Iglesias presiona para evitar la tentación de Arrimadas
El líder de Podemos intensifica contactos con ERC y Bildu para forzar unos Presupuestos de izquierdas
Los dirigentes de Unidas Podemos se han lanzado en los últimos días a tratar de excluir a Ciudadanos del apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, que han comenzado a debatirse este miércoles en el Congreso. El último paso de esta estrategia para tener unas cuentas públicas netamente de izquierdas, y sin el concurso del partido de Inés Arrimadas, ha sido la precipitación del anuncio de EH Bildu de que se dispone a votar a favor del proyecto presupuestario, y la cálida acogida que ha dispensado el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, al apoyo abertzale. “En este Gobierno de coalición hay una realidad real, de cómo se formó con los socios de izquierda de investidura, y parece que también una realidad mediática, con las tentaciones que salen en los medios de una parte del Ejecutivo de pactar con Ciudadanos. Lo que Pablo Iglesias ha querido con sus contactos con los socios de investidura, especialmente ERC y EH Bildu, es forzar el acuerdo para unos Presupuestos hacia la izquierda”, subrayan fuentes de la dirección de Unidas Podemos.
Así se entiende que Iglesias fuera de los primeros políticos en celebrar en Twitter la disposición avanzada este miércoles por Arnaldo Otegi, el líder de EH Bildu, de apoyar las cuentas del Estado para 2021. En una entrevista en EiTB, Otegi constató la disposición de su partido a votar a favor de los Presupuestos para el año próximo, “si las cosas no se tuercen”. El dirigente abertzale observa “una receptividad importante” del Gobierno para dar ese paso adelante.
Pablo Iglesias, que ha mantenido contactos frecuentes desde hace tiempo y en estos días especialmente con ERC y EH Bildu, no tardó nada en ensalzar la “buena noticia” de la disponibilidad abertzale y la enmarcó en un gesto de “responsabilidad y compromiso para avanzar con políticas de izquierdas”. Y avisó: “El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado”. Más tarde, a la entrada del debate de las enmiendas a la totalidad ya en el Congreso, Iglesias ha agregado que el sí de EH Bildu "acerca a la aprobación de los Presupuestos con la mayoría plural de izquierdas que da sentido a la legislatura”.
Ninguno de esos mensajes fue improvisado, naturalmente. En el Congreso se vive una competición descarnada por saber hacia dónde se decanta ahora el Gobierno, para los Presupuestos, y para el resto de la legislatura. Fuentes de Unidas Podemos afirman que tras los contactos de Iglesias con EH Bildu y ERC, ahora se echará el anzuelo a otros grupos más minoritarios, pero relevantes, como el PNV, y también al BNG, Teruel Existe o Más País y Compromís. Esas fuerzas muestran buenas intenciones hacia el proyecto presupuestario del Gobierno, sobre todo si se atienden sus demandas territoriales. Todos ellos comparten, además, los recelos de Unidas Podemos hacia Ciudadanos.
La prioridad ahora del Ejecutivo, y en particular de Podemos, es apuntalar al menos la abstención de ERC en la aprobación definitiva de los Presupuestos, cuando se voten a finales de año. En la formación de Iglesias admiten las evidentes tensiones internas en el Ejecutivo entre los intereses del PSOE y los de Unidas Podemos con relación a Ciudadanos. Iglesias no mencionó a esa formación, pero ya lo hicieron en su lugar el miembro del grupo en la Mesa del Congreso, Gerardo Pisarello, que considera que Inés Arrimadas se ha “autoexcluido” de cualquier posibilidad de apoyar las cuentas públicas al exigir al Gobierno que retire de la nueva ley de educación la enmienda que elimina al castellano como lengua vehicular en Cataluña. Pisarello vislumbra en esa reclamación “cierto aire preconstitucional”.
No fue menos duro el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que concluyó también que Cs ya se pronunció implícitamente contra los Presupuestos al retornar al discurso del “a por ellos de la plaza de Colon” con el PP y Vox contra la inmersión lingüística en Cataluña. Echenique insistió en la idea de que Bildu se suma ahora con “lógica” a las fuerzas de izquierda que impulsan al Gobierno.
Ciudadanos se sintió inmediatamente interpelado por esos movimientos políticos. Carlos Cuadrado, vicesecretario general, reafirmó que “los dos caminos son incompatibles y el Gobierno debe elegir: o está con los españoles o con los separatistas”. Y en rueda de prensa en el Congreso, el portavoz adjunto, Edmundo Bal, utilizó todos los adjetivos que encontró para avisar de que Cs y la alianza gubernamental con ERC y Bildu es radicalmente “incompatible, imposible e inviable”. Cs, además, retó al presidente Pedro Sánchez, no a Iglesias, a clarificar el panorama y pronunciarse por las dos vías de alianzas ahora en disputa: la que tachó de moderada y centrada (la suya) o la del “compadreo y enjuague del bipartidismo de siempre con los radicales, populistas y las cesiones a los nacionalistas”. Ciudadanos esperará unos días, probablemente hasta el lunes de la semana que viene, para que se clarifique el panorama de pactos para los presupuestos y la ley de Educación de la ministra Isabel Celáa, y el martes registrará una pregunta de control al presidente del Gobierno que la líder, Inés Arrimadas, usará el miércoles para exigir a Sánchez en el Congreso que se decante y no esperar hasta el final del proceso.
El PP no ha variado su oposición al proyecto y a todos estos movimientos previos al debate. La portavoz parlamentaria popular, Cuca Gamarra, cuestionó todo el plan económico y las que llamó “cesiones paralelas al independentismo, al nacionalismo y a los herederos de ETA”. Gamarra sí entendió que el anunció de Bildu clarifica quiénes son los verdaderos socios de Sánchez e Iglesias y revela bien “el caro precio de la degradación moral y política por mantenerse en La Moncloa”. En esa alusión del PP a ETA coincidió con un tuit del líder de Vox, Santiago Abascal, que reprodujo en su cuenta un logotipo de la organización terrorista para denunciar que ese es el sello de estos presupuestos.
Desde la ultraderecha, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, no tardó en remachar que Bildu es “el brazo político de ETA” y reafirmó que su formación nunca normalizará ni permitirá que se blanquee el pasado de esa formación abertzale. La portavoz de Junts per Catalunya, Laura Borràs, no quiso comentar las negociaciones emprendidas por Bildu, pero sí lanzó una fuerte crítica al Gobierno, a Podemos y a ERC y otras formaciones a las que acusó de conceder su apoyo gratis. JuntsxCat sí ha presentado una enmienda a la totalidad, pero tiene sus problemas internos. En el Ejecutivo piensan que los cuatro miembros del PDeCAT podrían entrar al final también en la negociación.
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