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24 horas en Córdoba, claves para recorrer en un solo día la ciudad andaluza

Su pasado romano, musulmán, judío y cristiano hacen de este municipio un tesoro histórico, hoy conjugado con tintes de modernidad en los que no falta la impronta del escritor Antonio Gala

Cordoba
El Puente Romano de Córdoba, sobre el río Guadalquivir.SW Photography (Getty Images)

Caminar por Córdoba es como viajar en el tiempo. Uno puede andar por el centro histórico, patrimonio mundial de la Unesco desde 1984, y deleitarse con la arquitectura andaluza de casas blancas, reconociendo el olor de las flores que inundan patios y balcones, y escuchando de vez en cuando una guitarra clásica o un palmeo de simples y redoblás. El serpenteado de sus calles y algún adarve (callejón sin salida) recuerdan al viajero que, en esta urbe, pequeña y manejable, existen muchos legados culturales. Así también lo atestiguan otros vestigios de la ciudad, como la mezquita-catedral o la hermandad entre el Puente Romano y la Torre de Calahorra, que flanquea su extremo sur y alberga el Museo Vivo de al-Ándalus.

Más de 2.000 años de historia merecen una visita de varios días. Pero para quien no pueda esperar y quiera descubrir Córdoba aunque no disponga de ese tiempo, desgranamos las claves para recorrerla, desde su origen romano hasta su versión más moderna y actual.

10.00 Un paseo por la ribera del Guadalquivir, símbolo de la ciudad

Fundada en el siglo II antes de Cristo por el general romano Marco Claudio Marcelo, el nombre de Córdoba significa “ciudad del río”, por lo que tiene sentido comenzar la ruta junto al Guadalquivir, al que los romanos bautizaron como río Betis y más tarde los musulmanes le pusieron el nombre que aún hoy tiene (Al-wādi al-kabīr, en árabe, significa río grande).

El Guadalquivir de hoy a su paso por la ciudad dibuja un paisaje de frondosa vegetación, fauna diversa y hasta 11 antiguos molinos, construidos entre los siglos VIII y XI y declarados Patrimonio Histórico Andaluz. El margen derecho del raudal es conocido por los cordobeses como La Ribera (1), un agradable entorno donde se puede desayunar en una de sus muchas terrazas antes de seguir con el paseo y el resto del día.

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El río atraviesa la zona sur de Córdoba casi en línea recta hasta que se retuerce entre los barrios de El Arcángel y Miraflores. Recorriéndolo hacia el sudeste, al viajero le sorprenderá un gran avión comercial aterrizado en una pradera verde. La parsimonia de los lugareños revela que la aeronave, un modelo Douglas DC7 (2), es en realidad un símbolo más de la ciudad desde 2018. El piloto suizo-español Francisco Agulló compró este avión, en desuso y abandonado en el aeropuerto de Córdoba desde hace años, y lo regaló a la ciudad.

Continuando el paseo por la ribera se deja atrás el barrio de El Arcángel para adentrarse en el de El Arenal, flanqueado por el recinto ferial homónimo (3), que acoge cada mayo la Feria de Córdoba. Su portada, que empieza a montarse un mes antes de la celebración, es la más grande de España.

La puerta de la Feria de Córdoba (Andalucía).
La puerta de la Feria de Córdoba (Andalucía).Bela Art (Getty Images/iStockphoto)

12.00 Un puente durante 20 siglos

Merece la pena regresar hacia el centro histórico atravesando el barrio de Miraflores para contemplar la ciudad desde la entrada del Puente Romano. Construido en el siglo I a.C., fue el único puente de la ciudad durante 20 siglos hasta la construcción del de San Rafael, en 1953. Antes de llegar al viaducto, el viajero descubrirá la silueta de una fortificación de control y defensa de la ciudad: la Torre de Calahorra (4). Las primeras alusiones al baluarte señalan su origen en el al-Ándalus. En el siglo XIII, dificultó la conquista cristiana de Córdoba por parte del rey de Castilla, Fernando III. Hoy alberga el Museo Vivo de al-Ándalus, símbolo de la diversidad y la convivencia. Fundado en 1987, las ocho salas que componen el espacio ofrecen un viaje histórico y cultural sobre la colaboración entre musulmanes, cristianos y judíos.

Al otro lado del Puente Romano, otro monumental vestigio espera al viajero: la Puerta del Puente (plaza del Triunfo s/n) (5), uno de los tres accesos a la ciudad amurallada en la época romana. Tras cruzarla y adentrarse en el centro histórico, se puede visitar el Museo Arqueológico (6). La exposición Córdoba, encuentro de culturas (abierta hasta el 10 de diciembre) completa la visión multicultural con un recorrido por el territorio andaluz que se remonta a la Prehistoria.

La Puerta del Puente de Córdoba, uno de los tres accesos a la ciudad amurallada en la época romana.
La Puerta del Puente de Córdoba, uno de los tres accesos a la ciudad amurallada en la época romana.Alamy Stock Photo

Para un encuentro con la cultura más contemporánea, la Casa Árabe (Samuel de los Santos y Gener, 9) (7), con distintas exposiciones y actividades.

15.00 Comiendo en tabernas centenarias

Otro de los pasados cordobeses que han dejado huella en la ciudad es el relacionado con la plata. En 1868, debido a la crisis económica que asolaba España, se creó la Sociedad de Socorros Mutuos de Orífices y Plateros de Córdoba. Considerada una de las sociedades de previsión más antiguas de España, se desplegaron diferentes sedes que, además de ayudar a los plateros enfermos o sin trabajo, hacían las veces de tabernas y bodegas de vino. Algunas de las más antiguas, como la Sociedad de Plateros de San Francisco (calle de San Francisco, 6) (8), siguen en pie, convertidas en estandartes culinarios que atraen a cordobeses y a turistas. En estas tabernas no faltan las recetas tradicionales de flamenquín, salmorejo, rabo de toro y berenjenas, entre otras, y los conocidos vinos cordobeses de Peseta, Platino y Oro Viejo. En la Sociedad de Plateros María Auxiliadora (calle María Auxiliadora, 25) (9) disponen también de un amplio menú para celiacos.

