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Isabel Coixet: “Admiro el temple de Sánchez para maniobrar. Hubiera sido un gran piloto de Fórmula 1, o una anguila”

La cineasta, que acaba de rodar ‘Un amor’, tiene sus filias y prevenciones pero sobre todo buen ojo para analizar estas elecciones

La directora de cine Isabel Coixet en enero en Madrid.
La directora de cine Isabel Coixet en enero en Madrid.Oscar Gonzalez (Oscar Gonzalez / Cordon Press)
Jesús Ruiz Mantilla

Isabel Coixet es una pionera. Ha marcado rumbo estético y ético con su cine, y es el referente de una nueva generación de directoras actuales. Su ojo superdotado sirve para desgranar esta campaña y observar a los personajes que la están protagonizando. Acaba de rodar Un amor, basada en la novela de Sara Mesa, y sí, tiene sus pasiones y sus prevenciones, pero sobre todo un sentido común y una sensibilidad artística y política más que desarrolladas.

Pregunta. Si usted fuera presidenta del Gobierno, ¿qué haría para que, como en su película, no empezara a nevar en Benidorm?

Respuesta. Para empezar, menos políticos en la política y más jefas de producción de películas en ella. Lo pienso muchas veces: la estructura de producción de una película funcionaría para organizar bien las cosas.

P. Parece que en la política polarizada las palabras sí que tienen vida secreta… No se escuchan más que trolas populistas.

R. Hay que escuchar más a Leonard Cohen o a Nina Simone o hasta a Kylie Minogue y menos a lo que corre por las redes que vaya usted a saber de dónde sale.

P. ¿Sabrán los de Vox que por mucho que se empeñen en censurar películas existió un señor que se llamaba Berlanga?

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R. Yo, si ellos llegan al poder, me imagino un campo de reeducación a lo Naranja mecánica pero con películas de Berlanga. Aunque del cafrerío también se sale.

P. ¿Cuál es ahora la película del independentismo?

R. Lost in La Mancha: segunda parte.

P. En la anterior, usted las pasó canutas, ¿sintió algo así como la estopa de los proscritos?

R. Como diría Camilo Sesto, que tristemente ya no está entre nosotros, tengo que contestar con una canción suya que es mi favorita: “Es mejor no decir nada, si no hay nada que decir”.

P. Acaba de rodar Un amor. Si fuera presidenta del Gobierno y tuviera que elegir uno, solo uno, ¿cuál sería?

R. Al perro de la película que es eso, un amor: se llama Flor, es intersex, y su personaje se llama Sieso.

P. Cosas que nunca te dije fue su primera película. No se prive desde aquí de soltarle algo a Pedro Sánchez.

R. Que admiro su temple para maniobrar, hubiera sido un gran piloto de Fórmula 1; o una anguila.

P. Y ahora a Feijóo…

R. Yo creo que a él lo que de verdad le gustaba era mandar en la Xunta. Hace mucho calor en Madrid, y las zamburiñas, como en O Grove, en ningún sitio.

P. A Abascal, mejor no, que sé lo que está pensando. Bueno, inténtelo.

R. Pues le diría esto: “Relájese, hombre, por Dios. Y no disfrute tanto metiendo miedo, que se nota mucho”.

P. ¿Remontará Yolanda Díaz la escaramuza en la izquierda previa a las elecciones?

R. Todo podría ser. A pesar de mi simpatía por Yolanda Díaz, me parece que la idea de la herencia universal es absolutamente nefasta. Si hay un colectivo al que esos 20.000 euros le pueden hacer más daño que bien es a los jóvenes. Ni el Estado ni el Gobierno pueden ser mamás o papás dadivosos. Alquileres controlados, acceso a educación de alto nivel, becas, apoyo a emprendedores, hay miles de cosas para darles a un empujón en la vida, pero, ¿cash…?

P. Para usted, que es una esteta, ¿cuál es la línea que en la película de una campaña separa el ridículo de lo admisible?

R. Sin duda, prohibir a Virginia Woolf.

P. ¿Cómo se explica la contradicción de que los ultras quieran ocupar en las instituciones la cultura para destruirla y el ministerio de Miquel Iceta apenas haya hecho más que usarla como florero?

R. Reconozcámoslo: los políticos del mundo entero —excepto los franceses, que la llevan en su ADN— nunca van a ser los defensores de la cultura. Lo único que necesitamos es que la respeten, aunque ni les vaya ni les venga. Pero Iceta a mí me gusta, me parece un político currante, lleno de sentido común… Y de eso no andamos tan sobrados.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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