El pulso entre el grupo ABBA y una bodega de Zamora que bautizó así a uno de sus vinos

Mamma Mia, pensaron los bodegueros de Francisco Casas, en Morales de Toro (Zamora, 920 habitantes) cuando llegó la demanda del gigante musical Polar Music por haber bautizado un vino con el nombre de ABBA, como la icónica banda sueca. El tinto lleva en el mercado desde 2006 como el producto de más alta gama de estos viticultores zamoranos, que empezaron a sufrir problemas cuando, en 2021, quisieron abrir mercado a Europa. Entonces, la compañía se enteró y denunció el uso improcedente del nombre, aunque la empresa esgrime que no estaba registrado en el sector de bebidas alcohólicas. Una reciente sentencia de la Oficina Europea de Patentes y Marcas insta a cambiar el nombre, pero los empresarios vinícolas se niegan y recurrirán a Estrasburgo si hace falta.

El proceso en los tribunales no sorprende a Eduardo Casas, heredero de esta firma de caldos de la denominación de origen Toro. “Podía estar en lo previsto. Las empresas grandes tienen posibilidad de recurrir tengan razón o no, a lo mejor hasta la tienen, pero tenemos nuestros argumentos”, admite el bodeguero zamorano, que se defiende tirando de calendario: en 2006 crearon “Viña ABBA” y la registraron en el área de “Vinos y licores”, donde no constaba nada similar.

En 2021, al buscar expandirse en el continente, no esperaban tal celo de Polar Music porque llevaban “15 años conviviendo en España y ellos no habían usado esa marca en los vinos”. El salto a los tribunales de Patentes y Marcas los ha llevado a enfrentarse “con un grupo muy potente”. “Luchar contra ellos es muy difícil”, asegura, pero de momento se mantienen firmes: la primera sentencia en su contra la firma la Oficina Europea de Patentes y Marcas, ante la cual pueden recurrir. De obtener una nueva negativa, los Casas contemplan saltar al Tribunal de Estrasburgo, a la Corte Europea de Derechos Humanos, para reivindicar que, como tinto, el nombre no está vinculado al grupo escandinavo.

“La idea de ABBA es porque es una marca corta, capicúa, fácil de pronunciar, la marca de la viña va enfocada a homenajear al fundador de la familia enológica y vitícola y a todos los que nos han precedido en más de 100 años de andadura en el vino. Yo registré la marca y en un principio no pensé en eso. Abba en arameo significa “querido padre” y de ahí el homenaje, por eso lo pone en la etiqueta de la parte trasera”, esgrime Eduardo Casas acerca de este vino de máxima gama, del que producen 15.000 botellas anuales fruto de las uvas de sus fincas en Morales de Toro, en las proximidades del río Duero.

La empresa, mientras se mantiene el litigio, puede seguir comercializando las botellas hasta una posible resolución negativa ante la que no quepa recurso; en España no hay problema al tenerlo ya registrado. Según esgrimen los españoles como gran línea defensiva, la gran empresa musical “no tiene a su favor ningún signo distintivo que proteja bebidas alcohólicas o productos relacionados y, por lo tanto, no se podría impugnar dicho registro al no coincidir los campos aplicativos”. “No obstante, este grupo de música tiene a su favor otros registros anteriores para proteger productos y servicios diferentes a los distinguidos por Bodegas Francisco Casas”, agregan.

La resolución de la entidad europea expone que ese vino “ha sido ofrecido en el mercado a múltiples países de la Unión Europea, como Alemania, Polonia o Dinamarca, además de exportado desde España a territorios de fuera de la UE” y destaca la “reputación de la marca ABBA”, conforme a su éxito musical internacional. “Está claro que la firma ABBA ha sido sujeta a un largo e intenso uso y es generalmente conocida en el mercado, donde goza de una posición consolidada entre las marcas líderes”, prosigue la resolución de la Oficina, admitiendo que puede existir una “conexión mental” entre quienes lean la marca “Viña ABBA” y acaben asociándolo al prestigioso grupo de música, algo que la compañía ha denunciado porque “ese uso de la marca registrada puede proporcionar ventajas injustas y traer detrimentos al carácter distintivo y la reputación” de la marca original, la musical.

La multinacional reprueba que la bodega podría hacer creer a los clientes “que sus bienes son productos oficiales relacionados o autorizados” por la firma musical, que podrían “montarse libremente en el prestigio establecido por años de uso de una marca” y que podrían “aprovecharse injustamente de la gran inversión realizada en establecer y promocionar ABBA”.

El pronunciamiento de este órgano europeo zanja que para recurrir, como prevén los bodegueros de Francisco Casas, se han de abonar las costas de este primer proceso: 720 euros. Después comenzará una nueva disputa de estos empresarios vinícolas contra los representantes legales de una de las mayores bandas musicales pop de todos los tiempos.