Elaboración de migas en el restaurante Sociedad de Plateros María Auxiliadora.
Elaboración de migas en el restaurante Sociedad de Plateros María Auxiliadora.

Para descubrir más sobre el pasado artesanal de la ciudad se puede bajar la comida perdiéndose a pie por las callejuelas de la judería, que durante los siglos XIII y XV mantuvo separados a los judíos del resto de habitantes. Las joyas cordobesas son bien conocidas en el panorama nacional y, aunque hay muchas joyerías repartidas por la urbe, algunas de las más significativas se encuentran en el Zoco Municipal de Artesanía (calle de Judíos, s/n) (10). En esta edificación de estilo mudéjar el viajero encontrará también locales dedicados a cerámica, cuero, papel, vidrio, imaginería y luthería.

En la misma vía, pasando la Sinagoga (11) y la Casa Sefarad (12) —un pequeño museo sobre la historia de los judíos sefardíes en España antes de su expulsión en 1492—, merece la pena visitar la tienda que regenta Rafael Moral (calle de Judíos, 11) (13). Este coqueto espacio está dedicado, entre otros artículos, a la filigrana, una técnica orfebre que consiste en rellenar con finísimos hilos de metal, generalmente oro o plata, formas y figuras, dando lugar a complejas piezas de joyería.

Un músico en el patio del Zoco Municipal de Artesanía de la ciudad andaluza.
Un músico en el patio del Zoco Municipal de Artesanía de la ciudad andaluza.Alamy Stock Photo

18.00 La Córdoba de Antonio Gala

Si alguien conocía y relataba con fascinación la historia multicultural de la ciudad, ese era el escritor Antonio Gala, fallecido el pasado mayo a los 92 años. Hijo predilecto de Andalucía, desplegó su saber sobre la cultura árabe en España con obras como Córdoba de Gala (Caja Córdoba, 1993). Pasó su infancia y sus últimos días en esta ciudad. Autor precoz, con 14 años ya había escrito una pieza teatral y daba su primera conferencia en el Real Círculo de la Amistad (14), el templo de las Letras y las Artes en Córdoba.

De su vínculo con la ciudad también nació en 2002 la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores (calle de Ambrosio de Morales, 20) (15). Ubicada en el antiguo convento del Corpus Christi, la entidad alberga una exposición permanente sobre la trayectoria del escritor con primeras ediciones de su obra, manuscritos inéditos, entrevistas, fotografías, premios y objetos personales. El acceso a la fundación se realiza por el Compás del Corpus Christi, formado por una serie de arcos con frescos del siglo XVII y un mosaico romano que preside la antigua capilla. Este es uno de los espacios artísticos más dinamizadores de la ciudad andaluza, que apoya a jóvenes creadores mediante la concesión de becas de residencia. Además de la exposición permanente sobre la vida del autor, la institución programa otras muestras de arte contemporáneo.

20.00 Ambiente alternativo y fusión gastronómica

Tomando la calle donde se ubica la Fundación Antonio Gala, hacia el norte, uno se topa de nuevo con los orígenes romanos de la ciudad: en la calle Claudio Marcelo —en honor a su fundador— se encuentra el Templo Romano (16). Este yacimiento arqueológico del siglo I a.C, uno de los más importantes de Córdoba, no fue descubierto hasta 1951 durante una ampliación del edificio del Ayuntamiento, contiguo a las ruinas romanas.

El Templo Romano, un yacimiento arqueológico del siglo I a.C.
El Templo Romano, un yacimiento arqueológico del siglo I a.C.Alamy Stock Photo

Precisamente en esta zona se respiran los aires más modernos con bares, salas de música en directo y tiendas de ropa de segunda mano como The Hippie House (Claudio Marcelo, 13) (17). Avanzando por la vía del general romano se encuentra Juanita Calamidad (18), el último de los establecimientos de moda vintage que se ha sumado a la zona. Situado en el número 10 de la calle Rodríguez Marín, también conocida como la cuesta de la Espartería, este local bien podría estar en el Soho londinense, pero no desencaja tampoco en esta zona de Córdoba, que ofrece el ambiente más noctámbulo y musical de la ciudad. Aquí se concentran algunos de los bares y pubs más animados, como el Jazz Café (Rodríguez Marín, 7) (19) o El Relevo (20), en la calle Diario de Córdoba.

La cuesta de la Espartería conecta con la famosa plaza de la Corredera, otro de los lugares más frecuentados por los cordobeses a diferentes horas del día. En esta plaza mayor merece la pena visitar el bar La Fuente de las Brujas (21). Pero, antes de darse al ocio nocturno, conviene cenar. Una estupenda opción en la zona es el restaurante La Cuarta (Capitulares, 8) (22), una taberna familiar, de los Pérez Jiménez, que abrió sus puertas en 2015. Un establecimiento vanguardista para los paladares más curiosos donde deleitarse con una cocina creativa que fusiona el recetario cordobés y andaluz —con productos locales— y gastronomía de otras culturas como ceviches, risottos o tatakis.

Terrazas en la plaza Corredera de Córdoba.
Terrazas en la plaza Corredera de Córdoba.Alamy Stock Photo

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