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La fórmula de los ecologistas para preservar terrenos vírgenes: placas solares en canteras, vertederos y edificios

La Red para una Transición Energética propone anteponer zonas ya antropizadas para los nuevos proyectos de energía solar en Cataluña

Placas fotovoltaicas sobre las instalaciones de Mercabarna.
Placas fotovoltaicas sobre las instalaciones de Mercabarna.MERCABARNA (MERCABARNA)
Dani Cordero

La consejera de Acció Climàtica de la Generalitat, Teresa Jordà, afirmó hace dos años que el auge de las plantas eólicas y fotovoltaicas en Cataluña acabaría ocupando el 2,5% de la superficie de Cataluña en 2050. Se refería a 80.000 hectáreas, de las que en torno a 3.000 se construirían en espacios ya antropizados. La Red de Entidades Catalanas para una Transición Energética Justa le ha reclamado este miércoles un esfuerzo adicional y aprovechar al máximo los espacios que ya están ocupados por edificios y otras fincas explotadas, ya sean antiguas canteras, vertederos o las propias autopistas, para impulsar la energía eólica y minieólica. Según sus cálculos preliminares, la comunidad cuenta con 33.861 hectáreas disponibles que podrían evitar que los huertos solares se instalaran sobre zonas vírgenes o de cultivos, tal y como relata el drama de Alcarràs.

Su idea no es nueva. El aprovechamiento de superficies ya ocupadas consta como prioritaria en la ley autonómica de Cambio Climático aprobada en 2019. El Departamento de Territorio elaboró un informe hace dos años en el que analizaba las tecnologías potenciales y su ubicación en espacios ya construidos. Incluso la recién creada operadora energética de la Generalitat prevé impulsar la generación eléctrica a través de placas fotovoltaicas en los tejados de sus edificios y en otras instalaciones públicas.

El Instituto Catalán de la Energía elaboró un estudio de potencial solar en Cataluña, en el que concluía que un 1,3% del suelo catalán (41.000 hectáreas) era apto para habilitar placas fotovoltaicas con una capacidad total de 47.000 megavatios (Mw). La mayor parte se la llevaban los grandes parques, con predominio de las comarcas de Lleida, mientras que Barcelona y el Vallès se convertía en el mejor emplazamiento para instalaciones más pequeñas, básicamente por su alta densidad de urbanización y los tejados de sus edificios. En el caso de las plataformas ecologistas, consideran que sus recomendaciones permitirían producir 29.878 gigavatios hora por año (GWh/A). Cataluña consume en torno a 46.000 GWh/año.

Pero el desarrollo previsto no ha acabado de producirse, también afectado por el gran retraso que acumula Cataluña en la implantación de energías renovables. La plataforma pide romper esa tendencia, pero aprovechando espacios ya ocupados. Y Fernando Prieto, del Observatorio de Sostenibilidad, y uno de los autores del informe que señala la disponibilidad de esas 33.861 hectáreas, ha llamado a iniciar un programa público “para tener un millón de tejados solares”. Sería una fórmula que apelaría al ciudadano, que podría implicar a las administraciones con subsidios y que, en caso de éxito, podría aflorar 25.000 hectáreas de placas fotovoltaicas. El problema es que se trata de una estrategia de goteo a través del autoconsumo y que previsiblemente tendría que ir acompañada de un refuerzo de las redes de transporte eléctrico de las ciudades.

Prieto ha señalado que su estudio es estimativo, por lo que la Generalitat tendría que hacer otro mucho más pormenorizado, un verdadero catálogo de zonas potenciales donde ubicar esos parques. Por ello, han reclamado una nueva moratoria que paralice la construcción de parques “para ver qué podemos hacer” y a partir de ahí retomar la promoción de la energía fotovoltaica pero con ubicaciones ya existentes. “Que la Administración haga un análisis detallado de dónde se pueda poner fotovoltaica y minieólica. Que se priorice en estos espacios y que, hasta que no se hagan, no se den autorizaciones a otros proyectos que cubren superficies de cultivos y bosques”, ha reclamado Montserrat Corberó, miembro de la Red de Entidades Catalanas para una Transición Energética Justa.

Han asumido, no obstante, que su propuesta tiene cuestiones difíciles de superar. Especialmente la necesidad de los grandes operadores de desarrollar y construir rápidamente y con los menores problemas para dar viabilidad a sus proyectos. “Se trata de conseguir el máximo dinero en el menor tiempo”, ha dicho Prieto en una rueda de prensa por videoconferencia.

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Precisamente, Andrea Vides, representante de la Xarxa per a la Soberania Energètica, ha llamado a utilizar espacios antropizados como fórmula para “evitar los monopolios de las grandes empresas, que continúan perpetuando paralelamente la explotación de los recursos fósiles”.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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