El juez envía a prisión a uno de los detenidos por el “intento de asesinato terrorista” de Vidal-Quadras
La Audiencia Nacional deja en libertad a los otros dos arrestados el pasado lunes, acusados del mismo delito
El juez Francisco de Jorge, instructor de la Audiencia Nacional, ha enviado este viernes a prisión provisional a uno de los hombres detenidos por el ataque a Alejo Vidal-Quadras, expresidente del PP de Cataluña y fundador de Vox, que recibió un disparo en la cara el 9 de noviembre en un céntrico barrio de Madrid. En línea con la Fiscalía, el magistrado ha ordenado la reclusión de Naraya G., arrestado el lunes por la Policía Nacional tras dos semanas de pesquisas. El ministerio público le atribuye un delito de “intento de asesinato terrorista”, al igual que a su pareja, la británica Sasha B., y al tercer sospechoso, Adrián R. B.; que han quedado en libertad tras declarar.
Tras escuchar a los tres a lo largo de este viernes —que han permanecido incomunicados desde su captura y a los que se les ha asignado sendos abogados de oficio—, el ministerio público ha solicitado el ingreso en prisión sin fianza de los dos hombres, ante el riesgo de fuga. Sin embargo, el juez solo ha aprobado la iniciativa para uno de ellos: Naraya G., detenido en Lanjarón (Granada). El segundo arrestado ha quedado en libertad, aunque el magistrado le ha impuesto medidas cautelares: le ha retirado el pasaporte, le ha prohibido salir de España y le obliga a comparecer cada 15 días en el juzgado. De Jorge ha decretado las mismas medidas cautelares para la mujer, como había pedido la acusación pública en su caso. El sumario sigue secreto.
EL PAÍS ha conversado con Adrián R. B. tras salir por su propio pie de la Audiencia Nacional. “A mí me han tangado”, se ha defendido el imputado, a quien la Policía señala como la persona con la que contactó Naraya G. (supuesto organizador del crimen) para que pusiera a su nombre la moto utilizada en el ataque por un presunto sicario. En chándal, cansado, desorientado y nervioso, Adrián R. B. ha podido hablar con su familia tras quedar libre y, según ha admitido a preguntas de este periódico, recibió 500 euros (aunque dice que, después, le quitaron una parte). Lo primero que ha buscado tras abandonar el edificio judicial ha sido un local donde comprar tabaco, mientras esperaba a que un amigo de su familia pasara a recogerle.
Tras permanecer dos semanas ingresado, el hospital Gregorio Marañón dio el alta a Vidal-Quadras este jueves. Poco antes de abandonar el centro sanitario, el expolítico difundió una carta para acusar a Irán de “tramar y ejecutar” su atentado. En esa misiva, donde el exdirigente del PP y Vox incide en la “maligna voluntad” del régimen de los ayatolás, se destaca que el ataque tenía como objetivo asesinarlo. “El régimen iraní no quiere encontrar algún equilibrio de poder entre nosotros, quiere barrernos de la superficie terrestre. Mientras no comprendamos y aceptemos esta terrible verdad, fracasaremos y seremos derrotados”, apostilla el texto, leído el miércoles en un acto organizado en el Parlamento Europeo por el grupo Amigos de Irán Libre, con la presencia de Maryam Rajavi, presidenta del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI, organización perseguida por Teherán y que figuró hasta 2012 en la lista de organizaciones terroristas de EE UU).
El ataque contra Vidal-Quadras se produjo el 9 de noviembre en la calle de Núñez de Balboa, en la zona centro de Madrid. El expolítico recibió un disparo en la cara de un pistolero que huyó en moto. Fue un único tiro, con un arma de calibre nueve milímetros Parabellum. De inmediato, la Policía Nacional abrió una investigación con muchas hipótesis sobre la mesa, que pasó a indagarse como terrorismo a los dos días y que, durante las siguientes dos semanas, se acotó. Fruto de las averiguaciones, los agentes arrestaron este lunes a los tres primeros sospechosos, que quedaron este viernes a disposición del juez De Jorge.
Los policías detuvieron a una pareja en Lanjarón (Granada) —él de nacionalidad española y ella británica— y a un hombre en Fuengirola (Málaga), también español, por su supuesta relación con el autor del disparo, un presunto sicario tunecino, que permanece huido. Los agentes destacan el papel del primero de ellos, Naraya G., nacido en Cáñar (Granada, 350 habitantes), al que señalan como la persona que contrató y pagó al tirador por encargo de otros individuos no identificados. “Además de dar apoyo logístico, habría participado en las vigilancias para ubicar a la víctima”, afirma la Policía. Los investigadores, que no descartan ninguna tesis, mantienen viva como hipótesis la pista iraní, debido a los lazos que Vidal-Quadras tejió con la disidencia del régimen de los ayatolás desde su etapa de europarlamentario del PP (1999-2014).
La mujer detenida responde al nombre de Sasha B., y es la pareja de Naraya G. Según fuentes policiales, los investigadores no tienen muy claro su grado de implicación en el crimen y si conocía los tejemanejes de su compañero sentimental. Ambos vivían juntos en una vivienda a nombre de la madre de ella. Y, según el alcalde de Lanjarón, la arrestada se había trasladado al municipio en 2010 y se encontraba plenamente integrada en la población.
El tercer capturado es Adrián R. B., un parado malagueño. Según fuentes de la investigación, Naraya G. contactó presuntamente con él para que comprara y pusiera a su nombre una motocicleta, utilizada posteriormente por el sicario para viajar a Madrid y, tras el atentado, huir. A cambio, le entregó 500 euros por la gestión, según las sospechas de la Policía Nacional. El vehículo fue encontrado por los agentes calcinado en un polígono industrial de Fuenlabrada (Madrid) poco después del ataque.
El cuarto implicado que se ha puesto sobre la mesa es Mehrez A., el supuesto sicario huido: un ciudadanos tunecino residente en Francia, de 37 años, al que la Policía apunta como el presunto tirador. Antes del ataque, las autoridades galas ya tenían dictada una orden de detención contra él por asesinato. Según fuentes del caso, aunque perpetró el atentado con la cabeza tapada con un casco de moto, las cámaras de seguridad lo captaron a rostro descubierto en los días previos, cuando supuestamente fue a reconocer la zona próxima al domicilio del expolítico.
Los agentes, que han bautizado la investigación como Operación Tercio, han señalado este viernes en un comunicado: “Durante la investigación se ha podido demostrar que el atentado fue preparado de manera meticulosa durante semanas, antes del día de los hechos, llevándose a cabo vigilancias sobre la víctima, compras de material para su ejecución y reuniones en distintas partes de España”. Según informa la Policía, hasta ahora han efectuado cuatro registros en los domicilios de los detenidos: “Fruto de ello se ha intervenido diverso material informático, telefónico y documentación que está siendo analizada por los investigadores”.
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