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Un picnic, una parrillada, un banquete de dulces... Cuatro mesas festivas para un Navidad distinta

La chef Gabriela Palatchi, los hosteleros Nacho Ventosa y Sara Aznar, la pintora Bárbara Pan de Soraluce, el decorador Pascua Ortega y la florista Inés Urquijo demuestran que hay otra manera de celebrar estas fiestas.

Gabriela Palatchi es la fundadora de Gabfoods, una de las empresas de catering más solicitadas en Madrid y Barcelona. A la empresaria le gusta celebrar las fiestas con dulces artesanales españoles: turrón de Alicante, de avellana y de frutas, todo de Casa Mira; fruta glaseada, empiñonadas y polvorones, también de Casa Mira; panettones de La Duquesita, elaborados por Oriol Balaguer, y merengues de Pastelería Chantilly. “Me gusta dar protagonismo al producto de proximidad”, dice la chef, que en la imagen está vestida de Dior Colección Crucero y sostiene una tarta de San Marcos, también de Pastelería Chantilly. Ha decorado la mesa con mantelería de Gabfoods; esculturas de rosas, anturios y tomates de Metatopy, y velas de Loewe.
Gabriela Palatchi es la fundadora de Gabfoods, una de las empresas de catering más solicitadas en Madrid y Barcelona. A la empresaria le gusta celebrar las fiestas con dulces artesanales españoles: turrón de Alicante, de avellana y de frutas, todo de Casa Mira; fruta glaseada, empiñonadas y polvorones, también de Casa Mira; panettones de La Duquesita, elaborados por Oriol Balaguer, y merengues de Pastelería Chantilly. “Me gusta dar protagonismo al producto de proximidad”, dice la chef, que en la imagen está vestida de Dior Colección Crucero y sostiene una tarta de San Marcos, también de Pastelería Chantilly. Ha decorado la mesa con mantelería de Gabfoods; esculturas de rosas, anturios y tomates de Metatopy, y velas de Loewe.Anna Huix
Martín Bianchi

Gabriela Palatchi (Barcelona, 31 años) lleva un vestido frou-frou de Dior y botas con tacones, pero no tiene ningún inconveniente en ­subirse a una mesa navideña para hacer acrobacias entre panettones y turrones. Con una mano coge un merengue, mientras con la otra alza una tarta de San Marcos. “Me gusta la idea de dar protagonismo al producto español en estas fechas: los polvorones, las empiñonadas, la fruta glaseada… Es el que tomamos siempre en casa”, explica la chef. Hace un año fundó Gabfoods, su empresa de catering y comida a domicilio. Hoy es una de las más solicitadas de Madrid, famosa por preparar menús y puestas en escena sostenibles y con materia prima de proximidad. Este verano, por ejemplo, recicló 40 manteles de segunda mano para una cena para la firma de moda australiana Zimmermann. “Me encanta dar una segunda oportunidad a las cosas. Siempre estoy reutilizando todo”, dice.

Hace unos años, ella misma tuvo una segunda oportunidad. Hija de Alberto Palatchi, fundador del imperio de vestidos de novia Pronovias, Gabriela estaba destinada a trabajar en la industria de la moda. “Todos me decían que iba a acabar en el negocio familiar. Hasta que me enamoré de mi turco y me fui a Estambul”, recuerda, refiriéndose a su marido, Ediz Elhadef. En 2017, ya instalada en Turquía, se puso a buscar trabajo en el sector de la restauración. “Nadie me contrataba. Me decían: ‘¿Qué va a hacer una pija que no sabe pelar una patata?’. Pues esta pija sabe pelar patatas perfectamente. Llevo cocinando desde los 12 años. De niña estudiaba en un internado suizo y, como no me gustaba la comida, me pasaba el día cocinando”, dice. Cansada de enviar currículos, empezó a cocinar a domicilio y a los tres meses abrió su propio local, el primero sostenible en Turquía: sin embalajes de plástico, sin pajitas… Ahora ha trasladado este concepto a su empresa en España.

