Un valenciano desbanca a Abel Caballero como el alcalde socialista más votado en una ciudad

Hace dos meses, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, retó al entonces candidato socialista de una población del área metropolitana de Valencia a lograr un récord: desbancar al alcalde de Vigo, Abel Caballero, como el socialista más votado en una ciudad. El domingo, Carlos Fernández Bielsa, 41 años, el reelegido alcalde de Mislata, lo consiguió, aunque asegura que no se enteró hasta dos días después.

Bielsa obtuvo este 28-M el apoyo del 61,72% de sus vecinos. Caballero se quedó en el 60,86%. Entre ambos no solo hay una distancia física de casi 1.000 kilómetros sino también de 35 años de edad, pero el primero solo lleva una legislatura menos que el segundo al frente de su ciudad. Es cierto que hay pequeños municipios en los que los candidatos socialistas han logrado mayores porcentajes de voto que ambos, por ejemplo, en el municipio alicantino de Alfàs del Pi, pero el baremo se ha fijado en poblaciones de más de 40.000 habitantes y Mislata se acerca a los 44.000. “Jamás pensé que pudiera superar a Caballero, él es un referente del municipalismo”.

Calle, calle y calle es el concepto más utilizado por Fernández Bielsa a la hora de explicar no solo su gestión durante las dos legislaturas que ya ha gobernado sino también la campaña que ha realizado para estas elecciones municipales. Tanto en una etapa como en la otra, una de sus iniciativas más aplaudidas y fructíferas ha sido la de “alcalde de barrio”, por la que, cada lunes, el ayuntamiento monta un stand en un punto de la ciudad y el propio Bielsa acude a escuchar los problemas de los vecinos y donde también hacen aportaciones de proyectos desarrollados en otras ciudades que consideran que estaría bien implementar en Mislata. “Pedimos a la gente que opine”, resume este alcalde que apuesta por la cercanía.

Sus prioridades no son muy distintas a las de cualquier candidato de una ciudad de un tamaño manejable. Quizá ha diferido en la forma. El socialista promovió en la lista, y en puestos de salida, a representantes de asociaciones vecinales, de clubes deportivos, de mujeres, de jubilados y jóvenes, entre otros. Pero ¿cómo se convence a miembros de la sociedad civil formar parte de una lista de un partido tan significativo como el PSOE? “Escuchándoles. Demostrándoles que el proyecto de ciudad es de todos y que lo que hacemos también forma parte de ellos, poniéndolos en el centro de la acción política”, asegura.

Mislata tiene una idiosincrasia particular porque no solo forma parte del área metropolitana de la ciudad de Valencia sino que, incluso, comparte una calle con esta. Media calle pertenece a un municipio y la otra media a otro. “Son personas que van a los mismos bares, a las mismas carnicerías, a los mismos parques”, describe Bielsa que no puede ocultar su orgullo al señalar que mientras que en el municipio en el que gobierna el apoyo socialista ha sido de más del 60% mientras que en el distrito valenciano apenas llega al 18%. “No queremos ser una ciudad dormitorio, queremos tener nuestra propia identidad”, mantiene.

Carlos Fernández Bielsa llegó a la política de la mano del movimiento estudiantil. Mislata fue socialista hasta 2003 pero ese año, tras una moción de censura, el PP llegó al poder, con mayoría absoluta. “Esa noche decidí afiliarme”, afirma. En 2011, Bielsa le arrebató el poder a los populares con otra mayoría absoluta. Entonces, obtuvo el 44,36% de los votos. En 2015 la revalidó con el 57,22% y en 2019 logró el 62,63%. Con ese último resultado, Bielsa accedió a la Diputación de Valencia como vicepresidente tercero. En la parte orgánica, desde 2017 forma parte de la ejecutiva federal del PSOE y en 2022 ganó las primarias socialistas en la provincia de Valencia y desbancó a la entonces secretaria general, Mercedes Caballero, tras arrasar con alrededor del 80% de los votos. No pocas voces socialistas apuntan que Bielsa ha comenzado su camino hacia lo más alto del poder territorial. Él, como todos los alcaldes, asegura que su sueño era gobernar en su ciudad.

Y aunque insiste en que Abel Caballero es un referente para el municipalismo, no contempla atestar de luces de Navidad las calles de su ciudad. “Tenemos decoración navideña pero mucho más discreta”, dice entre risas.