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Feijóo ve la autodeterminación como “un cebo” para colar la amnistía y Page pide explicaciones

Presidentes autonómicos del PP, PSOE y CC exigen igualdad para no destrozar el Estado de las Autonomías en el Foro La Toja

Alberto Núñez Feijóo, en el Foro de La Toja, este sábado.Foto: Agostime / Europa Press | Vídeo: EPV
Javier Casqueiro

¿Y ahora qué? Una vez perdido el debate de investidura, ¿en qué se concentra Alberto Núñez Feijóo? ¿Cuál será su próxima estrategia? El presidente del PP resopla, piensa y contesta: “El Gobierno de la mentira o elecciones, no hay más”. Dice que está satisfecho, orgulloso de su papel estos días en el Congreso concentrado en demostrar que puede haber una alternativa a las cesiones a los nacionalistas, que achaca con toda rudeza a Pedro Sánchez y se prepara para la siguiente campaña. Sin saber si será larga o corta. En su entorno en el PP auguran que si este Gobierno de Sánchez y los nacionalistas, conservadores y progresistas, terminar por arrancar, la legislatura no tiene por qué durar cuatro años. Apuestan por dos, como máximo. Y remarcan que Feijóo es consciente y tiene totalmente asumido que “su deber” es aguantar y esperar su momento.

Mientras tanto, el refrendado líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, mantiene su agenda de compromisos y así llegó este sábado a la clausura del Foro La Toja Vínculo Atlántico, con la voz tomada, pero con el mismo discurso duro contra Pedro Sánchez que desplegó durante los debates de su investidura y contra las intenciones que presume que tiene su adversario ante las demandas independentistas. Pero ahora ha lanzado un nuevo mensaje de advertencia. Feijóo ha alertado de que las discusiones y reclamaciones de estos últimos días de los separatistas catalanes sobre la necesidad de avanzar hacia un referéndum de autodeterminación, fijadas incluso en una resolución en el Parlamento catalán, no son más que una trampa. “La autodeterminación es un cebo para no hablar de la amnistía, un cebo para concluir al final que hemos decidido decir no a la autodeterminación y decir sí a la amnistía”, ha recalcado el líder del PP en alusión a las pretensiones reales que atribuye a Sánchez en lo que tildó de “carnaval terminológico”. Dentro del tradicional debate en este foro del bipartidismo y los acuerdos de Estado entre presidentes autonómicos de distintos partidos, el socialista Emiliano García-Page ha cosechado grandes aplausos al exigir, implícitamente, a Sánchez explicaciones sobre esa amnistía y tras proponer un freno a esas exigencias: “Mejor ponerse colorado una vez que ciento amarillo”.

El foro de debates políticos y económicos que se desarrolla anualmente en la isla balneario de A Toxa (Pontevedra) es considerado por sus promotores, impulsados por el empresario hotelero Amancio López Seijas, como “un oasis de la reflexión sosegada”. En realidad, es más el paraíso de los nostálgicos del bipartidismo perdido del PSOE y el PP que ha gobernado España la mayor parte de estos 45 años de democracia. Feijóo no ha faltado ningún año a esa cita y en esta ocasión se presentó apenas unas horas después de perder su debate de investidura. Con la voz perjudicada por un virus, Feijóo se ha retratado “orgulloso y satisfecho” por esas sesiones en el Congreso, en las que ha reconocido que, además, se ha “divertido”.

Como hizo en sus discursos ante la Cámara baja, Feijóo no se ha demorado mucho tiempo en hablar sobre la amnistía que cree que Sánchez concederá a los condenados y encausados del procés para seguir en La Moncloa. Y lo ha hecho para acusarlo de ceder a los “chantajes” que también le plantearon a él desde JuntsxCat, que rechazó, y para asegurar así que Sánchez será “un presidente en libertad condicional”. Feijóo ha defendido que el fin de ser presidente del Gobierno no justifica cualquier medio, para después augurar que él no ha conseguido esa meta “por ahora”.

El líder del PP insiste desde hace tiempo en sus intervenciones en autopresentarse como el heredero del espíritu de los grandes pactos de Estado y de la Transición y de otra forma de hacer política, “con principios que no se pueden negociar”. Feijóo ha querido trasladar así a los asistentes al Foro, en su mayoría grandes empresarios y economistas o miembros de los llamados laboratorios de ideas próximos al bipartidismo, su preocupación porque los radicalismos estén imponiendo una forma de hacer política desde posiciones electoralmente minoritarias pero con mucha capacidad de presión. Y lo ha hecho para acusar así de nuevo a Sánchez de ser el mayor responsable de ceder ante partidos independentistas que apenas suponen el 5,5% del electorado: “El factor determinante es el cambio que se produce en la cabeza del PSOE, no el independentismo, al que no podemos echarle la culpa de lo que siempre ha defendido. Lo que ha cambiado es la respuesta del PSOE a sus exigencias. El PSOE pierde las elecciones y reacciona asumiendo las tesis de los independentistas”. Feijóo no ha incluido a Vox en estas posiciones radicales.

