El vuelco histórico del PP en Huelva no bebió de Doñana

“Cuanto más hablaban de Doñana, más votos sabíamos que íbamos a tener. No era una cuestión de regantes o de ecologismo. Al final, la Andalucía rural, los agricultores, también han sentido que se atacaba su trabajo, que desde el Gobierno se atacaba a la Andalucía interior”. Un asesor del presidente de la Junta andaluza, Juan Manuel Moreno, explica así el histórico vuelco electoral del PP en la provincia de Huelva, donde gobernará con mayoría absoluta la Diputación, que desde 1979 siempre ha estado en manos del PSOE. Pero este vuelco en la institución no ha estado basado en la polémica tramitación de la ley de ampliación de regadíos en el parque nacional: en los cinco municipios de la Corona Norte de Doñana afectados por esa norma, el equilibrio de fuerzas no ha variado tanto, con mayorías absolutas socialistas en dos de ellos. Donde más diputados ha arrancado el PP al PSOE ha sido en la Huelva urbana y en la costa, donde a quién le llega el agua y cómo importa poco. El cambio ha estado motivado por el efecto Moreno, la penetración del discurso del “antisanchismo” y la división del PSOE onubense, que ha limitado su capacidad de movilización, según dirigentes provinciales y alcaldes de ambas fuerzas.

El socialista Juan Antonio García, alcalde de Bonares y vicepresidente de la Diputación de Huelva, lo tiene claro: “En los cinco pueblos que estábamos más afectados por la ley no nos ha pasado una factura tan importante como esperábamos”. García puntualiza que habla solo en calidad de regidor. Él ha conseguido su quinta mayoría absoluta en su municipio de 6.093 habitantes, y aunque ha subido en votos respecto de los comicios de 2019, ha perdido un concejal a favor del PP, que sube dos más, al sumar también el edil que ha perdido Independientes por Huelva, que no ha concurrido en los comicios. “La Ley D´Hondt nos ha penalizado al concurrir solo dos partidos”, señala García.

Los otros cuatro municipios son Moguer, con 22.643 habitantes, donde el PSOE mantiene la mayoría absoluta; Almonte, el más poblado, con 25.448 vecinos y contrario a la ley de regularización de regadíos, donde recupera la alcaldía y la mayoría otro partido independiente —Ilusiona Almonte, distinto de Mesa de Convergencia que gobernaba en coalición con los socialistas—; Lucena del Puerto, donde la marca del partido independiente que gobernaba con mayoría ha sido asumida por el PP y ha ganado; y Rociana del Condado, donde sí ha sorprendido que el PP se haga con la mayoría absoluta que ostentaba el PSOE. “Lucena era previsible porque allí es donde están la mayoría de los terrenos que se beneficiarían de la ley de la Junta, pero Rociana sí extraña más porque la mayoría de los agricultores tiene sus tierras en Almonte y salen mucho más beneficiados con la actual situación. Quizás ha cundido el miedo”, señala el alcalde de Bonares.

“Veíamos ganas de cambio, pero desde luego no nos esperábamos ganar así”, reconoce Francisco Pérez (PP), el alcalde in pectore de Rociana. Pérez apunta a que parte del vuelco en el municipio tiene que ver con la propuesta de ley. “Es verdad que muchos de nuestros agricultores tienen los terrenos en Almonte, pero no se sintieron respaldados ni defendidos por el Ayuntamiento de su pueblo que se opuso a ella”, indica. Pero también subraya que en el puerta a puerta con sus vecinos ha calado la “dejadez del anterior equipo de gobierno”, que es en lo que, señala, más ha centrado su discurso.

García dice que en su municipio se ha explicado muy bien la realidad de la ley y sus consecuencias a los agricultores y achaca los 125 votos que le han dado al PP su octavo concejal a “la segunda ola de Juanma Moreno, a algunos agricultores que sí se podrían beneficiar de la futura norma, a la crisis económica y a la mala compañía que hemos tenido en el Gobierno de España con Podemos siempre criticando y desgastando”. “Cada territorio tiene sus singularidades y las nuestras, Doñana o el agua, han traspasado el municipalismo. La ley no se ha explicado bien, pero no podemos generar discursos constantemente, esto tiene que tener un freno, pero está claro que eso exclusivamente no ha afectado a nuestros resultados”, abunda Gustavo Cuéllar, el alcalde socialista de Moguer. “Nuestros votantes quieren que se les expliquen las cosas y se les diga la verdad y creo que el PSOE, a nivel local, regional y nacional, no ha sabido conectar con ellos, en nuestro caso, con los agricultores. Hay que recuperar esa cercanía”, añade.