Los hosteleros Nacho Ventosa y Sara Aznar son los artífices de Los 33, uno de los nuevos restaurantes de moda en Madrid: cocina uruguaya con un toque español. “No esperábamos este éxito. Nos da mucha vergüenza y también nos acojona”, reconoce Ventosa. “Cada día es como abrir el telón y nos da miedo equivocarnos”, añade Aznar, que lleva americana, jersey y pantalón de Max Mara, y collar de Paco Rabanne. La pareja, que también tiene el bar-restaurante El Viajero en el barrio madrileño de La Latina, ha preparado una cena festiva que rinde homenaje a la parrilla: chuletón de rubia gallega y entraña de wagyu, ambos cocinados en los fogones de Los 33; fruta y verdura de Entre Col y Col (Mercado de Barceló), panes de Panadería John Torres, panettone de Estela Hojaldre y vinos Barón de Chirel y Sauvignon Blanc de Marqués de Riscal.
Los hosteleros Nacho Ventosa y Sara Aznar son los artífices de Los 33, uno de los nuevos restaurantes de moda en Madrid: cocina uruguaya con un toque español. “No esperábamos este éxito. Nos da mucha vergüenza y también nos acojona”, reconoce Ventosa. “Cada día es como abrir el telón y nos da miedo equivocarnos”, añade Aznar, que lleva americana, jersey y pantalón de Max Mara, y collar de Paco Rabanne. La pareja, que también tiene el bar-restaurante El Viajero en el barrio madrileño de La Latina, ha preparado una cena festiva que rinde homenaje a la parrilla: chuletón de rubia gallega y entraña de wagyu, ambos cocinados en los fogones de Los 33; fruta y verdura de Entre Col y Col (Mercado de Barceló), panes de Panadería John Torres, panettone de Estela Hojaldre y vinos Barón de Chirel y Sauvignon Blanc de Marqués de Riscal.Anna Huix

Nacho Ventosa (Barcelona, 48 años) y Sara Aznar (Madrid, 35) también han pensado en una mesa festiva con productos locales. El chuletón de rubia gallega, combinado con entraña de wagyu, es su plato estrella para estas fechas, regado con Barón de Chirel de Marqués de Riscal, un rioja que marida a la perfección con las carnes rojas. Ventosa y Aznar son dos de los hosteleros de más éxito en estos momentos. Hace unos meses, la pareja abrió Los 33, uno de los restaurantes de moda en Madrid. Su menú de inspiración hispano-uruguaya ha revolucionado el barrio de Justicia a golpe de choripán, empanadas criollas, entraña y chivito, el sándwich de carne vacuna típicamente uruguayo. “Sara es medio uruguaya, así que la parrilla, la carne y el fuego siempre están en nuestras vidas”, apunta Ventosa. Sobre la isla de su cocina, en un piso luminoso y moderno de Chueca, preparan un festín con sabor sudamericano. “Para nosotros, la cocina siempre es el punto de partida de todo y nuestro lugar de encuentro favorito, en Navidad también. Cuando organizamos algo en casa, los momentos más divertidos ocurren aquí”, dice ella. “Como ves, la cocina está en medio del piso. No la tenemos escondida”, añade él.

La pintora Bárbara Pan de Soraluce reconoce que de joven trabajó unos cinco minutos y luego, durante 35 años, fue “mujer florero”. Hace ocho años se lanzó a dibujar a mano platos a plumilla, personalizados, en loza y porcelana de Limoges. Así nació su propia marca de vajillas, Los Platos de Pan, que rinden tributo al jardín de su casa de Madrid y a la botánica: flores, mariposas, verduras, herramientas de jardinería… Para estas fiestas ha pensado en una merienda para su nieto Juanito y su perro Petunia, una mesa plagada de pavlovas de limón y tartas de chocolate hechas por Lacreme Madrid, la pastelería de Mónica García. La vajilla es de Los Platos de Pan, la mantelería está hecha con una tela diseñada por Pan de Soraluce para el interiorista Nacho de la Vega, y las flores son de Floreale. La pintora luce vestido de Jorge Vázquez y pendientes de Carolina Herrera, y Juanito lleva ropa de Chucu-chu.
La pintora Bárbara Pan de Soraluce reconoce que de joven trabajó unos cinco minutos y luego, durante 35 años, fue “mujer florero”. Hace ocho años se lanzó a dibujar a mano platos a plumilla, personalizados, en loza y porcelana de Limoges. Así nació su propia marca de vajillas, Los Platos de Pan, que rinden tributo al jardín de su casa de Madrid y a la botánica: flores, mariposas, verduras, herramientas de jardinería… Para estas fiestas ha pensado en una merienda para su nieto Juanito y su perro Petunia, una mesa plagada de pavlovas de limón y tartas de chocolate hechas por Lacreme Madrid, la pastelería de Mónica García. La vajilla es de Los Platos de Pan, la mantelería está hecha con una tela diseñada por Pan de Soraluce para el interiorista Nacho de la Vega, y las flores son de Floreale. La pintora luce vestido de Jorge Vázquez y pendientes de Carolina Herrera, y Juanito lleva ropa de Chucu-chu. Anna Huix

A la casa de Bárbara Pan de Soraluce (Roma, 61 años), ubicada en una de esas colonias exclusivas detrás del paseo de la Castellana, se accede por un frondoso jardín. Allí, la pintora ha organizado una merienda para su nieto, Juanito, un menú plagado de pavlovas y tartas. “Es la mesa de sus sueños, un regalo de Navidad para él. Los dulces, los merengues…, todo lo más prohibido, pensado para que no se vaya de mi lado”, dice la orgullosa abuela. El mantel está hecho con una tela con motivos de peonías que acaba de diseñar para el interiorista Nacho de la Vega. La vajilla también es de su firma, Los Platos de Pan, y está decorada con mimosas amarillas. Pan estudió Bellas Artes y restauración de cuadros, pero, como ella misma dice, trabajó cinco minutos y durante 35 años fue “mujer florero”. Hace ocho años empezó a dibujar a plumilla platos que rinden homenaje a las flores de su jardín, su edén en el centro de Madrid.

