El PSOE se harta de Podemos con el ‘solo sí es sí’: “Si mandan siempre la misma propuesta no avanzamos”
Los socialistas renuncian de momento a acelerar la reforma y sacarla con el PP en un pleno extraordinario, pero la negociación no se mueve un milímetro y está enquistada
El Gobierno lleva semanas bloqueado en la reforma del solo sí es sí, y ninguno de los dos sectores del Ejecutivo hace movimientos significativos para romper esa especie de guerra fría permanente que, según admiten los consultados, perjudica a todos e impide que la coalición recupere la iniciativa y la agenda política. Desde el salto más relevante, el que hizo el PSOE al presentar una proposición de ley en solitario, nada se mueve. Hay guerra de declaraciones, y Podemos intenta a toda costa que el socio mayoritario del Ejecutivo se siente de nuevo a negociar. Pero no hay cambios.
Los socialistas se han cansado de la estrategia de Podemos, que ha hecho público que ha enviado una nueva propuesta, porque, según aseguran, es prácticamente la misma una y otra vez. “Si mandan siempre la misma propuesta no avanzamos”, aseguran fuentes socialistas. “Esto pasa a veces en las negociaciones, que se enrocan. La única manera de resolverlo es que alguien aporte una vía intermedia, pero que sea sólida jurídicamente para que no vuelva a pasar lo mismo otra vez con la interpretación de los jueces. Estamos dispuestos a escuchar. Pero si van a volver a presentar una y otra vez la misma propuesta, ya pueden ser 7 o 15, no sirve de nada”.
En esta línea, la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, fue rotunda en los pasillos del Congreso: “Se pueden mandar muchas propuestas en las que uno lo que hace es contabilizar probablemente más para el relato, no para realmente intentar solucionar el problema, si todas preservan la parte en la que discrepamos no se avanza”. El Ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero, de Podemos, asegura que el pasado fin de semana envió su séptima alternativa al PSOE para intentar reanudar la negociación, interrumpida hace casi dos semanas. Pero el nuevo texto, según admiten fuentes de ambos sectores, se centra en la misma idea que es el corazón del choque: elimina la violencia como elemento central para las penas más altas y solo la incorpora como agravante. Los socialistas creen que esa fórmula, que lleva semanas planteando Podemos, les daría demasiado margen a los jueces y se podría repetir el esquema de las rebajas de penas actuales pero con las futuras penas, que serían más bajas que antes de la ley del solo sí es sí.
Ante esta situación de bloqueo, de la que ambos se culpan, el PSOE ha optado por no reanudar la negociación hasta que no vea que Podemos o alguno de los otros socios que se han colocado cerca de la posición de Igualdad, en especial ERC y Bildu, plantean una vía intermedia entre las dos posiciones que sea viable jurídicamente. Mientras eso no suceda, los socialistas dejan pasar los días convencidos de que el asunto del solo sí es sí se va agotando poco a poco. “Ya están todas las posiciones muy claras. La gente sabe que nosotros queremos arreglarlo y cambiar la ley. El 95% de los españoles quieren cambiar la ley. Estamos dispuestos a hablar, pero sin marear más”, aseguran fuentes del sector socialista.
El PSOE ha intentado sin éxito acelerar la tramitación en el Congreso. ERC, Bildu y Podemos se lo han impedido. Pero aún tendría una forma de precipitar todo: podría forzar, a través de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la convocatoria de un pleno extraordinario la semana que viene —es su potestad exclusiva, y ella es socialista y persona de confianza del presidente, Pedro Sánchez— y así acelerar la tramitación. Es lo que ha pedido expresamente el PP, que ofrece sus votos. Si el PSOE quisiera forzar la situación, podría convocar ese pleno y sacar la reforma a toda velocidad con el PP. Pero los socialistas de momento han decidido evitar esa solución, que implicaría aún más tensión dentro de la mayoría. El PSOE va dejando pasar los días convencido de que esta batalla del solo sí es sí es ya sobre todo una cuestión interna dentro de Unidas Podemos, por la pugna entre Podemos y el resto de grupos, agrupados en torno a Yolanda Díaz y su proyecto de Sumar. Si no hay movimientos, al final el PSOE solo podrá sacar la reforma con el PP, pero hasta entonces se ha dado tiempo para ver si se encuentra una salida con acuerdo con Unidas Podemos.
