30.000 candidatos para 350 empleos: Las ofertas de trabajo como temporeros en África desborda todas las previsiones
Caos y tensión en los centros habilitados en Senegal y Gambia ante la enorme afluencia de aspirantes para acceder al programa de migración circular y venir a España como trabajadores del campo
![Vista general del Puerto de Nuadibú por la noche, donde se almacenan cientos de embarcaciones tradicionales de pesca.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FSSFGJGRVFCW5AWYWAZDX75GJA.jpg?auth=fe5ea81508db1f328d46173be21dab2b17b48b2e43aa211411f1881a3b89ad6d&width=414)
Los programas de migración circular u ofertas de empleo temporal para trabajadores agrícolas lanzados por el Gobierno español en los países de África subsahariana —de donde salen los cayucos hacia Canarias— están teniendo una respuesta masiva. Más de 30.000 personas de Senegal, Mauritania y Gambia se han postulado en las últimas semanas para lograr alguno de los 350 puestos de trabajo de temporada en Huelva que se han abierto este año para estos tres países. En Senegal y Gambia, donde los documentos se debían presentar en persona en las oficinas habilitadas, se han producido enormes colas, caos y escenas de desbordamiento ante la gran afluencia de aspirantes. El aluvión de solicitudes enfrenta las aspiraciones migratorias de la juventud y la limitación de los canales disponibles.
“Nunca había visto algo así”, asegura Aly Sow, un conductor senegalés de 44 años que el lunes 27 de enero acudió a presentar su dosier a la oficina de senegaleses del exterior de la región de Saint Louis, en el norte de Senegal. “Había gente haciendo cola desde las cuatro de la madrugada. Hubo empujones, personas que trataban de pasar por delante, de todo. Me sorprendió ver a estudiantes y personas que tienen un buen trabajo. Todo el mundo quiere irse”, asegura. Komilá Diatta, de 35 años, trabaja como jornalero para una empresa china en Dakar y gana alrededor de 225 euros al mes para mantener a su mujer y su hijo. Su sueño es entrar en el programa. “En tres meses en España puedo ganar lo que gano aquí en dos años”, apunta, “pero, visto lo visto, no tengo muchas esperanzas”.
“El gran número de jóvenes se explica por el hecho de que en su subconsciente la migración está asociada al éxito económico y al avance social”, explica Aly Tandian, sociólogo, profesor de la Universidad Gaston Berger de Saint-Louis y presidente del Observatorio Senegalés de la Migración. “Se piensa en España como el país de la abundancia, una tierra milagrosa donde la naturaleza rebosa de generosidad para sus habitantes y sus huéspedes y será difícil, tras estos programas de migración circular, hacer comprender a los jóvenes africanos que España no necesita mano de obra”.
Senegal es el único país de los tres donde ya existía esta iniciativa, que se retomó en 2022 tras la pandemia con el traslado de 17 trabajadores a Albacete. Una de las claves para medir el éxito de estos programas es que una vez terminado el trabajo, los candidatos vuelvan a sus países y no permanezcan en España de forma irregular y aquel año, todos ellos regresaron. En 2023 se decidió ampliar el cupo a 120 trabajadores, pero, en esa ocasión, dos de cada tres se quedaron irregularmente. Aun así, el programa siguió adelante y en 2024 fueron 150, de los que un centenar regresó a Senegal tras el periodo estipulado. La Guardia Civil acabó detectando una trama que amañaba la contratación para beneficiar a los aspirantes que pagaban el trato de favor para, después, exigirles dinero, incluso por quedarse en España irregularmente. Para este año 2025 se han previsto 350 plazas, de las que 100 están reservadas para los jóvenes que cumplieron su contrato el año pasado y 250 son nuevas.
El Gobierno de Dakar ha informado de que se han presentado unas 24.000 candidaturas para esas 250 nuevas plazas, según informó Khadim Bamba Fall, responsable de las oficinas de recogida de los documentos. El interés generado por esta iniciativa no sorprende en Senegal, donde, por ejemplo, el reclutamiento de 2.000 profesores para combatir el déficit del sistema llevó a 147.000 aspirantes a presentar su candidatura el pasado 30 de enero. Sin embargo, que la presentación de documentos fuera presencial provocó escenas de caos en las oficinas regionales del Ministerio de Exteriores, así como en los tribunales donde debían pedir sus certificados de antecedentes penales. Por ello, el Gobierno paralizó el proceso y creó una plataforma online que siguió recibiendo solicitudes hasta este viernes.
