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Jordi Sargatal: “Tocar un poco La Ricarda para ampliar el aeropuerto no significa destruirla”

El ornitólogo y expresidente de parque natural dels Aiguamolls de l’Empordà aboga por crear otra zona húmeda alternativa para aves si se alarga la tercera pista

jordi sargatal
Jordi Sagartal, ornitólogo y especialista en humedales, el jueves en Castell Mar de Castello d'Empuries (Girona).MASSIMILIANO MINOCRI
Carlos Garfella

Llevar más de 50 años observando pájaros en todas las esquinas del planeta le da a Jordi Sargatal (Figueres, 65 años) sobrada autoridad como para que sus opiniones desde los bosques sean tomadas en cuenta en los despachos. Su victoria ambiental en 1978 contra la especulación urbanística en los Aiguamolls de l’Empordà (Girona) dio al ornitólogo un aura de leyenda ecologista. Ligar su vida a los pájaros le llevó también a ser presidente durante 14 años del mismo parque natural que logró consolidar (1984-1998). Fue también presidente de la Institución Catalana de Historia Natural entre 2000 y 2004 e impulsó otras reservas como los Aiguamolls del Clot de Galvany (Alicante). Es asimismo fundador de la editorial Lynx Edicions, sello que llena de aves las estanterías de hogares y colegios.

Desde que la polémica en 2021 por la ampliación de la tercera pista del aeropuerto del Prat llevara a que La Ricarda, hasta entonces una laguna desconocida por la mayoría de los catalanes, abriera las costuras entre Gobierno Central y catalán, Sargatal se ha posicionado por una solución “pragmática” con la que desencallar la ampliación. “Yo lo que defiendo es que tocar La Ricarda un poco no quiere decir destruirla”, defiende. El ornitólogo explica que durante los días previos al acuerdo de Presupuestos entre ERC y PSC tanto Salvador Illa (PSC) como Oriol Junqueras (ERC) le llamaron para pedirle consejo en la materia. “Les expliqué mi posición. Fueron receptivos con los conceptos que les transmití”, desvela. Finalmente, ambos partidos pactaron en los proyectos de Cuentas que el aeropuerto debía “ganar capacidad” y “modernizarse” tras el fracaso del proyecto en 2021 tras el veto del Govern de Pere Aragonès.

“El delta de Llobregat es una zona muy importante para la migración de aves, lo que pasa es que se podría optimizar mucho la gestión”, defiende. Sargatal cree que La Ricarda está muy mal a nivel ecológico: “No tiene flujo de agua de mar ni dulce en el interior”, asegura. “Creo que incluso [con la afectación de la pista] se podría mejorar ecológicamente y hacer que tuviera flujos de agua”, añade.

El ornitólogo admite que si la tercera pista finalmente afectara al humedal, eso supondría que los pájaros que ahora descansan de sus migraciones en él dejarían de hacerlo. Los halcones utilizados para evitar choques con los aviones los espantarían. “Ante eso lo que yo propongo es hacer otra zona húmeda más en el interior del delta, en la zona de Viladecans por ejemplo, para que las aves pudieran acudir ahí”. ¿Pero no se desorientarían? “Los pájaros son muy listos, si ven una laguna con otros pájaros acuden allí”, responde.

El movimiento ecologista que vertebró las protestas contra la ampliación en 2021 defiende que más allá del impacto sobre la laguna (en tamaño es incomparable con otros parajes como los Aiguamolls de l’Empordà), la lucha es contra un modelo de crecimiento constante en una zona ya de por sí muy afectada por el Puerto de Barcelona y otros proyectos urbanísticos. “Estoy de acuerdo en que no se puede ir creciendo cada año más. Lo encuentro absurdo. Creo que hay que optimizar lo que hay ahora, sobre todo los aeropuertos de Reus y Girona. Pero a mí lo que me molesta es que la opinión pública diga que por culpa de unos pájaros no podamos tener en Barcelona un aeropuerto como toca. También me molesta que vengan políticos de Madrid y Barcelona a quejarse de la posible afectación a La Ricarda cuando sitios como los Aiguamolls del Empordà, el delta del Ebro, o Doñana, mucho más importantes, están muy mal”, dice. “La Ricarda es importante, pero Doñana y el Mar Menor lo estamos matando”, añade.

Sobre si sería un mal precedente que la ampliación del aeropuerto pudiera saltarse la protección europea Red Natura 2000, Sargatal admite que sí, pero recuerda que “la directiva europea lo permite [saltarse la protección]”, si el interés público lo requiere, aunque hay que “justificarlo mucho y muy bien”. “Habría que hacerlo muy bien para que no se convirtiera en un argumento destructor para el futuro”, sintetiza. En cuanto a la última propuesta de hacer una pista de mar y evitar así la afectación en la laguna, Sargatal dice que “podría ser una solución muy buena y no supondrá un gran conflicto ambiental como el de la Ricarda”, pero este lleva aparejado un “elevado coste económico”. Su larga trayectoria negociadora, vertebrada en la lucha ambiental por los aiguamolls de l’Empordà, le ha enseñado a escuchar todas las propuestas. “Creo que cuando estás en una mesa de discusión, hay que buscar soluciones que puedan beneficiar a todas las partes”, dice.

Evocando la lucha en el Empordà, recuerda: “En esa ocasión no buscamos ninguna solución intermedia. Era incompatible. Para los aiguamolls nunca hubiera aceptado una cosa así. Pero sí que me gustaba entender la otra parte”. ¿El Jordi Sargatal de hace 40 años tendría la misma opinión que ahora respecto a la ampliación de El Prat? “Es evidente que la gente evoluciona, claro. Pero yo recuerdo que ya en ese momento fui mucho más pragmático y que ya había gente que me acusaba de que me había hecho amigos de los urbanizadores cuando yo solo escuchaba sus argumentos”, admite.

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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