Una ruta por los tablaos y el flamenco de Granada, para turistas y también para locales
El espectáculo para guiris quedó atrás en la ciudad andaluza, que tiene más de una docena de espacios y numerosos festivales y ciclos de buen arte
El flamenco para guiris, entendido como un subproducto rozando lo vergonzoso en el que los extranjeros son expuestos a bailes y guitarrazos exagerados, con mucho vuelo de mantoncillo y poca sustancia, es cosa del pasado. Al menos, en Granada. Esa es la realidad que transmiten especialistas y amantes del flamenco que conocen el percal. El visitante —y el local— puede encontrar sitios en los que ver el flamenco ya fluctúa desde digno como poco hasta una calidad destacable. Lo explica Víctor Vázquez, presidente de la Peña La Platería, la más antigua de España y que este 2024 cumple 75 años de vida: “El tablao se ha convertido en una industria y por eso se cuida mucho más que antes”. Y continúa: “Yo diría que Granada, además, con 14 o 15 tablaos, es la ciudad que más espectáculos flamencos ofrece en España cada día”.
Lo que sigue es una ruta por la ciudad andaluza, guiada por el propio Vázquez, por un profesor universitario especialista en flamenco y por conocedores de este arte que prefieren guardar el anonimato, por los, en su opinión, mejores espectáculos flamencos de Granada, en tablaos, festivales u otro tipo de locales. La muestra de esa calidad es que en varios de ellos la programación incluye a figuras nacionales: si hay suerte y es su turno, el espectador puede encontrar a José Fermín Fernández, ganador del Bordón Minero del Concurso de Cante de las Minas de La Unión (Murcia) y del Concurso Nacional de Arte Flamenco en Córdoba en 2019. También con Antonio Campos, un cantaor de los grandes, o bailaoras como Fuensanta La Moneta, La Repompa o Alba Heredia.
Peña La Platería
La peña flamenca más antigua de España está en el barrio del Albaicín y comienza su semana de espectáculos con sus Jueves flamencos, una cita fija semanal con el baile. “La idea”, explica su presidente, “es ofrecer una oportunidad a los y las bailaoras de Granada pero, en general, de Andalucía. La premisa es, por supuesto, la calidad y realizamos una programación anual en la que apenas hay actuaciones repetidas”. Esta cita tiene mucha demanda y requiere reserva. La noche de los sábados está cerrada a los socios de la Peña La Platería, seguidores de la élite flamenca y, por ello, es noche de cita con los mejores cantaores y tocaores del presente y del futuro. La oferta continúa viernes y domingos alternos —una semana viernes, la siguiente el domingo— con una propuesta diferente y abierta a todo el mundo. Los viernes es el momento de conferencias, mesas redondas o cine alrededor del flamenco (es gratuito). El domingo correspondiente, a las doce de la mañana, llegan Los matinales de la Platería, con flamenco fusión. “Flamenco acompañado de jazz, blues, clásica, música árabe o tradicional japonesa”, detalla Vázquez. Viernes y domingos, aunque se aconseja reservar, suele haber sitio disponible para quien se acerque sobre la marcha. La reserva se puede hacer llamando al bar de la peña, cuya terraza está frente a la Alhambra.
Sacromonte y zambra
El Sacromonte es el barrio flamenco por excelencia de la ciudad. Allí llegan cada tarde-noche decenas de buses con turistas en busca de un espectáculo flamenco. “El concepto de turista como alguien totalmente perdido en torno al flamenco es algo relativo porque hay granadinos que no saben nada y japoneses que saben muchísimo”, recuerda Pedro Ordóñez, musicólogo y profesor de Flamenco y Músicas Populares en la Universidad de Granada. Sí ocurre, reconoce, “que el flamenco mantiene ese exotismo no superado del romanticismo de final del XIX”, lo que le da un grado añadido de atracción. Un paseo por el Sacromonte, dice Ordóñez, “sorprende porque es un entorno mágico, diferente”.
El flamenco en el Sacromonte tiene peculiaridades. Allí no hay tablaos al uso, hay cuevas y, más específicamente, zambras. La zambra nació y sigue ahí como “unos palos y unos bailes asociados a las festividades gitanas, no necesariamente para profesionales en su origen, sino para que las mujeres gitanas bailaran en las celebraciones”. A la vez, la zambra es el espacio. En la zambra el público se sitúa en los laterales de la cueva y el baile ocurre en el centro, a la misma altura, sin escenario. Es por eso una experiencia especialmente inmersiva y emocionante en la que, además, concluye Ordóñez, “el espectáculo siempre gira en torno al baile, no es nunca solo cante”. Otra cosa, añade, es que claramente se ofrece fiesta: “Se trata de espectáculos de 40 minutos en los que se opta por palos festeros, con cantes y bailes explosivos que causen impacto rápido en la audiencia”.
