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Cómo preparar un manual de crisis para enfrentarse a la covid-19 en casa

Tenemos que evitar contagiarnos, pero, si sucediera, el objetivo es estar preparados para ejecutar un plan de manera adecuada

Rubén Montenegro
Rubén Montenegro

El número de contagios está subiendo como la espuma en todo el planeta. Sabemos que las nuevas mutaciones de la covid-19 infectan más y que debemos extremar la precaución y las medidas de distanciamiento social para evitar infectarnos. Estamos viviendo una crisis importante, no cabe duda. En el mundo de las grandes organizaciones es habitual preparar manuales para afrontar posibles dificultades, algo que se acentuó tras el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York. Desde entonces, las compañías dedican importantes esfuerzos para prepararse ante las eventualidades.

Un manual de crisis debe de estar configurado antes de que sucedan los problemas. Permite afrontarlos con la calma suficiente para la reflexión y poner los medios para estar preparados. Veamos cómo debería ser el manual de crisis en nuestros hogares si pudiésemos aplicar todo lo anterior al riesgo de contraer el virus. Repetimos: tenemos que evitar contagiarnos, pero, si por cualquier motivo sucediera, el objetivo es estar preparados para ejecutar un plan de manera adecuada.

La serenidad es algo que nos debe acompañar en todo momento. “Debemos trasladar tranquilidad, informar de que la mayoría de estas infecciones no van a tener complicaciones. Efectivamente, hay que estar atentos a cualquier empeoramiento de los síntomas y consultar con un especialista cuando esto ocurra, pero necesitamos estar tranquilos”, reflexiona Gustavo de Luiz, jefe de neumología del hospital Xanit Vithas y Málaga Vithas. Belén Loeches, doctora de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital de la Paz, refuerza la idea de la serenidad: “La mayor parte de los casos se superan en casa”. En estos momentos, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad sitúa la letalidad en el 0,8% de los contagiados, lo que significa que el 99% de los enfermos de covid-19 superan la enfermedad.

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Esta información no significa subestimar el virus (porque es muy peligroso y no sabemos cómo va a responder nuestro organismo), sino reducir nuestra angustia y estar más tranquilos. Para ganar en serenidad es importante una buena preparación o un buen manual de crisis doméstico. Veamos qué nos recomiendan expertos y personas que han diseccionado el virus. Primero con la preparación de nuestros domicilios ante un posible contagio y, después, con el entrenamiento psicológico en caso de contraerlo.

La primera sugerencia está relacionada con aquello que tendríamos que contar en casa. El doctor De Luiz recomienda tener un termómetro y un antitérmico, como paracetamol, para el control de los síntomas. Y, si se puede, aconseja un pulsioxímetro para medir la saturación de oxígeno. Podemos comprarlo en la farmacia o por Internet (se encuentran desde 16 euros). De Luiz advierte, no obstante, de que no hay que medirse la saturación constantemente durante el día. No debemos obsesionarnos. “Lo importante es contar con una pauta diaria de medición, cuatro o cinco veces, que ayude a analizar la evolución de la enfermedad”, recomienda el doctor.

Ana Muñoz, doctora en microbiología y expresidenta de los científicos españoles en Washington DC, sugiere tener en casa suero y jeringuillas para hacer lavados de nariz. Según una investigación reciente, la covid-19 interfiere en la producción de mucosidad, lo que hace que no se pueda expulsar por la nariz y que se apelmace en los pulmones. Para evitarlo, debemos impedir que el virus se haga fuerte en su reservorio principal, la nariz, y así no llegue a los pulmones. La investigación sugiere realizar lavados nasales con suero o con sal mediante una jeringuilla al menos tres veces al día. También es positivo darse baños de vapor y realizar gárgaras con sal (si no se tuviera jeringuilla se puede hacer con botellas de irrigación para baños nasales o, directamente, absorbiendo el agua desde una cuchara).

Otra parte de la preparación está relacionada con la intendencia de la casa. En caso de enfermar, tenemos que hacer seguimiento de nuestros síntomas. Hay que tener a mano los teléfonos de la consulta médica y las tarjetas sanitarias. Sabemos, además, que debemos aislarnos. Por eso es importante tener preparada una lista de la compra en un supermercado, que nos traigan la comida a casa o pensar en cómo sería el suministro. En algunos hipermercados de venta por Internet permite la opción de dejar grabada una lista de la compra, que se podría adquirir llegado el caso.

La intendencia también supone pensar en cómo viviríamos el aislamiento en caso de contagio si compartimos hogar con otras personas. Si tuviésemos niños o personas dependientes a nuestro cargo, tenemos que rebajar el nivel de autoexigencia en su cuidado en caso de que enfermemos. No pasa nada si nuestros hijos no tienen la comida tan elaborada como solemos hacer, si hay que tirar de pasta o de pizza o si tienen que estar frente a la televisión más horas de las deseadas. No es lo más adecuado, lo sabemos, pero necesitamos rebajar todas las exigencias personales para centrarnos en nuestra recuperación.

La próxima semana trataremos la segunda parte de nuestro manual de crisis: cómo ser más fuertes ante las emociones incómodas que nos vamos a encontrar.

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