Albares pide al Consejo de la UE que incluya el catalán, el gallego y el euskera como lenguas oficiales
Junts había exigido al Gobierno que iniciara el trámite ante Bruselas como condición para votar a Armengol como nueva presidenta del Congreso
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha remitido este jueves una carta a la presidencia del Consejo de la UE para que incorpore al catalán, al gallego y al euskera en el régimen lingüístico de la Unión; esto es, que les dote de la categoría de idiomas oficiales y de trabajo. La misiva solicita que se dé comienzo a “los procedimientos de modificación previstos en el Consejo” y que el asunto se incluya en el orden del día de la próxima reunión del Consejo de Asuntos Generales (CAG), el 19 de septiembre en Bruselas. No es la primera vez que España da un paso en este sentido: ya el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero intentó algo parecido, en 2004, que finalmente quedó a medias: los socios europeos solo se abrieron a aceptar el “uso limitado” de los idiomas cooficiales en las instituciones.
Junts per Catalunya había solicitado como condición indispensable que el Gobierno formulara de forma inmediata la petición para votar a favor de la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso. El expresident Carles Puigdemont ha puntualizado en las redes sociales que el Ejecutivo ha dado ya el paso y que no se trata solo de una promesa. “El Reino de España, que en estos momentos preside la Unión Europea, ha solicitado a esta institución la incorporación del catalán, el euskera y el gallego al listado de las lenguas oficiales que constan en el reglamento. Es un hecho, no una promesa, que nunca se había querido dar”, ha asegurado.
Al término de la sesión constitutiva del Congreso, el ministro Albares ha confirmado el envío de la misiva, que ha inscrito en el acuerdo con Junts para la elección de la Mesa de la Cámara baja. Fuentes comunitarias han confirmado a EL PAÍS en Bruselas que el Consejo ha recibido la carta del jefe de la diplomacia española, que van “a examinar”, han agregado, sin dar más detalles.
El ministro ha explicado que la carta va dirigida a la Presidencia del Consejo de la UE, que en estos momentos ostenta España, lo que, ha asegurado, “no representa ninguna anomalía”, según los servicios jurídicos, aunque también se ha remitido una copia a la Secretaría General del Consejo.A continuación, ha restado trascendencia a la decisión, asegurando que “esas tres lenguas se usaban ya por acuerdos administrativos en la práctica totalidad de las instituciones europeas”, hasta el punto de que existía un “derecho de petición” en esos idiomas en organismos como el Comité de las Regiones, ha subrayado. Preguntado por qué el Gobierno español no lo ha reclamado antes. ha reconocido que la decisión se ha tomado “como parte del acuerdo al que se ha llegado con Junts y se ha enviado el día en que se ha considerado oportuno que tenía que enviarse, que es el día que arranca la legislatura”.
El reglamento cuya modificación ha propuesto España regula las lenguas oficiales y de trabajo de la Unión y afecta también a las comunicaciones entre Estados y particulares con las instituciones europeas, así como a la publicación de directivas y normas de carácter general y al propio Diario Oficial de las Comunidades Europeas. No afecta, en cambio, al Tribunal de Justicia de la UE ni al Parlamento Europeo, que tienen su propia normativa. La inclusión del catalán, gallego y euskera debe aprobarse por unanimidad y fuentes diplomáticas no han querido pronunciarse sobre la posibilidad de que algún Estado miembro ponga reparos. El Gobierno no ha incluido el valenciano, aunque el Estatuto de la Comunidad Valenciana lo reconoce como lengua oficial.
También Puigdemont ha recordado que todos los cambios del reglamento sobre el uso de las lenguas se aprueban por unanimidad y ha invitado a Pedro Sánchez a cumplir el mensaje que dio a sus diputados cuando dijo que España se escucha en Europa. “Ahora que es él el presidente del Consejo de la UE y es esta la institución con competencias para modificar el reglamento, tiene una ocasión magnífica para demostrarlo”, ha señalado. ERC también ha incluido en su principio de acuerdo con el PSOE el uso del catalán en las instituciones europeas.
Esta ha sido una reivindicación histórica de los partidos nacionalistas e independentistas que nunca había acabado de cuajar. El Gobierno de coalición ya se comprometió en julio del año pasado, en el marco de la tercera reunión de la mesa de diálogo con el Govern de Pere Aragonès a impulsar el uso del catalán en las instituciones europeas, aunque nunca llegó a formular la petición oficial. De hecho, Marta Rovira, secretaria general de ERC, negó este martes que se tratara de un gesto de los socialistas hacia el independentismo y recordó el incumplimiento. “¿Qué gesto? Si ya lo asumisteis y sellasteis en los acuerdos de la mesa de negociación el 7 de julio del 2022″, afirmó.
Actualmente, la UE cuenta con 24 idiomas oficiales: alemán, búlgaro, checo, croata, danés, eslovaco, esloveno, español, estonio, finés, francés, griego, húngaro, inglés, irlandés, italiano, letón, lituano, maltés, neerlandés, polaco, portugués, rumano y sueco.
Los primeros cuatro idiomas oficiales —alemán, francés, italiano y neerlandés— fueron adoptados en 1958, con la fundación de la Comunidad Económica Europea, el germen de la actual UE. La otra lengua más habitual en los pasillos europeos, el inglés, no fue oficial hasta 1973, cuando Reino Unido ingresó en el bloque (del que salió en 2020). El motivo es que, normalmente, el idioma oficial de un país pasa a serlo de la UE cuando ese Estado entra al club comunitario, como sucedió con el español en 1986 (al igual que el portugués). Croacia fue el último país que ingresó formalmente en la UE, en 2013, y su idioma, el croata, ha sido el último también agregado como lengua oficial.
Pese al Brexit, el inglés ha seguido manteniéndose como lengua oficial y de trabajo (el usado en los intercambios profesionales cotidianos), debido a que, además, es también una de las leguas oficiales de otros dos Estados miembros, Malta e Irlanda.
Este último país es el principal referente para España respecto al proceso que ahora desea iniciar. Y demuestra, además, que es un camino potencialmente largo: desde que Irlanda solicitó formalmente, en 2005, la inclusión del gaélico como idioma oficial de la UE, hasta que esta lengua ha adquirido el “estatus completo” como tal, en 2022, pasaron 17 años. En 2007, es decir, dos años después de la petición irlandesa, el gaélico se convirtió en idioma oficial de la UE pero, a petición misma de Dublín, se concedió una “derogación” hasta el 31 de diciembre de 2021, debido a que no había suficiente personal traductor, lo que hacía imposible traducir todo el material al irlandés.
La medida figura en el principio de acuerdo firmado entre el PSOE y Junts para pactar la mesa del Congreso, que incorpora también el uso del catalán y las otras lenguas oficiales en el Congreso y el impulso a las comisiones de investigación sobre el atentado del 17-A y el caso de espionaje Pegasus. Puigdemont ha desligado este acuerdo de una posible investidura de Sánchez. “Si llegan acuerdos futuros será porque se puede comprobar su cumplimiento como ha sido el caso”, ha puntualizado.
Òmnium Cultural ha difundido un mensaje recalcando que Cataluña forma parte de un Estado donde, ha dicho, “se valora como una excepción velar por un derecho fundamental como poder hablar en catalán en todas partes y con tribunales que continúan dictando sentencias contra nuestra lengua en las escuelas. Desde la sociedad civil continuaremos trabajando en todos los frentes para defender el catalán”, ha añadido la entidad.
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