San Sebastián proyecta un Silicon Valley de la gastronomía pese a la oposición de los vecinos
El Basque Culinary Center comenzará a construir en noviembre un edificio en el centro de la ciudad dedicado a la innovación en la cocina que ha recibido el rechazo frontal de los habitantes
San Sebastián quiere colocarse otra estrella gastronómica en su solapa. La capital mundial de la cocina abrirá a mediados de 2025, en una zona céntrica de la ciudad, la segunda sede del Basque Culinary Center (BCC), que hace 12 años se convirtió en la primera facultad gastronómica de España y hoy es una referencia académica internacional. En poco más de dos meses comenzarán las obras de construcción del Gastronomy Open Ecosystem (GOe), un nuevo edificio que será “icónico” desde el punto de vista arquitectónico y pretende erigirse en un “un polo de innovación global en el ámbito de la gastronomía y la industria alimentaria”, explica el director del BCC, Joxe Mari Aizega. El proyecto, que ha recibido todas las bendiciones administrativas y está apoyado económicamente por las instituciones públicas, ha levantado una oleada de protestas entre los vecinos de Gros y Ulía, donde estará ubicado, porque acarreará “la eliminación del único parque verde de la zona” y supone “un pelotazo urbanístico”, se queja Félix Soto, presidente de la asociación de vecinos de Ulía y exconcejal de Herri Batasuna(HB) en los años ochenta.
GOe se presenta como un proyecto que fusiona la pasión por la gastronomía con el talento, la investigación, la innovación y el emprendimiento. Será, asegura Aizega, “un ecosistema de innovación y atracción de talento a nivel internacional”. Si el BCC enfoca su actividad en el ámbito académico, la nueva sede que se proyecta dará impulso a la vertiente científica. “Va a ser un centro de creación de empresas y nuevos empleos de base tecnológica donde van a convivir emprendedores, investigadores, jóvenes talentos, estudiantes y la ciudadanía. Puede ser un Silicon Valley de la gastronomía”, añade a este diario el responsable del BCC.
El edificio se conocerá como “Olatuen Bidea-Camino de las Olas” y se levantará cerca de centro de la ciudad, a unos 200 metros de la playa Zurriola. Ha sido diseñado por el prestigioso estudio danés BIG que dirige el arquitecto Bjarke Ingles, ganador de un concurso de arquitectura fallado en mayo de 2022. El proyecto constructivo se define como “un paisaje sostenible, un conector entre ciudad, mar y montaña” que estará rematado con una cubierta verde transitable. El alcalde donostiarra, Eneko Goia (PNV), calificó el proyecto de “hito arquitectónico”. Ocupará una parcela de 3.800 metros cuadrados en la confluencia del barrio de Gros y el de Ulía.
El Ayuntamiento donostiarra ha aprobado este verano una modificación del plan especial urbanístico de la zona que reordena una extensión total de 24.200 metros cuadrados y permite construir el edificio. También ha dado luz verde a la cesión gratuita del terreno a la fundación del BCC (la integran las instituciones públicas, los más prestigiosos cocineros españoles, la Universidad de Mondragon y el centro tecnológico Azti) por un periodo de 75 años. La inversión total se elevará a los 26 millones de euros, de los que el Gobierno vasco aportará 18 millones, otros seis millones la Diputación de Gipuzkoa y los dos restantes, el BCC. “La idea es que desde su puesta en marcha se autofinanciará sin recibir ayudas públicas, y así será”, apunta Aizega.
Los responsables del BCC justifican la apertura de este nuevo centro gastronómico en el corazón de la ciudad en la necesidad de “abrir un nuevo espacio de innovación en interacción con la ciudadanía”, comenta Aizega: “Los proyectos de innovación e investigación más reconocidos en el mundo ya no se ubican en lugares aislados, sino que se ubican en la trama urbana para favorecer la participación de los ciudadanos”.