Pascua Ortega es uno de los pioneros del interiorismo en España y a lo largo de sus cuatro décadas de trayectoria ha liderado más de 800 proyectos, incluida la puesta en escena de la boda de los reyes Felipe y Letizia. “La mesa de Navidad es un tópico. Salvo mesas al revés, ya lo hemos visto todo”, sentencia. Por eso, propone unas fiestas diferentes: un pícnic en uno de los salones de su casa-estudio, en el barrio de las Letras de Madrid. Ortega y su sobrina, Inés Urquijo, una de las mejores floristas de nuestro país, brindan con champán frente a una chimenea de mármol del siglo XIX en la que no falta un belén sevillano del XVIII. El decorador está de pie junto a una bandeja con platos, porcelana antigua y samovar ruso, mientras que la florista, que lleva vestido de Cortana y zapatos de Manolo Blahnik, está sentada sobre una manta vieja de guanacos de la Patagonia y una alfombra turca antigua tipo Ziegler, rodeada de almohadones de seda y brocados antiguos. Para la ocasión, Urquijo ha diseñado una gran guirnalda de verdes y bayas de invierno y pequeños arreglos florales hechos con tulipanes barrocos y crisantemos.
Pascua Ortega es uno de los pioneros del interiorismo en España y a lo largo de sus cuatro décadas de trayectoria ha liderado más de 800 proyectos, incluida la puesta en escena de la boda de los reyes Felipe y Letizia. “La mesa de Navidad es un tópico. Salvo mesas al revés, ya lo hemos visto todo”, sentencia. Por eso, propone unas fiestas diferentes: un pícnic en uno de los salones de su casa-estudio, en el barrio de las Letras de Madrid. Ortega y su sobrina, Inés Urquijo, una de las mejores floristas de nuestro país, brindan con champán frente a una chimenea de mármol del siglo XIX en la que no falta un belén sevillano del XVIII. El decorador está de pie junto a una bandeja con platos, porcelana antigua y samovar ruso, mientras que la florista, que lleva vestido de Cortana y zapatos de Manolo Blahnik, está sentada sobre una manta vieja de guanacos de la Patagonia y una alfombra turca antigua tipo Ziegler, rodeada de almohadones de seda y brocados antiguos. Para la ocasión, Urquijo ha diseñado una gran guirnalda de verdes y bayas de invierno y pequeños arreglos florales hechos con tulipanes barrocos y crisantemos.Anna Huix

A 15 minutos de allí, en el barrio de las Letras, el interiorista Pascua Ortega (Barcelona, 77 años) tiene su propio paraíso. Su casa-estudio, un palacete con salones de techos altos, muebles suntuosos y antigüedades extraordinarias, huele a chimenea. Uno de los pioneros de la decoración en nuestro país ha improvisado un pícnic frente al fuego, sobre una alfombra turca tipo Ziegler. “La mesa de Navidad es un tópico. Salvo mesas al revés, ya lo hemos visto todo. Cada vez hay menos familias numerosas en España y las fiestas son más íntimas y reducidas. Exagerando esta tendencia, he planteado la reunión de dos amigos que quieren celebrar de otra manera”, dice, mientras descorcha una botella de champán y pide que echen más leña al fuego. Su sobrina, Inés Urquijo, una de las grandes floristas de la capital, ejerce de partenaire. Para esta cita familiar, ha diseñado una instalación floral inspirada en las guirnaldas tradicionales y ha plantado delicados jarrones con tulipanes y crisantemos. “Quítate el zapato”, sugiere la fotógrafa a la florista “¡No!”, exclama Pascua. “Eso ya es demasiada intimidad. No te olvides de que somos tío y sobrina”.

Créditos de producción

Estilismo: Beatriz Moreno de la Cova
Producción: Maia Hoetink
Maquillaje y peluquería: Lucas Margarit (Another Agency para Givenchy Beauty)
Asistente de fotografía: Juan Marvaz
Asistente de estilismo: Diego Grimaldi

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Sobre la firma

Martín Bianchi
Martín Bianchi Tasso es coordinador de Estilo de Vida en El País Semanal y además colabora con la sección de Gente de EL PAÍS. Fue redactor jefe de la revista ¡Hola!, jefe de Sociedad en Vanity Fair y jefe de Gente y Estilo en Abc.

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