Críticos pero fieles a la causa independentista
La familia Roig-Riera seguirá votando a las mismas siglas, pese a su desencanto tras el 1-O
Los Roig-Riera son de Arenys de Munt (Barcelona), el primer municipio que celebró, en 2009, una consulta sobre la independencia de Cataluña. Han pasado 12 años y en el pueblo el apoyo a los partidos independentistas no ha bajado del 70% en las tres últimas elecciones al Parlamento. Un voto muy superior al del conjunto de Cataluña, donde, sumando Junts, ERC y la CUP, nunca han llegado al 50%.
Las tres generaciones de la familia Roig-Riera se declaran “independentistas de siempre, de antes del procés”. Lo argumentan por motivos económicos, culturales o emocionales, y comparten el sentimiento de ser catalanes y no españoles. “Cataluña es un país que tiene su propia lengua, su cultura, rico y económicamente sostenible”, sintetiza Teresa Riera, de 54 años.
No tienen nada contra los españoles, aseguran al unísono, pero critican la actuación de las instituciones y partidos de ámbito estatal. “España ha fabricado muchos independentistas”, cree Santi Roig, de 45 años. “Los independentistas de toda la vida, de cuando éramos cuatro, sabemos que esto va para largo”, mantiene.
La familia no había participado antes en política, pero se sumó a la sucesión de Diadas masivas a partir de 2010. Años que vivieron como “históricos”, cuando el independentismo aseguraba que ”ho tenim a tocar” (”estamos a punto de tocarlo”), que era cuestión de poco tiempo. Relatan las emociones vividas el 1 de octubre, la declaración fallida de independencia, el encarcelamiento de los líderes, la sentencia y las protestas…
Unos son muy críticos con los líderes independentistas y con la división de los partidos, otros les defienden. Pero por duros que sean los reproches, todos siguen fieles al partido al que han votado siempre. No detallan a cuál.
“Yo me lo creía, tenía ilusión máxima, pero nos engañaron… Lo veo muy negro. Los políticos de aquí lo han hecho mal, y allá han reprimido. Y el miedo ha surtido efecto”, opina Teresa Riera. Pese al cóctel de sentimientos, votará al partido de siempre: “Porque mis ideas no han cambiado”.
La sobrina de Teresa y esposa de Santi es Anna Riera, de 42 años. Solo se altera cuando habla de los presos: “Me hierve la sangre al ver corruptos que no van a la cárcel”. “Los políticos catalanes están en la cárcel porque defendieron lo que el pueblo les pedimos”, dice Santi. Siente admiración por Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium Cultural. “Es la persona que nos puede guiar: íntegro y de ningún partido”. La pareja votará como siempre. “Si preguntas a votantes no independentistas, la mayoría también te dirá que vota siempre a los mismos”, convienen.
Los abuelos, Josep Roig, de 78 años, y Pepita Martori, de 73, acusan a los políticos de “querer la silla” y lamentan “la división de los de aquí, y lo mal que lo han hecho los de Madrid”. Les duele la actuación policial del 1-O. “Lo que hicieron no tiene nombre”, dice Josep. Preguntado por el futuro asegura: “No nos dejarán marchar, no soltarán a la gallina de los huevos de oro que es Cataluña”.
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