En el distrito de Moguer —en el que se enmarcan Bonares y Lucena― el PP solo ha conseguido un diputado más, pero los dirigentes de ambos partidos lo achacan a la mayoría absoluta obtenida en Niebla (4.196 habitantes). En el caso de La Palma del Condado —donde se sitúan Almonte y Rociana―, ha habido correlación de fuerzas con un diputado cada uno. “Es en la zona metropolitana y en la costa donde se ha decantado la balanza, y allí, adónde vaya el agua, les tiene sin cuidado”, reconoce un dirigente socialista muy vinculado con la provincia onubense, que pide mantenerse en el anonimato. Los triunfos de los candidatos del PP en la capital y en Ayamonte han decantado la balanza en sus respectivos distritos —en el área metropolitana los populares han sacado seis escaños por cinco del PSOE y en la costa tres y uno, respectivamente―. “Hay una componente nacional que ha afectado a Huelva. Doñana no ha tenido efecto”, continúa, en una reflexión que comparten las fuentes cercanas a la actual presidencia de la Diputación onubense consultadas.

Con todo, el futuro nuevo alcalde de Almonte, el representante de Ilusiona Almonte Paco Bella, sí considera que Doñana ha influido en su victoria. “Doñana es el alma de Almonte y el Ayuntamiento ha estado ausente en este debate y debe tener protagonismo. Defender Doñana no tiene que ver con pedir más agua y hay municipios que lo están utilizando como arma arrojadiza”, sostiene Bella.

Resultados inesperados

De los 80 municipios de la provincia de Huelva, el PP ha sido la fuerza más votada en 27, logrando la mayoría absoluta en 16. El cambio en la correlación de fuerzas, que supone que el partido conservador gobernará la Diputación con mayoría absoluta gracias a su 15 diputados (seis más) y al descenso del PSOE, que pierde cinco, ha pillado a todos por sorpresa, no solo a los socialistas. “Para nada nos esperábamos la mayoría absoluta”, reconoce Manuel Andrés Gómez, el presidente del PP de Huelva. Él tampoco achaca la contundente victoria a la polémica en torno a Doñana. “Hemos conseguido un diputado más en la Sierra o tres más en el área metropolitana, que nada tiene que ver con el Condado, donde nos hemos mantenido igual”, señala. Los buenos resultados los achaca “a la marca Juanma Moreno, al desgaste de Pedro Sánchez, a la buena planificación eligiendo candidatos y a un PSOE dividido”. “Juanma cae bien y los votantes se molestan cuando desde Madrid lo atacan porque se identifican con él y ellos también se sienten atacados”, apostilla el asesor del presidente.

Son estos dos últimos elementos los que el dirigente socialista que prefiere no revelar su nombre apunta como causa de la debacle de su partido en un feudo que había resistido en las peores crisis del PSOE nacional. En 2016, cuando los socialistas tocaron suelo electoral, Huelva fue una de las provincias donde más se votó a esa opción en todo el país. “Ha habido impericia por parte de la dirección provincial, no puede ser que se gobierne en 60 municipios y no se conozca qué está pasando. No se ha sabido unir a la mitad del partido y esa capacidad no se ha utilizado para movilizar”, indica refiriéndose a la disputada elección de la secretaria general onubense, Maru Limón,

La ley de regadíos de Doñana tampoco ha beneficiado al otro partido impulsor, Vox. Aunque ha entrado por primera vez en la Diputación, lo ha hecho gracias a los votos cosechados en el distrito metropolitano, pero no a costa de los sufragios en la Corona Norte, donde solo ha conseguido tener representación en Almonte. “Vox le ha hecho la jugada al PP y no ha sacado rédito político, como le pasó a Ciudadanos con la primera ley”, apunta el alcalde de Bonares.