10 calles con sombra en España para sobrellevar el calor veraniego
Toldos, árboles o paraguas, cualquier sistema es bueno para convertirse en un aliado que permita un paseo urbano a temperaturas más soportables
Al lobo ya le estamos viendo algo más que las orejas, y la ola de calor en España que aún nos tiene sudando es solo el preludio de otras más que vendrán este verano, y los veranos siguientes. Poco que hacer frente a los más de 44º grados centígrados que se han vivido en estos días en algunas zonas (el miércoles, la Agencia Estatal de Meteorología decretó la alerta naranja y roja en 23 provincias más Ceuta y Melilla). Pero la vegetación, los toldos y las calles estrechas o porticadas pueden convertirse en aliadas que permitan un paseo urbano a temperaturas más soportables. Estas son 10 propuestas.
Un techo de parra en el callejón de los Ciegos (Jerez de la Frontera, Cádiz)
Con un verano presumiblemente infernal en puertas, solo cabe adaptarse y buscar la sombra, quizás con la ayuda de la aplicación Shadowmap: una suerte de Google Maps que permite visualizar dónde está (y no está) la luz solar en cada momento y en cualquier ciudad del mundo. En la calle Ciegos de Jerez de la Frontera no hace falta, porque un techo de parras refresca el ambiente. Esta vía privada, habitual en las listas de calles más bonitas del mundo, se encuentra al lado de la catedral de la localidad gaditana pero dentro de las bodegas González Byass Tío Pepe. De hecho, es uno de los rincones que más fotografían quienes visitan las instalaciones (y de los más concurridos en julio y agosto). La avenida principal y otra de las calles del recinto lucen, igualmente, emparradas.
El paseo de la Senda como ejemplo de verde urbano (Vitoria)
Las ciudades anuncian la apertura de refugios climáticos y se encomiendan al verde (unas más que otras) para suavizar las altas temperaturas. Vitoria, Capital Verde Europea en 2012, descubrió hace años los beneficios de la renaturalización urbana para atemperar el clima y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La apuesta se siente plenamente en el paseo de la Senda, que arranca en el parque de la Florida, en pleno centro de la ciudad. Está jalonado por plataneras y castaños de indias centenarios, que entrelazan sus ramas para construir auténticas bóvedas de copas y hojas. Y desemboca, unos tres kilómetros después, en el parque de Armentia (parte ya del Anillo Verde que circunvala la capital vasca), con su basílica de San Prudencio y su bosque, que se ha ido extendiendo en los últimos 25 años sobre antiguos terrenos agrícolas.
Los toldos de Marqués de Larios en Málaga
Está demostrado que los árboles ayudan a reducir en varios grados la temperatura del entorno, y son el mejor remedio contra las islas de calor urbanas (donde la gente y el asfalto conviven con la poca vegetación). Pero cuando los termómetros se disparan donde no hay árboles, muchos ayuntamientos (de ciudades meridionales, en su mayoría) instalan parasoles para dar sombra a sus zonas comerciales huérfanas de verde. Un ejemplo es la calle Larios de Málaga, que, a partir de la festividad del Corpus (este año el 8 de junio) y hasta la fiesta de la Victoria (el próximo 8 de septiembre) estará a resguardo bajo 350 metros de tela. Otro elemento para sobrellevar el sofoco es el agua: el Ayuntamiento de la ciudad contabiliza 324 fuentes en las vías públicas malagueñas, y anuncia que está trabajando para ampliar su número.
Paseo del Born, árboles frondosos en el centro de Palma
La parte central y uno de los carriles adyacentes del elegante y muy comercial paseo del Born, conocido como “la milla de oro” de Palma (Mallorca) por la abundancia de marcas de lujo que congrega, son peatonales; el otro carril sí está destinado al tráfico. Se trata de un espacio en el que los coches no mandan, y que proporciona una cierta tranquilidad entre el ajetreo del centro. Está trufado de terrazas de restaurantes y cafeterías, y de bancos de piedra bajo árboles frondosos que ofrecen su sombra en verano, mientras que en invierno se iluminan con luces de Navidad. En sus extremos se alzan cuatro figuras conocidas popularmente como Les lleones del Born, aunque en realidad son esfinges (figuras de la mitología griega, representadas con pechos y cabeza de mujer y cuerpo de león), talladas en 1833 por Jacint Mateu Sureda.
Los paraguas de la calle Escuelas de Valdepeñas (Ciudad Real)
En 2014, Valdepeñas, en la provincia de Ciudad Real, decidió seguir la tradición de las localidades portuguesas de Vila Nova de Cerveira y Águeda, o de Jerusalén, e instalar en sus arterias comerciales paraguas en lugar de toldos cuando llega el calor. A partir de junio, las calles Escuelas, Virgen, Juan Alcaide, Bernardo de Balbuena, Castellanos y Real están a la sombra gracias a 4.600 sombrillas que cumplen la misma función del toldo pero, además, sirven de reclamo turístico (atrayendo gente a la zona de tiendas). Además, y tienen una parte solidaria, ya que las que siguen en buen estado cuando termina la temporada se donan a una asociación del Tercer Sector (van rotando cada año) para que las venda al precio de 1 euro. Las de 2021 homenajearon a los colectivos que lucharon contra la covid-19; las de 2022, a Ucrania. Para este verano se han instalado haciendo formas geométricas inspiradas en la obra del pintor Piet Mondrian.
