El gran error de Francesc de Dalmases, el “cuidador” de Laura Borràs
El escándalo desatado por la manera como el vicepresidente de Junts discutió con una periodista de TV-3 también golpea a su principal valedora
La hemeroteca es muy cruel. La de Twitter, aún peor. En marzo de 2019, el entonces ministro de Exteriores, Josep Borrell, ordenó detener la grabación de una entrevista con DW, alegando que el cuestionario tenía un sesgo independentista. El entrevistador se lo reprochó: “No estoy aquí para hacerle las preguntas que usted quiera, ministro”. La polémica en las redes estaba servida y un novel diputado de Junts per Catalunya en el Parlament, Francesc de Dalmases (Barcelona, 50 años), se sumó: “Es intolerable que [los socialistas] justifiquen la actitud de Borrell amenazando a un periodista e intentando condicionar el cuestionario de un profesional”, escribió en Twitter.
Si se cambia “Borrell” por “De Dalmases”, el mensaje encaja en la polémica mediático política de la semana en Cataluña. Se trata de un episodio con versiones completamente enfrentadas y donde los intereses partidistas son evidentes. Hace tres semanas, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, fue entrevistada en el programa Preguntes Freqüents (FAQS), de TV-3. La líder de Junts expresó en vivo su incomodidad por las preguntas sobre su situación judicial (está a las puertas de que se le abra juicio oral por prevaricación y falsedad). El malestar, según la dirección del programa, no se quedó ahí y, tras acabar la intervención, De Dalmases agarró del brazo a la subdirectora del programa, la encerró en un camerino junto al jefe de gabinete y el de prensa (la presidenta de la Cámara también estaba) y le abroncó por cómo se condujo el programa. El órgano rector de los medios públicos catalanes investiga internamente el caso, que calificó de grave. Borràs rompió el pasado viernes su silencio y cerró filas con su amigo: “Lo que yo he leído no lo he vivido”, afirmó en una entrevista en TVE. Un día antes, el jueves, el diputado había explicado en el Parlament que lo sucedido fue “una discusión encendida”.
El “ímpetu” y la “pasión” (como describen algunos compañeros de partido la actitud general de De Dalmases) o el “exceso de testosterona” o “gansterismo” (al que hacen referencia sus detractores, incluso más allá del incidente en FAQS) son intentos de definición del carácter del diputado, que ahora ha quedado en una situación muy crítica, tanto dentro del partido como en el Parlament. “Haría lo que fuera para defenderla [a Borràs] y lo que él cree que ella políticamente simboliza”, apunta un compañero de bancada. Ambos protagonizan una simbiosis particular sin la que sería imposible entender la meteórica carrera política de él y la actitud protectora de ella. Eso sí, “siempre va de cara”, ahondan sus defensores.
De Dalmases, separado poco después de llegar al Parlament y con dos hijos, aterrizó en la primera línea de la política al calor del procés, como Borràs. Inicialmente, el Gobierno de Carles Puigdemont lo fichó en diciembre de 2016 para que formara parte del Pacto Nacional por el Referéndum, un órgano que aglutinaba a entidades, partidos y asociaciones (estaban el Barça y los comunes, por ejemplo) a favor de que se celebrara esa votación. Su llegada allí, aceptan algunas voces que estaban en ese Govern, fue fortuita. Se buscaba a alguien del Centro Internacional Escarré para las Minorías Étnicas y Nacionales (CIEMEN), una entidad fundada en 1947 por el exmonje de Montserrat Aureli Argemí y, por descarte, la responsabilidad recayó en el entonces director de la revista Catalan International View y fundador de la ONG Acció Solidària IGMAN.
El editor de esa publicación era Víctor Terradellas, que fue director de relaciones internacionales de la extinta Convergència. Aunque De Dalmases hizo parte de su carrera con él, políticamente nunca estuvo en el círculo convergente. Ambos se verían involucrados en el supuesto desvío de subvenciones de la Diputación de Barcelona a entidades que comandaban, Catmon e IGMAN, pero hace un año el TSJC rechazó investigar al diputado. El gen político de De Dalmases es de una matriz distinta y comenzó a principios de los años 80 con La Crida a la Solidaritat en Defensa de la Llengua, la Cultura i la Nació Catalanes, donde coincidió con Jordi Sànchez, expresidente de la ANC, o el anticapitalista Carles Riera. La noche electoral de 2015, cuando Junts pel Sí ganó las elecciones, el entonces activista cenaba con la CUP.