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Alberto Núñez Feijóo y Emiliano García-Page, en el Foro de La Toja, este sábado, en una imagen distribuida por el Partido Popular.
Alberto Núñez Feijóo y Emiliano García-Page, en el Foro de La Toja, este sábado, en una imagen distribuida por el Partido Popular.David Mudarra

El presidente del PP ha recogido ahí una referencia que había hecho unos minutos antes el socialista Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha. Este ha comentado con malestar que en muchas decisiones relevantes que se discuten y fraguan en la política nacional y en particular en el Congreso, y que afectan a todo el Estado, los presidentes autonómicos no tienen papel ninguno. Incluso ha reclamado una especie de consejo de presidentes, para poder aportar opiniones sobre esos asuntos de Estado. Una idea en la que lo han respaldado el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el de Canarias, Fernando Clavijo, los otros oradores de ese debate. Los tres presidentes exhortaron a que se mantenga la “igualdad” entre los territorios para no acabar con el Estado de las Autonomías.

Feijóo ha retomado esa queja para dirigirla contra Sánchez y lo que ha considerado su “liderazgo hiperpersonalista”. Y en ese contexto se ha lamentado de que “aquí nadie sabe qué es lo que está en el socialista único que dirige la agrupación socialista actual”. El líder de la oposición ha recalcado, como en su investidura, que la amnistía no estaba en el programa electoral del PSOE, tampoco “en sintonía con sus electores”. Y ha concluido que con ese tipo de actuaciones “se tirará por la borda el legado de Felipe González y Alfonso Guerra”, los dos referentes históricos de esa formación ahora críticos con los planes que se presuponen a Sánchez. Ha sido en ese momento cuando Feijóo ha metido la idea de que las discusiones y propuestas que se están barajando en estos días sobre “avanzar en el camino de la autodeterminación”, como pactaron en el Parlamento catalán el viernes Junts y ERC, son solo “un cebo”.

Los aplausos que ha recogido Feijóo al final de su ponencia, que le habían anticipado los participantes e invitados del foro en A Toxa antes de empezar a hablar, no han resonado tanto como los que envolvieron al socialista Emiliano García-Page. Especialmente, cuando la moderadora le concedió un minuto final para que expusiera su visión del momento político del país “con responsabilidad y libertad”. Page ha excedido con mucho ese minuto. Ha comenzado por amagar la polémica y sus críticas conocidas a las negociaciones con los nacionalistas, cuestionando la tesis de que “no puede haber café para todos”; ha defendido ardorosamente el régimen vigente de la “monarquía parlamentaria simbólica” y el Estado de “democracia federalizada funcional” y ha acabado diferenciando entre lo que puede aceptarse como “diversidad o pluralidad” y lo que puede romper “la unidad” del país. “La unidad de España garantiza la unidad de los pueblos. Los que quieren romper la unidad, lo que quieren es tener vida aparte y privilegios”.

El presidente socialista de Castilla-La Mancha ha enfatizado así que “España es una nación” y no plurinacional, aunque ha propuesto otro término para los que dudan en este tipo de definiciones: “Pluriemocional”. Page ha dejado caer, frente a la descentralización sin límites de las competencias a las autonomías, la posibilidad de empezar a creer en la armonización y ha descartado la idea de afrontar en este complejo contexto político actual cualquier reforma de la Constitución de 1978. Una posición que ha refrendado el presidente canario.

Page, ya lanzado para deleite del auditorio, ha reprochado a los independentistas que usen su poder en las comunidades en las que gobiernan “para subvertir la Constitución y los derechos de los demás”. Y, ante esa deriva, se ha rebelado a quedarse callado. Ha sido entonces cuando ha tomado prestado de El Mago de Oz el símbolo de lo que significa el camino de las baldosas amarillas para afirmar que esa senda “tortuosa no acaba en ninguna parte y es mejor ponerse colorado una vez que ciento amarillo”.

El único barón socialista que gobierna ahora con mayoría absoluta se ha reconocido preocupado, “con zozobra e inquietud”, y ha demandado sin citarlo al presidente de su partido explicaciones sobre qué se pretende en esta negociación con las formaciones nacionalistas y específicamente sobre la amnistía: “Hay muchas preguntas e interrogantes que deberían tener una explicación”. Page no comprende ni comparte, además, que los dirigentes independentistas que podrían beneficiarse de esa hipotética amnistía sean también los que la puedan votar sin ausentarse por estar directamente afectados. Y tampoco ha digerido que se pueda llegar a tramitar esa concesión a algunos políticos que no han expresado su disposición “a no volver a las andadas” porque en ese caso se haría “un ridículo espantoso”. Page ha recuperado palabras recientes de la última campaña electoral del líder del PSC, Salvador Illa, contra la amnistía y ha asegurado que, como conoce bien al presidente Sánchez, está aún seguro “de que se resistirá a que le coloquen una camisa de fuerza” y se mantendrá en los límites de la defensa de la Constitución y la igualdad.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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