Un refugio de pasajes y calles estrechas en Barcelona
Los pasajes barceloneses del Crèdit (donde nació el pintor Joan Miró), de la Pau (donde tiene su estudio de arquitectura Miralles-Tagliabue), Permanyer (en el Eixample), de Mercader o el Lluís Pellicer conceden sombra al viandante. También las calles estrechas del barrio Gótico, como el Carrer d’En Perot lo Lladre, al menos fuera de las horas centrales del día, cuando los rayos solares caen en perpendicular. Las callejuelas de la zona antigua de la Barceloneta suelen ser la mejor opción para evitar la luz directa según la curiosa herramienta que ha creado la agencia pública Barcelona Regional: se llama Cool Walks y consta de un mapa de este barrio marinero sobre el que el peatón puede diseñar rutas buscando aceras sombreadas, fuentes o refugios (ya sea un mercado, una biblioteca, un centro cívico o un pabellón deportivo).
Las plataneras del paseo Joan Brudieu (Seu d’Urgell, Lleida)
Paralelo al Carrer Major de la Seu d’Urgell, en los Pirineos de Lleida, el paseo de Joan Brudieu es la vía peatonal que separa el centro histórico del ensanche. El punto de encuentro social por excelencia para la población de mediados del siglo XX, donde ver y ser visto, discurre entre frondosas plataneras plantadas en tres hileras, a ambos lados y en el centro de la calle; árboles enormes gracias a que nunca les ha faltado el agua: el sobrante de la fuente situada en su inicio (junto a la plaza de Catalunya y la calle de Sant Ot), les sirve de riego. Antes fluía por tres pequeñas acequias que atraviesan el paseo, pero actualmente la canalización es cerrada, para aprovechar mejor el recurso. Dos chiringuitos de helados artesanos (abiertos en primavera y verano) y un bar con terraza ayudan a refrescar aún más el ambiente.
Los soportales de la Rúa do Vilar (Santiago de Compostela)
La Rúa do Vilar es un bellísimo ejemplo de calle porticada, elemento arquitectónico típico de Santiago de Compostela. Es posible recorrerla casi entera bajo unos soportales que se levantaron pensando en proteger de la lluvia a vecinos y vendedores, pero que, ante veranos cada vez más sofocantes, pueden servir igualmente para resguardarse del sol. Aquí sobreviven comercios tradicionales (como la muy icónica Sombrerería Iglesias, en el número 34) junto con hostelería y tiendas de artesanía y recuerdos. Es una calle de edificios notables, como la Casa do Deán o el Casino, y de viviendas nobles, como los caserones renacentistas, barrocos y neoclásicos, prototipos de pazo urbano. Desemboca en la plaza de las Platerías, que es una de las plazas de la catedral de Santiago.
El tráfico pacificado del paseo de la Constitución de Zaragoza
La última remodelación del paseo de la Constitución de Zaragoza, llevada a cabo en 2016, quitó espacio a los coches, introduciendo un carril bici y otro exclusivo para el autobús, y pacificó la circulación bajando la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora. Los que permanecen invariables son los árboles de gran porte que flanquean su bulevar central ajardinado, formando en dos filas paralelas y tocándose con la punta de sus ramas hasta construir auténticas bóvedas vegetales, muy de agradecer en verano. Hay sombra, fuentes con agua y un famoso quiosco que reabrió sus puertas el año pasado, completamente reformado. Esta vía es fruto de la expansión urbanística de la capital aragonesa, y se proyectó sobre el cubrimiento del cauce del río Huerva, que sigue discurriendo bajo tierra.
Parasoles de plástico reutilizado sobre el conjunto histórico-artístico de Valverde de la Vera (Cáceres)
El proyecto de cooperación vecinal Tejiendo la calle, ideado y dirigido por la arquitecta Marina Fernández Ramos, arrancó en 2013 para tejer a mano parasoles de plástico reutilizado que sombrean las calles del conjunto histórico-artístico de Valverde de la Vera, en la provincia de Cáceres, cuando llega el verano. Los participantes hacen acopio de bolsas y embalajes, que transforman en largas tiras con las que preparan los ovillos para hacer ganchillo. El año pasado, Movistar+ les cedió la lona publicitaria de PVC de la serie de televisión Lola, que estuvo desplegada en un edificio de la Gran Vía de Madrid; con ella preparan una nueva instalación con flores de plantas locales protegidas, que se inaugura a finales de julio. Los toldos lucirán de julio a septiembre en esta localidad de 500 habitantes, miembro de la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España.
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