Aún vive en la planta noble del edificio de la Dreta de l’Eixample de Barcelona donde su familia habita desde hace un siglo. Hay abolengo. En alguna rama de su árbol genealógico hay aristocracia: en el siglo XVIII, Pau Ignasi de Dalmases i Ros, el primer marqués de Vilallonga, fue el embajador de la causa de los Austrias ante la corte inglesa, en plena Guerra de Sucesión. Independentista hasta el tuétano y muy comprometido con la defensa del catalán, el diputado se graduó como educador social y se enfocó en la cooperación internacional, una apuesta que tuvo uno de sus momentos más importantes durante la guerra de los Balcanes. En la Barcelona olímpica, De Dalmases llenaba su furgoneta Volkswagen con material de ayuda y ponía rumbo a Bosnia.
Sin embargo, las críticas sobre las maneras del diputado también afloran en el mundo de la cooperación. Si se le negaban algunas subvenciones, dicen esas voces, recurría al “descrédito y cierta intimidación” de responsables y funcionarios. Con la llegada de Ada Colau al Consistorio barcelonés, IGMAN dejó de recibir ayudas directas, pero muchas otras entidades, también privadas, en su día dieron miles de euros para pagar diversos proyectos en México, Kosovo o Afganistán.
Pero más que su trabajo social y su independentismo de primera hora, lo que realmente impulsó su carrera política fueron las elecciones catalanas de 2017, convocadas en virtud del 155. De Dalmases se prestó, junto con el exdiputado Toni Morral o la secretaria de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula, para registrar una agrupación de electores, el último intento de cara a repetir una lista única del independentismo. Tras la negativa de ERC, el grueso de esos nombres terminaron siendo los llamados “independientes” con que Puigdemont creó Junts per Catalunya.
Y es ahí donde De Dalmases (que ocupó el número 16 en la lista) coincide y conecta con Borràs. Los suyos reconocen que desde el minuto uno fue clarísima “su entrega y proactividad” para la campaña. Una vez en el Parlament, los dos amigos, Quim Torra y Josep Costa compartieron despacho. Ese fue el embrión de la llamada war room, el sanedrín que asesoraba al expresident. Tras la inhabilitación de Torra, el diputado encadenó su futuro político a la líder del Parlament, a la que acompañó desde que comenzó la campaña de las primarias para elegir el candidato de Junts para las pasadas autonómicas de 2021 hasta asegurar que el aterrizaje de Borràs en la presidencia de la Cámara, vía pacto con ERC, estaba atado.
Borràs y la mayoría de su entorno cercano se jactan de no ser políticos y, hasta cierto punto, de no seguir sus lógicas. Y de ahí que lo sucedido en FAQS genere malestar en una parte de Junts. De Dalmases no tiene ningún cargo orgánico relacionado con la presidencia del Parlament. A la entrevista, un sábado al filo de la media noche, tampoco fue en condición de vicepresidente de su partido. Y aunque había un jefe de prensa y uno de gabinete, fue él quien buscó a la subdirectora del programa. Esa “entrega” le ha dado réditos: De Dalmases ha pasado de ser un gran desconocido en la política a ocupar una de las vicepresidencias del tercer partido más votado en Cataluña.
Gran admirador de Ryszard Kapuscinski, y con experiencia dirigiendo varias revistas en el tercer sector, De Dalmases confesó en una entrevista a Crític, en 2018, que creía mucho en el “periodismo intencional”, es decir, “que no se dedica solo a explicar la situación, sino que tiene la voluntad de transformar la realidad, de crear ciudadanía crítica”. Un rol que, ha repetido en muchas intervenciones, cree que los medios han abandonado y ahí inscribe lo que considera la persecución ideológica hacia Borràs y hacia él. Hace siete días, en Twitter, hablaba así de la presidenta: “Pocas cosas me parecen más necesarias e imprescindibles que cuidar y estar al lado de las personas sanas, sabias, honestas y que no doblan la rodilla. Qué privilegio hacerlo por ti”.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.