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“La laguna de La Ricarda es insustituible”

El biólogo Joan Pino y el catedrático en ecología Narcís Prat defienden que la afectación al espacio natural por la ampliación del aeropuerto de Barcelona sería “irreparable”

Un avión sobrevuela la laguna de La Ricarda en su despegue.
Un avión sobrevuela la laguna de La Ricarda en su despegue.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
Carlos Garfella

La laguna de La Ricarda es insustituible y no se puede compensar”. Joan Pino, biólogo y director del Centro de Recerca Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), adscrito a la UAB; y el profesor emérito y catedrático de la Univesitat de Barcelona (UB) Narcís Prat coincidieron este miércoles en una visita para periodistas organizada por el Consorcio para la protección y Gestión de los espacios naturales del Delta de Llobregat, que la afectación de la ampliación de 500 metros de la tercera pista del aeropuerto de El Prat a la laguna de La Ricarda, un espacio protegido en la Red Natura 2000, sería “irreparable”.

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La visita fue autorizada por la familia Gomis-Bertrand y permitió acceder a un espacio natural cerrado al público pero donde se concentra una elevada biodiversidad a escasos 20 minutos del centro de Barcelona. La visita terminó en de la acristalada Casa Gomis, frente a la playa del Prat de Llobregat, también conocida como la casa de La Ricarda, y que en marzo fue declarado bien cultural de interés nacional en la categoría de monumento histórico por su arquitectura modernista.

En la visita, aparte de los científicos Joan Pino y Narcís Prat, también participaron la gerente del consorcio, María José Albadeljo; el arquitecto encargado de la conservación de la Casa Gomis y una de las propietarias del inmueble, Marita Gomis. Marita aseguró ayer que Aena no se ha puesto en contacto con la propiedad para informar sobre sus planes de ampliación y se quejó de desinformación.

La ampliación de El Prat, que lleva aparejada una inversión de 1.700 millones de euros y la previsible creación de más de 80.000 puestos de trabajo directos, según un estudio encargado por Aena a investigadores de la UB, supondría sin embargo “la desaparición de buena parte de este espacio”, según defendió ayer Joan Pino frente al embarcador de l’estany, la Maresma y la desembocadura de La Ricarda, tres de los puntos más destacables desde un punto de vista ambiental.

La ampliación tiene como objetivo impulsar las cifras de operaciones y de viajeros, y está impulsada por más de 200 entidades económicas y empresariales, que piden al Govern a posicionarse tras años de demandas. Aena afirma que, a cambio de cada hectárea ocupada por el alargamiento de la tercera pista del aeropuerto de Barcelona, la empresa pública compensará con 10 hectáreas más de áreas protegidas.

A Pino y Prat no les convence la idea y ayer defendieron que dicha compensación, aunque se hiciese, no podría sustituir nunca el espacio natural de pinares y de humedales habitado por 43 especies incluidas en la directiva de aves protegidas, orquídeas (hasta 23 tipos diferentes), peces y reptiles. “No es solo un estanque de patos”, reiteró Pino mientras varios airbus que despegaban de El Prat y ensordecían por segundos sus explicaciones sobre un ecosistema que en épocas de inmigración también cobija a flamencos llegados de África.

Los municipios de Viladecans, Gavà y Sant Boi, formaron la pasada semana una mesa de trabajo conjunta con la Asociación Empresarial del Baix Llobregat, el Instituto Agrícola y las cooperativas agrícolas de Viladecans y Gavà para “ser un interlocutor válido y competente para gestionar esta oportunidad única de implementar la ampliación del aeropuerto”.

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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