“En una época donde la digitalización está en el centro de las políticas públicas, esas imágenes son rechazables y atestiguan la urgente necesidad de modernizar los mecanismos administrativos. Una plataforma digital creada para ello hubiera facilitado no solo la presentación de candidaturas, sino un mejor seguimiento de las mismas”, ha lamentado en un comunicado el Colectivo de ONG para procedimientos de visados justos e igualitarios. El secretario de Estado de Senegaleses del Exterior, Amadou Chérif, aseguró al periódico oficial Le Soleil que esperaban cierto “entusiasmo”, pero “no de esta magnitud”, y que la decisión de que fuera presencial se debió a facilitar la participación de los jóvenes del medio rural, con menos acceso a Internet.
En Gambia, país para el que se han reservado 50 plazas y que participa por primera vez en este programa, el proceso de preselección comenzó este lunes 3 de febrero, para lo cual se habilitaron seis oficinas en todo el país. Escenas similares a las vividas en Senegal se produjeron ante las puertas del Ministerio de Trabajo, en Banjul. El reparto de formularios se tuvo que suspender después de que grupos de jóvenes escalaran el muro que rodea el ministerio y se produjeran agresiones entre ellos. Aunque muy limitada, la migración circular es una iniciativa importante para las autoridades de Banjul que solicitaron expresamente que se incluyese a Gambia en los programas, según fuentes diplomáticas del país africano. La iniciativa, de hecho, traerá a Madrid, del 24 al 26 de este mes, a los titulares de Exteriores y Comercio y Empleo gambianos para avanzar en la implementación del acuerdo.
La presentación de expedientes en Mauritania, en cambio, se hizo a través de una plataforma digital del Gobierno el pasado mes de enero y no hubo incidentes. Para este último país, que también se estrena en la migración circular con España, hay otros 50 puestos reservados y se presentaron un total de 7.000 candidaturas.
La ampliación de los programas de migración circular fue una de las promesas estrella de la visita que realizó el pasado verano el presidente español Pedro Sánchez a estos tres países, durante la cual se reunió con sus respectivos presidentes. Un ejemplo de esta fórmula es la que España mantiene desde hace 20 años con las miles de temporeras marroquíes que cada año vienen asumir la recogida de frutos rojos, especialmente en Huelva. A pesar de que las condiciones laborales en las que trabajan las mujeres siguen siendo mejorables, el Gobierno considera este sistema un éxito y lleva años intentando perfeccionarlo y ampliarlo, mirando a Centroamérica y al resto de África.
Desde 2022, de hecho, el reglamento permite conceder autorizaciones de trabajo de cuatro años que permiten trabajar en España nueve meses por cada ejercicio. Y se incentiva la vuelta a los países de origen durante en cada una de esas cuatro temporadas con un permiso que les permite trabajar libremente en otro sector el tiempo que quieran. “Es una herramienta valiosa para fomentar vías regulares, ordenadas y seguras que, además, suponen un beneficio para España y los países de origen”, mantienen fuentes del Ministerio de Migraciones.
La fórmula genera el rechazo de la derecha española, que habló, una vez más, de efecto llamada, pero también de Sumar, que ve en la promesa de la migración circular una “visión reduccionista” que “no resuelve el problema ni es respuesta para los que residen aquí”. El sociólogo Aly Tandian también es crítico con la iniciativa porque, entre otras cosas, parte de la misma premisa usada por los “vendedores de sueños que operan en la inmigración irregular”, la de que Europa necesita mano de obra debido al envejecimiento de su población. Tandian la cuestiona: “No estoy seguro de que los programas de migración circular tal como se proponen puedan realmente convertirse en una alternativa a la inmigración ilegal. Hoy en Senegal necesitamos directrices claras y duraderas en materia de gobernanza migratoria y de políticas de empleo, más que simples medidas efímeras”, explica. “Tal como se propone, puede incentivar la salida de candidatos que no estaban previamente destinados a migrar, pero que aprovechan esta oportunidad para irse de manera completamente regular y legal. La migración circular estaría ampliando así la base de reclutamiento de candidatos y puede constituir un incentivo”.
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