_
_
_
_

El Gobierno acepta que Trabajo lidere la reforma laboral, pero exige presencia socialista en la mesa

Ministros del PSOE y UP implicados en la negociación mantienen un encuentro previo al Consejo de Ministros. Díaz propone a Economía una reunión para pactar los contenidos

La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez (en el centro), acompañada por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (a la izquierda), y la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, este martes en La Moncloa.
La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez (en el centro), acompañada por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (a la izquierda), y la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, este martes en La Moncloa.Javier Lizón (EFE)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, busca un equilibrio para cerrar la crisis abierta en la coalición sobre quién negocia y qué se negocia en la recta final de la reforma laboral, una ley clave de la legislatura. La última oferta de La Moncloa a Unidas Podemos es clara: Sánchez acepta el liderazgo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y su equipo de Trabajo en la negociación de la reforma con los agentes sociales como hasta ahora, pero siempre que haya presencia de ministerios socialistas, en especial de Economía. Sería así una especie de negociación vigilada o supervisada por el equipo de la titular de esa cartera y vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

La oferta se planteó este martes en una reunión discreta previa al Consejo de Ministros que mantuvieron los principales ministros del PSOE y de Unidas Podemos implicados en la negociación —Félix Bolaños, María Jesús Montero, Yolanda Díaz, Ione Belarra e Irene Montero—. Y supone un cambio sustancial, porque el jueves pasado Economía anunciaba por carta a Trabajo que llevaría la coordinación de toda la negociación, y ahora reconoce el liderazgo del equipo de Díaz.

La ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, admitió que quien “lidera” y “representa” al Gabinete en la mesa de diálogo social es Trabajo, pero insistió en que estén también presentes otras carteras del espectro socialista. También la propia Calviño admitió ese liderazgo, en un mensaje muy diferente al de los días anteriores, cuando insistía en que su vicepresidencia debía coordinar los equipos de varios ministerios que harían la reforma laboral, reduciendo así el peso de Trabajo.

Unidas Podemos contestó a esta oferta que antes de llegar a ese acuerdo del método de negociación y de los participantes, hay que ver si hay sintonía en el contenido de lo que se quiere negociar, y por eso Trabajo, según fuentes del departamento, propuso este martes a Economía una reunión para acordar el corazón de la reforma, esto es, abordar el alcance y los límites de la misma, antes de discutir quién lo negocia.

Los socialistas insisten en que no hay diferencias de fondo en el contenido, pero no aclaran de momento en qué puntos ellos no estarían de acuerdo. Unidas Podemos desconfía de la entrada del equipo de Calviño en la negociación, porque cree que tratará de suavizar algunos planteamientos que ya tiene muy avanzados Trabajo en estos últimos meses. El problema de fondo es el contenido, porque las visiones son diferentes, pero sobre todo una evidente desconfianza entre Díaz y Calviño y sus equipos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Trabajo ya tiene encarrilada buena parte de la negociación, y dentro del Gobierno circula un documento con el último borrador al que se llegó en el diálogo social, pero el sector socialista no ha dejado claro aún qué parte de ese texto no suscribiría o cambiaría. Los dos socios recelan del otro: Economía no se fía de la negociación de Trabajo y el equipo de Díaz teme que si entra el de Calviño lo hará para dominar la negociación y hacer una reforma más blanda. “El debate no es sobre metodología. A la ciudadanía no le importa eso. Quieren saber si acabaremos con la precariedad laboral, la devaluación salarial de la reforma del PP, si los jóvenes trabajarán en condiciones dignas, si el convenio de empresa va a dejar de ser el preferente sobre las restantes modalidades de negociación colectiva, o si la ultraactividad de los convenios volverá al statu quo anterior”, sentenció Díaz desde Roma, informa Daniel Verdú.

