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Y mientras… ¡viva Vigo!

Los alcaldes más votados movilizan a sus huestes electorales con vídeos de fervor localista y encuentros en el metaverso, Aznar vaticina la ruptura de España y los obispos llaman a la calma

Sonia Vizoso
Abel Caballero, alcalde de Vigo, el pasado mes de abril en su ciudad.
Abel Caballero, alcalde de Vigo, el pasado mes de abril en su ciudad.Jordi Adrià

En esta carrera hacia el 28-M atrapada en el pasado, los hay que vuelan libres. Los alcaldes que corren con el objetivo de seguir batiendo récords de apoyo no gastan ni un minuto en secundar la refriega general. En Vigo, el socialista Abel Caballero (67% de los votos en 2019), que sabe de campañas electorales porque vive todo el año dentro de una, ha publicado desde el viernes en sus redes sociales 13 vídeos mirando a cámara para ensalzar su acción de gobierno. Los culmina con su grito de guerra: “¡Viva Vigo!”. Van aderezados con imágenes suyas jugando al baloncesto y al tenis de mesa o tocando el bombo con un grupo folclórico. Nadie puede acusarle de electoralismo. Su día a día siempre es así. Pero sí se le escucha una advertencia clave: “Ya habrá elecciones autonómicas, generales y europeas para votar a partidos; en la ciudad se vota a los candidatos. Coged la papeleta que representa a Vigo”.

Doctor en Economía por Cambridge, se ha grabado este miércoles hablando de bancos: “Desde que soy alcalde, instalamos en Vigo 4.500 bancos para que la gente se pueda sentar. Y todavía siguen pidiendo más. Yo me pregunto: cuando no había llegado yo, ¿qué hacía la gente? ¿Pues a veces qué pasaba? No salían de casa”. En Estepona (Málaga), el popular José María García Urbano (69% de los votos en 2019) no domina tanto la cámara. Pero, con la formalidad que se le supone a quien es notario, registrador de la propiedad y abogado del Estado, también presume de haber hecho “florecer la autoestima colectiva” con sus políticas. No duda en mostrar entre sus logros una torre de 12 plantas a pie de playa que los ecologistas consideran un “absoluto despropósito”. En La Línea de la Concepción (Cádiz), el funcionario municipal Juan Franco (67% de las papeletas) se ha metido en el metaverso. En la recreación virtual del pueblo, el candidato del partido La Línea 100% está celebrando encuentros con los usuarios. Al primero acudieron unos 70. Los que no estén dispuestos a crearse un avatar pero les pierda la curiosidad por ver qué se cuece ahí dentro pueden seguirlo por YouTube.

Hay quien busca meter la cabeza con innovaciones y lo consigue. Para intentar socavar los 23 años de reinado de Paco de la Torre (PP) en Málaga, el sociólogo Nicolás Sguiglia, número dos de la candidatura de Podemos, intenta movilizar el voto de los jóvenes al ritmo de Perreo por el Cambio. Le ha modificado la letra a una canción de Bud Bunny y ya ronda el millón de visualizaciones: “Yo no confío / Yo no confío / Ná, en el PP no confío / De sus mentiras y promesas me río / Lo tenemos que echar”.

En la sexta jornada de campaña ha aparecido José María Aznar. Era el expresidente del Gobierno que faltaba. Si José Luis Rodríguez Zapatero abogó el martes por celebrar los 12 años sin violencia política y defender la convivencia, su sucesor en La Moncloa ennegreció el panorama. Aznar asegura que si el PP no gobierna tras las generales de este año, se romperá España: “El precio para que Sánchez siga en el Gobierno es que haya una consulta en Cataluña y una consulta en el País Vasco”. A su lado, el candidato popular a la alcaldía de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aplaudió el pronóstico por ser “obvio”. Y ambos fueron más allá. Auguraron que la supuesta operación contará con el aval del Tribunal Constitucional “que tenemos en estos momentos”. ¿Por qué? Porque sus miembros han dado el visto bueno a las leyes del aborto y la eutanasia apelando a la “autodeterminación” de las personas, arguyen.

Al tiempo que Aznar, se han estrenado los obispos pidiendo calma. El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, ha llamado a los partidos a evitar la “crispación”. La máxima autoridad de la Iglesia española se confiesa molesto y preocupado por la polarización en unos momentos “difíciles para la convivencia”. Asegura que la jerarquía eclesiástica no tiene preferencias por ningunas siglas, pero admite que también lamenta una sentencia del Tribunal Constitucional. En concreto, la que avala que se retiren las subvenciones públicas a los colegios que segregan por sexo, la mayoría vinculados al Opus Dei.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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