En este barrio es característica la existencia de familias flamencas, vinculadas históricamente a este barrio granadino y con cueva cada una de ellas. La elección de quienes conocen este territorio apunta hacia la zambra María la Canastera, la cueva de la Rocío con la familia Maya o la Venta el Gallo como lugares de calidad, sin que sea un recuento extensivo. También es interesante sumarse, añade Ordóñez, a la tertulia flamenca de los martes en la Cueva La Faraona y la noche flamenca de los jueves.
Albaicín
Los Jardines de Zoraya es el lugar citado por todos los consultados como el sitio a visitar en el Albaicín. José Fermín Fernández o Antonio Campos son frecuentes en esta sala, con una programación que cambia cada lunes, explica su propietario Michel Moreno. Jardines de Zoraya abre 360 días al año; en temporada baja ofrece dos espectáculos, que suben a tres en temporada alta (18.00, 20.00 y 22.30). Son los horarios, aproximadamente, en los que todos los tablaos de la ciudad ponen a sus estrellas en escena. El propietario confirma que, con un sector mucho más profesionalizado que hace décadas, los espectáculos reúnen mucha calidad y que, además, no son solo para turistas. “Yo diría que el 30% de mis clientes son locales y el 70% turistas, y no solo extranjeros”.
En la parte baja del Albaicín, en ese límite en el que el barrio está ya a punto de convertirse en la ciudad de Granada, surgen otros espacios en los que ver, oír y disfrutar de buen flamenco. Hay unanimidad en torno a la Casa del arte flamenco, situada en los bajos de uno de los restaurantes más en boga de la ciudad, Faralá. Es una sala pequeñita, pero tiene un plantel imprescindible de artistas granadinos. Una de las fuentes consultadas, que prefiere no identificarse para que nadie se enfade con su selección, añade una razón (“muy personal”, aclara) para ir a este lugar: “No se sirven comidas ni bebidas. Vas y ves la actuación tal cual. Luego, si quieres, subes al restaurante. Eso para mí es primordial porque hay un respeto al espectáculo”. Un par de sitios más citados por los expertos: Casa Ana o La Alboreá.
Festivales, ciclos y bares
Más allá de los tablaos, Granada se pone flamenca con mucha frecuencia. En la calle, en la Alhambra, en el Generalife o en locales de la ciudad. Incluso una cita supuestamente en una galaxia opuesta como el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, que se celebra entre junio y julio, siempre tiene su apartado flamenco. En la reciente edición hubo programados 10 espectáculos flamencos con artistas consagrados como David Palomar, El Pele, Esperanza Fernández, Montse Cortés, Kiki Morente o Cristian de Moret.
En una fecha variable entre mayo y septiembre (este 2024 ha sido del 7 al 15 de junio), la ciudad celebra Milnoff, un festival flamenco que durante una semana recorre distintos puntos de la ciudad, tanto cerrados como al aire libre. Otro festival con miras más amplias, pero que también deja hueco al flamenco, es el Festival Internacional de Guitarra Antonio Marín, dedicado a la guitarra española, que este año ha cumplido su octava edición.
Una cita clásica ya en el verano de la ciudad es el ciclo Lorca y Granada en los jardines del Generalife. La presente edición, cada noche del 3 al 24 de agosto, es Pineda. Romance popular en tres estampas, interpretado por el Ballet Flamenco de Andalucía con dramaturgia de Alberto Conejero. Pocas citas tan placenteras como estas noches de verano en el Generalife. Este 2024, las últimas tres jornadas (del 29 al 31 de agosto) se salen del ciclo para adquirir vida propia: Raimundo Amador y Lin Cortés, el 29; Arcángel, el 30; y Tomatito, el 31 de agosto, completan el ciclo alhambreño.
Y, más allá de tablaos y ciclos, el flamenco granadino muestra su viveza en locales y espacios diversos. Sin ánimo de ser exhaustivo, porque es imposible, la taberna JJ o Eshavira Club tienen periódicamente actuaciones flamencas de mucho interés.
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