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El antisanchismo arrolla al PSOE

Los socialistas pierden casi todas sus comunidades y principales ciudades

Pilar Alegría, portavoz del PSOE, comparece este domingo en Ferraz ante los medios para valorar los resultados de su formación.Foto: OSCAR DEL POZO (AFP) | Vídeo: EUROPA PRESS
José Marcos

El ambiente en los mítines del PSOE era un espejismo. El 28-M se convirtió en una derrota sin paliativos para los socialistas a seis meses de las elecciones generales. Todo falló, desde los trackings internos a la estrategia de campaña. El golpe, que Ferraz y La Moncloa no vieron venir ni por asomo, ha resultado durísimo en todos los aspectos. El PP ha desbancado al principal partido del Gobierno en votos —750.000 más—, absorbiendo el grueso del electorado de Ciudadanos de 2019, pese a que el PSOE partía con una ventaja de 1,6 millones de los que se ha dejado 400.000 por el camino. Pero lo más trascendente es que se ha traducido en una pérdida de poder territorial que, si no se acerca a la pulsión de cambio que Génova vaticinaba, mucho se le parece. “Quiero reconocer la derrota del PSOE en estas elecciones y felicitar al PP, que ha absorbido todo el voto de Ciudadanos. Es un mal resultado, no es en absoluto el que esperábamos. No vamos a ocultar que esperábamos a forjar mayoría de progreso gracias a la movilización del electorado progresista, que no se ha producido. El PSOE asume que debemos hacer las cosas mejor y esforzarnos más en las próximas elecciones. Tenemos que hacer una reflexión de cara a los próximos meses”, ha asumido Pilar Alegría, portavoz de la ejecutiva federal de los socialistas, en una comparecencia sin preguntas.

La ola del antisanchismo le pasó por encima a algunos de los barones y alcaldes socialistas más consolidados. El club de los nueve barones que presidían las comunidades autónomas de Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja y Navarra fue jibarizado. Solo han aguantado María Chivite —en su caso será mucho más difícil, ya que dependerá de EH Bildu— y Emiliano García-Page al tsunami de una campaña que Pedro Sánchez aceptó plantear en clave nacional. “Muchas gracias de todo corazón. Estoy muy emocionado porque el trabajo de tanta gente ha tenido reconocimiento. No podíamos negarnos una mayoría, hemos tenido que ganar con nuestra exclusiva fuerza”, ha celebrado García-Page, que no salió hasta la una y media de la madrugada. Lo ha hecho acompañado de sus predecesores en la Junta, José Bono y José María Barreda. El barón más crítico con Sánchez tuvo que sacar el 45% y revalidar la mayoría absoluta para perpetuarse otra legislatura. ”Hemos ganado contra mucha adversidad, pero no soy quién para dar lecciones y consejos, solo sé que nos hemos dejado la piel”, ha abundado. A la misma hora, el asturiano Adrián Barbón pendía de un puñado de votos para seguir al frente del Principado.

El presidente del Gobierno y secretario general no siguió los resultados en la sede del partido en Ferraz, como suele ser habitual cuando se trata de las elecciones que no son legislativas. El problema del PSOE es que accedió a que se interpretaran justo como el PP pretendía, para desconsuelo de líderes territoriales, en teoría tan asentados como Guillermo Fernández Vara, Ximo Puig o Javier Lambán.

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, comparece ante los medios tras perder la alcaldía este domingo.
El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, comparece ante los medios tras perder la alcaldía este domingo. claudia alba (Europa Press)

Las malas noticias se han sucedido en una noche de pesadilla en Ferraz. Peor que la de las elecciones andaluzas de hace un año, que ya es decir y que provocó cambios radicales en el PSOE. La debacle fue apoteósica: el PSOE partía del principio de que resistir es vencer pero se desmoronó en muchísimos de sus bastiones ante la pujanza combinada de PP y Vox. La primera herida llegó en Sevilla, en el mismísimo corazón del socialismo, donde la derecha dio un vuelco en las urnas. La sangría siguió en otras ciudades como Valencia, donde la coalición de Compromís y socialistas también se vio superada por la suma de la derecha y extrema derecha. Pero es que incluso Valladolid, donde su regidor, Óscar Puente, daba por segura la reelección, cayó del lado de PP y Vox. La misma tónica se repitió en Palma. De repente, Las Palmas de Gran Canaria, la novena ciudad más poblada de España, se convirtió, a la espera de los pactos postelectorales, en la principal ciudad socialista. Y al PSOE siempre le quedará Abel, el eterno alcalde de Vigo.

El alcalde de Vigo, el socialsita Abel Caballero, celebra su mayoría absoluta este domingo en un hotel de la ciudad gallega.
El alcalde de Vigo, el socialsita Abel Caballero, celebra su mayoría absoluta este domingo en un hotel de la ciudad gallega. Javier Vázquez - Europa Press (Europa Press)

Una de las mejores radiografías de la magnitud del desastre la dejó Castilla-La Mancha, donde el PSOE gobernaba en las cinco capitales de provincia y también hubo vuelco conservador, con la excepción de Cuenca, donde los socialistas solo se salvarán por los pactos. El consuelo, si es que alguien lo puede llamar así, lo dejó el tirón del PSC en Cataluña, aunque los socialistas tampoco lograron el objetivo de ser la fuerza más votada en Barcelona, si bien su candidato, Jaume Collboni, ha quedado por delante de Ada Colau, de los comunes. La aldea gala de PSC también se impuso en Lleida y Tarragona, pero no bastó para maquillar la hecatombe socialista en el resto de España. Y un dato demoledor: los socialistas perdieron en todas las ciudades en las que Sánchez hizo campaña —en muchas de ellas gobernaba el PSOE— salvo en el cierre de campaña de Cataluña. Sevilla, Puertollano, Vitoria, Alcalá de Henares, Ibiza, Palma, Zaragoza, Valencia, Valladolid, Santander, Jerez, Gijón y Madrid fueron como las fichas de un dominó. Una detrás de otra cayeron para espanto del PSOE.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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