Bruselas insta a Aragonès a cumplir con la sentencia que obliga a que el 25% de las clases sean en castellano en Cataluña

Lo que iba a ser una celebración por todo lo alto del fin oficial de la era de relaciones congeladas con Cataluña que provocó el procés, se ha visto algo enturbiado por el tirón de orejas que se ha llevado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su primer día en Bruselas. Aunque la cita estaba agendada para que el president presentara el caso de espionaje Pegasus, el comisario de Justicia, Didier Reynders, no ha perdido la ocasión para recordarle la “importancia” de cumplir la sentencia sobre el uso del castellano en las escuelas catalanas, según fuentes comunitarias. Pese a ello, Aragonès ha celebrado una reunión que, ha subrayado, supone la normalización de relaciones —es el primer presidente catalán en ser recibido en la sede del Ejecutivo europeo desde Artur Mas, en 2015— y el regreso de Cataluña a la esfera europea.

Reynders aprovechó el encuentro para pedirle a Aragonès que la Generalitat cumpla con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga a que el 25% de las clases sean en castellano. En un tuit sobre el encuentro, el propio comisario belga destacó que este sirvió para “discutir sobre la importancia de garantizar la completa aplicación de las sentencias de la Corte y la conformidad de las normas de seguridad nacional con la ley europea”.

Según fuentes comunitarias, Aragonès replicó explicándole “las cuestiones relacionadas con el uso de lenguas en las escuelas de Cataluña”, tema pendiente ante el Tribunal Constitucional, después de que aceptase a trámite el recurso del PP y Cs contra el decreto que traslada la responsabilidad de los proyectos lingüísticos al Departamento de Educación.

Fuentes próximas a Aragonès aseguran que la petición del comisario no ha sido la de cumplir las sentencias judiciales, sino una defensa genérica del cumplimiento de las leyes, algo que según estas fuentes se está haciendo porque la Generalitat ha aprobado un nuevo marco legislativo que les exime de la aplicación de cuotas lingüísticas. Estas mismas fuentes han explicado que Aragonès, durante el encuentro, ha explicado la reforma legal adoptada por la Generalitat, que establece que no habrá cuotas concretas de castellano, si bien fija que esta lengua tendrá un uso “curricular” en la enseñanza en Cataluña. La ley está pendiente de revisión por el Tribunal Constitucional.

El tema principal del encuentro, no obstante, fue el caso Pegasus de presunto espionaje a dirigentes independentistas que, ha asegurado Aragonés, está lejos aún de estar cerrado. “He tenido la oportunidad de trasladarle la preocupación por cómo las autoridades del Estado español están gestionando este caso”, explicó el presidente catalán, cuyo teléfono móvil también fue víctima del software espía, en declaraciones a periodistas tras la reunión con Reynders. “Hemos podido constatar que compartimos preocupación, que las instituciones europeas están preocupadas por esta cuestión”, añadió.

Al respecto, Reynders le reiteró al presidente catalán que la Comisión ha declarado en “numerosas ocasiones su fuerte condena ante cualquier acceso ilegal a comunicaciones interpersonales” y le recordó que el Ejecutivo europeo ha enviado una carta oficial a las autoridades españolas “sobre el uso del programa espía Pegasus por parte de las autoridades españolas”, una cuestión que además sale mencionada en el capítulo español del informe sobre el Estado de derecho en la UE publicado el pasado julio.

Además, la Comisión “seguirá muy de cerca los resultados del comité investigador del Parlamento Europeo PEGA”, la comisión encargada de investigar los casos de espionaje con Pegasus y otros programas similares, agregaron las fuentes comunitarias.

Tras su primera cita comunitaria en Bruselas, Aragonès ha celebrado el regreso de Cataluña a la esfera europea. “Cataluña quiere estar [en Europa] y, en este sentido, el hecho de que se recuperen unas relaciones normalizadas lo valoramos muy positivamente”, ha declarado a un grupo de periodistas. “Ahora más que nunca, después de una pandemia, de una crisis económica en la que la respuesta europea fue fundamental, después de la necesidad que hay de dar una respuesta conjunta a las consecuencias de la guerra en Ucrania, Europa y las instituciones europeas tienen un papel más protagonista que nunca y Cataluña quiere estar”, ha insistido el dirigente catalán, que ha dado por restablecidos los lazos Barcelona-Bruselas.

Una cita esperada

Pese a su brevedad, alrededor de una hora, la cita, largamente gestada —Barcelona envió la primera carta a Bruselas en abril y recibió una respuesta positiva en mayo, momento en el cual se empezó a preparar la reunión ahora celebrada— ha servido para consolidar la normalización de la relación del Gobierno catalán con la Comisión Europea, congelada desde el procés. Un primer paso se había dado ya con la visita del vicepresidente del Ejecutivo europeo, Margaritas Schinas, a Aragonès a Barcelona, el pasado mayo. El president catalán también había mantenido un encuentro informal con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en un acto del Cercle d’Economía ese mismo mes en Barcelona. Pero faltaba aún el último gesto, ser recibido en Bruselas y ese paso final lo ha dado ahora Aragonès con su encuentro en la sede de la Comisión en la capital belga.

La visita de Aragonès continuará este viernes con un encuentro con el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, con quien analizará el potencial de Cataluña para participar y aportar al avance de Europa. “Cataluña quiere estar [en Europa] porque podemos contribuir a proyectos como la generación de hidrógeno verde, la fabricación y diseño del chip europeo y otros proyectos en la línea de avanzar hacia una autonomía estratégica que permita que el proyecto europeo esté mucho más protegido de choques externos”, aseguró el president.