Evitar una votación dividida
Los socialistas aún confían en que dentro de Unidas Podemos se produzca un movimiento que obligue a Irene Montero a buscar una solución intermedia para evitar una votación dividida. Pero de momento han decidido no acelerar la negociación y dejar pasar los días hasta que el 7 de marzo finalmente se tenga que votar la admisión a trámite de la proposición. El problema es que con ese calendario, el debate y la votación final se colarían ya en abril y casi en mayo, en plena campaña electoral, un escenario infernal para la coalición. Pero desde el PSOE están convencidos de que el desgaste ya es todo para Podemos, porque son los socialistas quienes promueven una reforma. “Lo vamos a solucionar”, insistió Pedro Sánchez en los pasillos. Y ese es el mensaje reiterado: el PSOE está trabajando para arreglar el problema.
Desde Podemos lo ven de manera contraria, creen que son ellos los que quieren negociar y el PSOE está bloqueando una posible salida mientras se enroca en una reforma que para Igualdad vuelve al modelo anterior de dos subtipos, uno con violencia y otro sin ella, y, por tanto, centraría los juicios en dilucidar si hubo o no violencia. “Estamos intentando mantener la discreción para que no sea mi propuesta, sino una propuesta que permita que este pleno con su mayoría feminista apueste por responder de forma unitaria a la preocupación de las víctimas”, argumentó Irene Montero en los pasillos del Congreso para explicar por qué no dan a conocer su última iniciativa, que según los socialistas es casi idéntica a las anteriores.
La ministra puso ayer el foco en la necesidad de alcanzar un acuerdo antes de que el pleno debata el 7 de marzo la proposición de ley de los socialistas, la víspera del Día Internacional de la Mujer, que este año volverá a mostrar la división del movimiento en las calles. Lo hizo al culminar su respuesta a Vox durante la sesión de control al Gobierno, con una apelación directa a los grupos. E insistió de nuevo en sus declaraciones ante los medios.
“Estamos en un momento de riesgo para el retroceso de los derechos de las mujeres y lo que tenemos es un problema político. Si aceptamos que el consentimiento tiene que seguir en el centro, hay soluciones técnicas de sobra para poder dar como Gobierno una respuesta unitaria y también desde la mayoría feminista del Congreso de los Diputados”, reiteró.
Igualdad dio a conocer el lunes que su departamento había solicitado una reunión a los interlocutores del PSOE, los ministros Félix Bolaños y María Jesús Montero, y aseguran que por ahora su petición no ha sido contestada. “No entendemos por qué no quieren sentarse. Nosotras creemos que hay que llegar a un acuerdo ya”, subrayó Montero. “Hemos presentado muchas propuestas y estamos abiertas a recibir otras”, aseguró.
El cruce de declaraciones continúa sin que Yolanda Díaz, con su llamamiento a la discreción la semana pasada, haya podido acallar los duros reproches de Podemos al PSOE, que aun el sábado tildó a esta formación de “fuerza conservadora”. Todo el grupo de Unidas Podemos coincide en que es necesario alcanzar un acuerdo, pero hay discrepancias en cuanto al tono y la estrategia de guerra abierta imperante en el partido de la ministra Ione Belarra. Fuentes de Podemos descartan que estén forzando una ruptura que, creen, no beneficiaría más que a la derecha. Pero los días avanzan sin que haya movimiento y se acerca el momento en que el grupo tendrá que decidir qué vota frente a la propuesta del PSOE.
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