El BCC, fundación sin ánimo de lucro y de utilidad pública, ofrece ahora en su sede de Miramón un grado en Gastronomía y Artes Culinarias y 10 másteres en los que están matriculados 600 alumnos de 38 países. El año pasado contaba con 900 profesionales en formación y 1.500 “entusiastas” en cursos de cocina abiertos a todos los públicos. La facultad participa en 10 proyectos europeos de investigación y en iniciativas de más de 50 empresas. “Ahora queremos dar un salto con el GOe”, afirma su director, quien resalta que un informe de consultoría encargado por el BCC cifra el impacto generado desde su creación en 2011 en más de 200 millones de euros, de forma que “por cada euro que aportaron las instituciones ya se han devuelto 2,8 euros a las administraciones públicas”.
La apertura del GOe se ha topado con la contestación vecinal. En San Sebastián suele ocurrir cada vez que se plantea un cambio relevante en la ciudad, como ocurrió cuando se ideó la construcción de un carril-bici en Miraconcha, el Kursaal, el Metro (en construcción) o la pasarela de Mompás (quedó en un cajón). Vecinos de Ulía y Gros han presentado una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) contra el acuerdo del Ayuntamiento que permite la construcción del edificio porque “arrasa con el único parque verde de la zona”, dice Soto. “Va a cambiar completamente el paisaje y se va a perder mucha zona verde y arbolado. No admitiremos que un parque se convierta en un negocio. El Basque Culinary ya recibió un regalo de 7.000 metros cuadrados en Miramón para su sede actual y ahora quieren hacer lo mismo. Es un pelotazo urbanístico y un negocio para el cártel de Mondragón”, critica el representante vecinal.
Los vecinos contrarios al proyecto denuncian que de los 13.000 metros cuadrados de espacios verdes solo van a quedar 5.000. “Es una barbaridad. ¿Por qué no convocan un referéndum?”, inquiere Soto. “Dicen que lo van a pintar de verde para distraernos, pero es falso. No vamos a consentir semejante atropello urbanístico y medioambiental”, agrega. La demanda judicial ha sido admitida a trámite, pero aún no se ha dado traslado de la misma al Ayuntamiento. Los vecinos calculan que el coste se irá a los 30 millones y que se permitirán construir 9.200 metros cuadrados bajo techo en una zona de la ciudad muy cotizada. Es el equivalente, dice Soto, a la construcción de más de 200 apartamentos”. Aizega asegura que a lo largo del proceso administrativo “se ha cumplido escrupulosamente la normativa” y 23 informes técnicos de la Diputación guipuzcoana y los Gobiernos vasco y central “avalan la propuesta” arquitectónica y “dan validez” a los cambios urbanísticos.
En lo referente a la queja por la destrucción de 100 árboles de la parcela, como defienden los vecinos, el responsable del BCC sostiene que un estudio identifica 15 árboles, de los cuales se van a replantar el 80%, y 73 arbustos. “Todos los usos actuales para el paseo y el esparcimiento en esa zona verde se van a mantener. Va a ser un parque urbano, con un edificio de espacios transparentes, abierto a la ciudadanía, en el que van a trabajar investigadores en un laboratorio, cocineros y emprendedores”, remarca Aizega. Para llevar adelante el proyecto, el BCC ha contratado al paisajista de Lur Paisajistak Iñigo Segurola, creador del microcosmos botánico Lur Garden ubicado en Oiartzun (Gipuzkoa). Aizega también sale al paso de la acusación de que el edificio contará con cuatro plantas de aparcamiento: “No es verdad, solo habrá cuatro plazas en superficie para vehículos y 180 para bicicletas”. Y hace hincapié en que GOe es “una estrategia de país que solo persigue generar riqueza”. Apostilla que el proyecto no busca hacer negocio porque todos los beneficios que se logren revertirán a la fundación y la cesión del terreno “no permite realizar ninguna operación” especulativa con el suelo.
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