021 había sido segura incluso en plena pandemia. ¿El problema? El estudio nunca se terminó. “Numerosos contratiempos”, apunta el Gobierno regional, impidieron que se volviera a hacer en junio, como estaba previsto, para así tener una fotografía completa de la evolución de la enfermedad en las aulas. Como el Ejecutivo publicitó los primeros resultados del trabajo en comunicados oficiales e intervenciones públicas, la oposición le acusa de haber hecho propaganda.
“La Comunidad de Madrid corrió mucho para publicitar los resultados de un estudio no terminado y no tanto para terminar dicho estudio”, lamenta Javier Padilla, el diputado de Más Madrid en la Asamblea que le preguntó al Ejecutivo de Díaz Ayuso por los resultados finales. “El estudio SEROCOL, como tantas cosas que estamos viendo durante la pandemia, sirve como elemento de propaganda, y si se queda a medias no es relevante porque su función no es la de generar conocimiento, sino la de generar algún titular que justifique las medidas que se toman”, opina. “Claro que las aulas pueden ser seguras, pero eso lo extraemos más de medidas como la disminución de ratios, que este año no ha realizado la Comunidad de Madrid, y no tanto de estudios inconclusos”, añade Padilla, en referencia a los 7.679 profesores de refuerzo que ha perdido la educación madrileña entre el curso 2020-2021 y el curso 2021-2022.
“[Cada oleada del estudio] te da la foto del momento, permite recabar el estado de la situación y poder tomar decisiones en ese momento”, contrapone un portavoz de la consejería de Sanidad, que defiende la utilidad de los datos que sí se recabaron, porque permitieron a las autoridades sanitarias conocer la situación de los colegios y actuar en consecuencia. “Ahora mismo no tiene sentido hacer otra oleada, por la vacunación de todos los profesores y de los alumnos de 12 a 16 años″, añade. “No se contempla retomarlo ahora porque no tiene sentido”.
Lo ocurrido con el estudio de Madrid no es excepcional, pero sí problemático. El epidemiólogo Fernando García, portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (Amasap), apunta a que hay un alto número de trabajos de este tipo que no llegan a completarse. Pero subraya: al no hacerlo, “no tienen validez científica y lo que se ha hecho no revierte en la sociedad, son una forma de dilapidar recursos”. “Ese dinero, ese tiempo y ese esfuerzo fallido se podría haber empleado en otros recursos más útiles para la población”, lamenta.
Desde febrero de 2020, la Comunidad de Madrid, como otras regiones, se vio obligada a tomar decisiones para frenar a un virus contra el que no había receta previa. Durante meses, la crisis sanitaria estuvo jalonada de anuncios del Ejecutivo regional sobre medidas para combatir la enfermedad que auparon a Díaz Ayuso como una figura de referencia en la política nacional. La creación del hospital de campaña del Ifema, o la construcción del Zendal, han sido usadas por los portavoces gubernamentales como casos de éxito. Pero no todas las decisiones del Gobierno llegaron a buen puerto.
Así, la presidenta de Madrid anunció la creación de un comité de expertos que luego apenas se reunió. También impulsó un centro de datos para tomar decisiones en vivo sobre la enfermedad, y los recursos necesarios para enfrentarla, que acabó dejando de funcionar en el formato que la presidenta dio a conocer en público. Se planteó este estudio sobre la presencia del coronavirus en las aulas no universitarias que nunca llegó a terminar. Y anunció otro, en las universitarias, del que nunca más se supo; preguntada este martes la Consejería de Sanidad sobre esta investigación, ha remitido a la Consejería de Educación, que pidió tiempo para ver qué había ocurrido porque entonces el actual equipo no tenía las competencias de ese ámbito.
Esto es lo que pasó con el estudio, y la situación de los colegios, paso a paso
25 de agosto de 2020. Tras seis meses de pandemia, la Comunidad de Madrid apuesta por una vuelta presencial a las aulas para el curso 2020-2021. Consciente de la gravedad del momento, Díaz Ayuso convoca una rueda de prensa en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno. Le acompaña el consejero de Educación, Enrique Ossorio, que dice: “Este estudio serológico con 42.000 pruebas [servirá] para saber la situación de la educación madrileña, no solo al inicio del curso, en el mes de septiembre, sino también su evolución”, detalla.
23 de septiembre de 2020. Dos semanas después del inicio de curso hay una escuela de Educación Infantil y 832 aulas cerradas —nunca se detalló a qué niveles educativos correspondían estos cierres o a qué zonas—, además de 13.856 alumnos haciendo cuarentena en sus casas (un 1,1% del total) y 12 brotes.
20 de noviembre de 2020. Llega el cierre del primer colegio, al completo, en la región. El Ayuntamiento Mataelpino explica en un comunicado que “ante la confirmación de varios casos positivos y el alarmante ascenso de los mismos en un periodo de escasas 72 horas, el CEIP Josefina Carabias cierra sus puertas por diez días”. En aquel mes, también hubo que cerrar una escuela infantil y un centro de educación especial.