El punto de encuentro que busca el PSOE es la garantía de que Díaz liderará esa negociación. A pesar de que jurídicamente Economía está por encima de Trabajo, se podría ajustar técnicamente para que el secretario de Estado de Díaz, Joaquín Pérez Rey, siga dirigiendo esa negociación como viene haciendo desde el 17 de marzo, señalan los socialistas. Sin embargo, desde Unidas Podemos contestan que si entra en esa negociación el secretario de Estado de Economía automáticamente la dirige, por el rango que tiene. Durante todo el día hubo conversaciones para encontrar una solución. Este mismo miércoles está convocada una nueva reunión de la mesa de diálogo social y hasta el momento solo está previsto que acuda el secretario de Estado de Empleo, pero las negociaciones eran permanentes entre los dos socios para buscar una salida a la crisis.

En cualquier caso el problema real no es la forma, sino el contenido. Porque de quién negocie depende qué se negocia y qué reforma queda. Este es un asunto en el que no hay solo dos protagonistas sino otros tres muy relevantes que siguen atentamente la disputa entre los socios: los sindicatos, la patronal y Bruselas.

Este rifirrafe por el control de la reforma laboral favorece claramente las posiciones de la patronal, que hasta ahora trasladaba mucho malestar con la línea que estaba marcando Trabajo en la negociación. Para los empresarios el ministerio estaba demasiado cercano a las posiciones de los sindicatos. El hecho de que Díaz fuera aclamada al grito de “presidenta, presidenta” en el congreso de CC OO no pasó inadvertido en la CEOE, que tiene mayor sintonía con el equipo de Calviño.

De hecho, la insistencia de Sánchez en que Economía y otros ministerios socialistas entren en la negociación no es solo una cuestión formal o de poder, o incluso política para capitalizar los posibles logros de la reforma. De fondo también hay un interés por lanzar un mensaje tanto a la patronal como a Bruselas, de que el PSOE y La Moncloa están muy encima de una ley que la Comisión Europea supervisa muy de cerca, hasta el punto de que el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, pasó todo el lunes en Madrid y se vio por separado con Sánchez, con Calviño y con Díaz. El PSOE quiere a toda costa que la patronal esté en el acuerdo. Unidas Podemos lo quiere intentar, pero asume con más facilidad la posibilidad de que se queden fuera, como pasó en el salario mínimo.

Las sensaciones son muy diferentes entre los dos grupos. Mientras el PSOE da por hecho que la crisis se resolverá rápidamente, en Unidas Podemos recelan e insisten en que ahora hay que hablar de contenido. Pero de nuevo todos, incluida Díaz, dejaron claro que la coalición no se va a romper, porque eso sería abrirle la puerta a la derecha. “La salud de la coalición es buena. Y trabajaré siempre para que no gobierne la ultraderecha. No hay ningún riesgo. Pero es verdad que este debate no estaba previsto”, sentenció Díaz.

Los comunes arremeten contra Calviño

La diputada de Unidas Podemos Aina Vidal se mostró este martes muy crítica con el papel que pueda tener la vicepresidenta primera en la negociación de la reforma laboral. “Todas entendemos perfectamente qué quiere decir la ministra [Nadia] Calviño cuando nos habla de modernizar y no de derogar, y eso no es un tecnicismo; es una rebaja”, afirmó la portavoz de En Común Podem durante una rueda de prensa en el Congreso.

“No vamos a poner el lobo a cuidar las ovejas y eso lo tienen que tener muy claro”, añadió. “Cuando la señora Calviño dice que trabajará por un acuerdo equilibrado se dirige básicamente a la patronal y para eso ya estaba la señora Fátima Báñez”, siguió Vidal en alusión a la ministra de Trabajo que aprobó la reforma laboral del PP.

A primera hora, el presidente del grupo parlamentario de UP, Jaume Asens, vinculó el pulso planteado en la coalición con una cuestión de “visibilidad”. “Nos parece que el PSOE está nervioso ante la popularidad del liderazgo de Yolanda Díaz, que en las encuestas va muy fuerte”, señaló Asens en una entrevista en RNE.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_