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El premiado guitarrista de flamenco que aprendió su técnica en Internet

El músico granadino José Fermín Fernández, de 24 años, gana el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba

El guitarrista flamenco José Fermín Fernández, ganador del XXII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba.
El guitarrista flamenco José Fermín Fernández, ganador del XXII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba.Rafael Alcaide (CNAF)

Este verano, tras ganar el Bordón Minero del Concurso de Cante de las Minas de La Unión (Murcia), el guitarrista granadino José Fermín Fernández sintió tan cumplido su sueño que pensó no presentarse al Concurso Nacional de Arte Flamenco en Córdoba (CNAF). Sin embargo, lo hizo y también ganó. El CNAF hizo entrega el pasado sábado de los premios de su XXII edición, revalidando el talento de jóvenes valores en alza en cada una de las tres disciplinas de este arte. Los galardones, otorgados por unanimidad de los distintos jurados, recayeron en Florencia Oz, chilena residente en Sevilla, en la categoría de baile; Francisco Escudero, El Perrete, de Badajoz, en la de cante; y José Fermín Fernández, en la de guitarra. Con ello, ha protagonizado una circunstancia inédita: hay quien ha triunfado en ambos certámenes, pero no en el mismo año.

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Poco antes de tocar en Córdoba en la gala final de los ganadores, el joven guitarrista, nacido en 1995, conservaba todavía algo de perplejidad ante esta acumulación de reconocimientos, lo que no le impidió mostrar una aguda visión de su profesión. Sobre ella se expresa con una discreta modestia y haciendo gala del conocimiento que otorga la afición. Una precoz madurez se revela en su determinación de dedicar el año a los premios y prepararse para ello: "Este va a ser el año de los concursos", se dijo, y comenzó a prepararse a conciencia. Compuso una taranta y una bulería para la ocasión, dos temas que se han convertido en fetiches y llaves de los premios, y que interpretó en su actuación con una elegante pulcritud salpicada de gotas de emoción.

Subraya de este concurso el peso de un jurado de profesionales, que en su caso estuvo compuesto por los maestros Juan Manuel Cañizares, Juan Carlos Romero y Daniel Navarro, Niño de Pura. Para tocar ante ellos dice tener un truco: "Pienso que no están: si lo pienso me bloqueo, así que me imagino sin ellos delante". Esa capacidad de abstracción la traslada al escenario, espacio en el que confiesa sentirse cómodo: "Cierro los ojos e intento transmitir, que es lo importante. Me he encontrado a guitarristas sin técnica que me han hecho llorar y, sin embargo, he escuchado a auténticos bicharracos que no me han dicho nada".

"Por supuesto que en la guitarra —añade— hay que tener un mínimo de técnica, ritmo y, sobre todo, equilibrio. Yo, por ejemplo, tengo que hacer mucha técnica para sentirme cómodo, pero a la larga lo que quiero conseguir es ir restando, decir más con menos". Se suma así José Fermín a la filosofía del "menos es más", una línea que recorre la guitarra de concierto actual alejándose de la figura del fatiga o el jartible, términos con los que Paco de Lucía se refería a los profesionales hipertécnicos. Hace también suyas el granadino las palabras de Tomatito —cuando decía que los guitarristas de ahora, con YouTube, no tienen que ir a los maestros—, y se reconoce como parte de una generación de millenials que dispone de toda la información al instante, a golpe de clic.

De hecho, a Fernández apenas se le conoce un maestro presencial, Alberto López, con el que estuvo tan solo seis meses. El resto serían virtuales, especialmente, Paco de Lucía y Vicente Amigo, pero también Tomate y Gerardo Núñez, que serían los que más ha trabajado en Internet. En el terreno de las emociones y del acompañamiento al cante cita a Moraíto, a Manuel Parrilla y a Diego del Morao. "Hoy día —apunta—, tenemos herramientas como para aprender solos. Yo no he tenido profesores que me pusieran técnicas avanzadas, las he sacado oyendo a los maestros". "El secreto —desvela con un punto de socarronería— está en robar, robar con arte, y no copiar. Es mi truco: yo intento ir robando para llevármelo luego a mi terreno". Y concluye entre risas: "Mi sueño sería robarle a un guitarrista y tocar delante de él sin que se diera cuenta".

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