27 de enero. El retorno a las clases tras las vacaciones de Navidad se retrasa una semana. En la segunda tras la vuelta, las clases confinadas aumentan un 175% respecto a la semana anterior. Entonces hay 357 y 12.051 alumnos en cuarentena.
4 de febrero de 2021. Ya en plena tercera ola, entre finales de enero y principios de febrero los alumnos que tienen que quedarse en casa se duplican en una semana, de 12.051 a 25.540, y hay 1.025 aulas cerradas (un 1,57% del total). El día en el que el Gobierno autonómico informa de que ya no había ningún centro cerrado, y de que se han reabierto los cuatro que lo habían estado hasta la semana anterior: dos colegios, una escuela infantil privada y una casa de niños.
1 de Abril de 2021. Todo marcha sobre ruedas con el estudio. Tanto, que la Comunidad de Madrid publica unos resultados preliminares del estudio, anunciando “que se completará en junio y conllevará en total un muestreo de 14.300 test, de los cuales 12.500 se realizarán en alumnos y 1.800 en profesores”.
9 de abril de 2021. El viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, y la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, dan cuenta de los resultados de la primera parte del estudio.
“Este estudio fue uno de los compromisos que adquirimos el año pasado”, recuerda Zapatero durante su comparecencia. “Hicimos dos cortes, uno en marzo y otro en junio”, subraya antes de dar los datos. “Las conclusiones fundamentales son que el entorno escolar es seguro, en cuanto al contagio de covid, porque los porcentajes de infección son similares o inferiores a los de la población general”, añade. E insiste: “El estudio continuará en el mes de junio con una segunda oleada”.
En aquel momento, todos los grupos etarios superaban el último umbral de riesgo según el semáforo del Ministerio, el muy alto, por encima de los 250 casos por cada 100.000 habitantes. Además, aquella semana había tres brotes activos con 11 casos asociados en centros educativos, y ese ámbito acumulaba 321 y 1.981 infecciones relacionadas, el tercero tras el social (383) y el laboral (378), según el boletín epidemiológico de esa fecha.
Septiembre de 2021. Tras los anuncios y las ruedas de prensa, que presentan a la Comunidad de Madrid como una región puntera en la lucha contra la enfermedad, el Ejecutivo regional tiene que admitir que nunca terminó el estudio. El corte de junio, que es el que daba la fotografía completa de cómo había evolucionado la enfermedad durante todo el curso, nunca se realizó.
“Se informa de que el estudio ha sufrido numerosos contratiempos tanto por la evolución de la pandemia como por el inicio de la campaña de vacunación”, se lee en una respuesta parlamentaria a la que accedió EL PAÍS. “Ambas situaciones, prioritarias siempre para este Gobierno, sin embargo, han motivado el retraso en el inicio de las diferentes fases del estudio”, se añade. “Como resultado de esos retrasos la última fase del estudio no ha podido realizarse por la finalización del curso escolar”.
Los resultados de la primera oleada
El estudio inacabado de la Comunidad de Madrid iba a tener una población diana de 12.500 alumnos y 1.800 profesores con un total de 14.300 test serológicos rápidos (menos sensibles que por ejemplo las pruebas ELISA, cuyos resultados se analizan en laboratorio, más complejas y fiables). Finalmente, al no concluirlo, las cifras fueron menores.
Se realizó en la primera fase a 2.188 alumnos de 35 nacionalidades diferentes (90% españoles) y un 7,5% presentaba alguna enfermedad crónica; además de a 523 profesores de ocho nacionalidades (el 98% españoles), el 20% eran fumadores, el 14,1% tenía alguna enfermedad crónica y el 24,6% había sido vacunado contra la gripe, según la información que dio la Consejería de Sanidad cuando presentó los resultados preliminares del estudio, el pasado 9 de abril.
Sobre los contactos con el virus que han tenido los alumnos y los profesores, “del total de alumnos encuestados, 596 (27,6%) refirieron contacto con algún caso de coronavirus, mientras que los contactos covid entre los profesores ha sido más frecuente, 241 casos (47,6%)”, explicaron en nota de prensa.
Respecto a los casos de coronavirus, 182 alumnos (8,3%) y 49 profesores (9,4%) se contagiaron de coronavirus. “En un 74,9% de los estudiantes y en un 68,2% de los docentes este diagnóstico se confirmó por prueba PCR o test de antígeno positiva”, detallaba el comunicado, en el que se añadía que “la segunda fase del estudio” finalizaría en junio.
En cuanto a la seropositividad, encontraron 89 alumnos y 58 profesores con prueba de anticuerpos positiva: "182 profesores (39,8%) ya habían recibido, al menos, una dosis de vacuna, y cinco de ellos (2,8%) dos dosis”.
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