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Los Presupuestos tenían sorpresa

PSOE y Podemos compiten en golpes de efecto: baja el IVA de las mascarillas y EH Bildu se perfila como nuevo socio para aprobar la cuentas

Xosé Hermida
La ministra de Hacienda (de espaldas) es aplaudida por sus compañeros del Gobierno.
La ministra de Hacienda (de espaldas) es aplaudida por sus compañeros del Gobierno.Ballesteros (EFE)

La política funciona cada vez más a golpes de efecto, y el inicio del debate presupuestario, este miércoles en el Congreso, no defraudó en ese aspecto. A falta de uno, hubo dos, en un reparto equitativo entre las fuerzas políticas que comparten Gobierno. Los socialistas, por boca de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sorprendieron con el anuncio de la rebaja del 21% al 4% del IVA de las mascarillas, una medida que el Ejecutivo posponía desde hace meses escudándose en que lo prohibía Bruselas. Eso, dentro del hemiciclo. En los pasillos, el giro de guion llegó de la mano del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que trajo un nuevo aliado para sacar adelante las cuentas: ni más ni menos que EH Bildu.

Estaban los diputados buscando asiento todavía, a la espera del inicio de la sesión, cuando Iglesias lució su trofeo en el hemiciclo: un sonriente saludo con Mertxe Aizpurua, la portavoz de EH Bildu. A primera hora de la mañana, Arnaldo Otegi había anunciado desde Euskadi que su grupo está dispuesto a romper una barrera y dar un apoyo explícito al Ejecutivo. En los pasillos del Congreso, los miembros del grupo de Unidas Podemos —el propio Iglesias, Pablo Echenique o el catalán Gerardo Pisarello— no tardaron en atribuirse el triunfo.

Unidas Podemos y Ciudadanos venían protagonizando un curioso pulso. El partido de Inés Arrimadas proclamaba su disposición a apoyar las cuentas, y los de Iglesias hacían todo lo posible por desairar esa mano tendida con el argumento de que las inclinarían a la derecha. Meter a la izquierda abertzale en la ecuación es prácticamente cerrar los caminos a Cs. “Ellos mismos se están excluyendo, han vuelto al a por ellos de Colón”, zanjó Echenique. Cs, a pesar de su irritación por la jugada de Iglesias, no da las negociaciones por cerradas ni se sumará a las enmiendas que piden la devolución de los Presupuestos y que, con toda probabilidad, serán rechazadas hoy por la Cámara. Eso sí, Cs ha dejado claro que o ellos o “los separatistas”.

El otro golpe de efecto llegó ya dentro del pleno, en el largo discurso de la ministra de Hacienda. Y no solo causó sorpresa en los escaños de la oposición, que estalló en un barullo sarcástico porque reclamaba desde hace semanas esa reducción del IVA de las mascarillas, sino que dejó en una posición embarazosa a varios miembros del Gobierno y del PSOE. Montero dijo que podía anunciar la rebaja porque la Comisión Europea había confirmado, en una carta recibida la víspera, que España “no tendrá una multa millonaria” por aprobar una medida que contradice normas de Bruselas. De esa carta no debían de tener noticia ni el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ni la portavoz del Grupo Socialista, Adriana Lastra, quienes, este mismo miércoles por la mañana, continuaban alegando que el Gobierno estaba con las manos atadas en este asunto por las instituciones europeas. Bajar el IVA de las mascarillas equivaldría a “prevaricar”, llegó a escribir en Twitter el secretario del Grupo Socialista, Rafael Simancas, tres horas antes de escuchar desde el escaño el anuncio de su compañera.

Las negociaciones de Iglesias para aislar a Cs también dejaron un tanto fuera de juego los llamamientos de Montero a aparcar los “vetos cruzados” y “hacer política con mayúscula” para sacar adelante con el máximo apoyo unos Presupuestos que son una “imperiosa necesidad”. “Les pido arrimar el hombro en uno de los momentos más dramáticos de nuestra historia”, rogó la ministra. Dejar que el Estado siga con las cuentas prorrogadas desde 2018, abundó, sería una “irresponsabilidad manifiesta”. Montero se dirigió a todos los grupos, incluido Vox, y les recordó que lo que se vota hoy no son las cuentas definitivas, sino simplemente la luz verde a su tramitación. “En el camino lo podrán enriquecer con sus enmiendas”, invitó la ministra, que se comprometió a “ceder en algunas cosas”.

De quien no hubo sorpresas fue de Pablo Casado, que, por si quedaba alguna duda, no se demoró ni un minuto en descalificar al “Gobierno Frankenstein”. “Los Presupuestos llegan con el sello de Bildu y de ERC”, cargó el líder del PP. Casado se esforzó en demostrar que si no hay acuerdos entre el Gobierno y el primer partido de la oposición es por culpa de Sánchez. Criticó las subidas de impuestos y “el aumento del gasto en un 53% en un momento en que Europa nos está rescatando”. Y en un áspero rifirrafe con la ministra, calificó las cuentas de “suicidio para la recuperación de España”.

La negativa de Vox tampoco podía sorprender a nadie, aunque los argumentos resultaron novedosos. Iván Espinosa de los Monteros se alzó en nombre de los “nuevos invisibles”, "esos que hasta hace poco eran clase media y ahora están en las colas del hambre”. Vox se sitúa al lado de ellos, sostuvo su portavoz, frente a un Gobierno que representa a “las elites que llevan toda la vida viviendo del BOE”.

El resto de grupos que habían presentado enmiendas a la totalidad -Junts per Catalunya, Coalición Canaria, Foro Asturias, BNG y la CUP- lo defendieron con argumentos de variada índole. Laura Borràs, de Junts, ni disimuló que su rechazo no tiene nada que ver con el contenido de las cuentas, sino con la “criminalización del independentismo” y la “excepcionalidad democrática” que, según ella, se vive en Cataluña. La CUP cree que el Ejecutivo se ha doblegado ante los intereses de la banca y el gran capital. Y el BNG, Coalición Canaria y Foro Asturias denunciaron que los Presupuestos discriminan a sus respectivos territorios. Más País y Compromís, en cambio, así como el Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe, votarán para que el proyecto del Ejecutivo siga adelante. Íñigo Errejón pidió más medidas sociales, como la prohibición total de los desahucios.

Este jueves se comprobará si la jornada inicial del debate agotó la reserva de sorpresas. Tendría que producirse una mayúscula para que el Gobierno no lograse pasar sin apuros este primer trámite. Por delante quedarán aún largas semanas de negociaciones sobre las enmiendas parciales y el proyecto definitivo. Ahí ya va a resultar mucho más complicado jugar con dos cartas a la vez.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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