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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Reinventar el capitalismo y el mundo

El movimiento B Corp es un esfuerzo por institucionalizar los cambios en la forma en que una empresa interactúa con sus trabajadores, clientes, proveedores, comunidad, y con el medio ambiente

Koushik Chowdavarapu (Unsplash)
María López Escorial

Una de las cosas que la pandemia ha dejado claras es que nuestro sistema actual no puede continuar con su perpetua necesidad de crecimiento, y sobrevivir a largo plazo. La covid-19 ha puesto negro sobre blanco, la estrecha interrelación entre todos y todo, y la necesidad de trabajar al unísono para construir un futuro mejor.

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Las empresas poseen recursos, capacidades y estructuras que han posibilitado creación de empleo y desarrollo económico sin parangón. Pero en el sistema capitalista actual, pueden inclinar la balanza hacia el beneficio de unos pocos, con efectos secundarios tóxicos para toda la sociedad, o pueden desarrollar soluciones innovadoras, inclusivas y sostenibles.

La forma en la que algunos han entendido el capitalismo ha exacerbado muchas de las desigualdades globales. Por eso, su reinvención se hace cada vez más apremiante. Hace justo 50 años que Milton Friedman exhortara al mundo capitalista a maximizar el valor del accionista (shareholder capitalism). Esa máxima que ha guiado los pasos de las empresas en el siglo XX, y ha hecho un daño enorme a algunos sectores de la sociedad y al medio ambiente al no incorporarlos en la toma de decisiones, está siendo revertida en el siglo siglo XXI por dos movimientos clave; la inversión de impacto de la que hablé en otro artículo, liderada por Sir Ronald Cohen, plasmada en IMPACT, Reshaping Capitalism to Drive Real Change y el movimiento de empresas B que el profesor Christopher Marquis califica como “el movimiento social más importante que se ha escuchado nunca”. Dónde las empresas no solo maximizan el valor del accionista sino de todos sus grupos de interés (stakeholder capitalism).

B Lab, organización sin ánimo de lucro que ampara este movimiento global de personas que utilizan los negocios como una fuerza para el bien, surgió en 2007 en Estados Unidos. Tres innovaciones del movimiento B Corp son clave a la hora de empujar a las empresas a buscar el beneficio de sus stakeholders (clientes, empleados, proveedores, comunidad, planeta e inversores): la estructura legal de la corporación B, la certificación B Corp y la Evaluación de impacto B (BIA). Cuando una empresa adopta una estructura de corporación B, en los países que está admitido por su marco jurídico —36 estados americanos además de Colombia, Italia y Ecuador—, asume la responsabilidad legal de considerar a todos sus grupos de interés comprometiéndose a poner los beneficios sociales, los derechos de los trabajadores, el impacto comunitario y el impacto ambiental a la par que a los accionistas financieros. Sin ello, como hemos visto en casos como Ford demandado por Dodge o Craiglist por Ebay, un accionista puede demandar a los directivos de la empresa por, por ejemplo, conceder beneficios sociales a sus trabajadores que merman los suyos. El estatus legal de Corporación B protege a los directivos para que puedan tomar esas decisiones. Francia aprobó en 2019 la figura de société à mission, equiparable a Corporación B, una medida que España debería adoptar urgentemente para impulsar este movimiento en nuestro país.

Cualquier empresa, sea corporación B o no, debe obtener el certificado B Corp, para lo que tiene que obtener más de 80 puntos de un máximo de 200 en el BIA, y renovarlo cada tres años. El BIA es un cuestionario exhaustivo y estricto sobre cinco áreas claves de la empresa: gobernanza, trabajadores, clientes, comunidad y medio ambiente. Que además permite evaluar la gestión periódicamente e identificar dónde hay margen de mejora.

La forma en la que algunos han entendido el capitalismo ha exacerbado muchas de las desigualdades globales. Por eso, la reinvención del capitalismo se hace cada vez más apremiante

La visión de B Lab es que algún día todas las empresas competirán para ser las mejores para el mundo y no las mejores del mundo y, como resultado, la sociedad disfrutará de una prosperidad más compartida y duradera. El movimiento B Corp es un esfuerzo por institucionalizar los cambios en la forma en que una empresa interactúa con sus trabajadores, clientes, proveedores, comunidad, y con el medio ambiente.

El año pasado, Business Roundtable (BR) publicó una nueva Declaración sobre el propósito de una corporación, firmada por 181 CEOs de las mayores empresas americanas dónde se comprometieron a liderar sus empresas en beneficio de todos sus grupos de interés. La declaración esbozó un estándar nuevo para la responsabilidad corporativa. Pero sin una forma de rendir cuentas, esto puede quedarse en papel mojado como hemos visto en la respuesta de algunas de esas empresas a la pandemia. Por eso la estructura de B Lab con sus tres elementos, es fundamental para que de verdad las cosas empiecen a pasar.

La certificación B Corp, también las hace más resilientes. En la última crisis financiera, las empresas B Corp tuvieron un 63% más de probabilidades de sobrevivir que otras de tamaño similar. Pablo Sanchez, director de B Lab España afirma que “las B Corp españolas han mostrado resistencia y adaptación a la crisis de la covid-19 y que incluso empresas del IBEX35 están empezando a interesarse por la certificación”.

A nivel mundial hay ya más de 3.500 B Corps, de 150 industrias en 74 países y más de 100.000 usuarios de la Evaluación de Impacto B, así como 60 millones de seguidores, todos con la visión de usar el poder de los negocios para crear una prosperidad duradera para todos. Empresas tan emblemáticas como Ben&Jerry´s, propiedad de Unilever, o Patagonia.

Inicialmente el movimiento solo atrajo pequeñas empresas, pero la reforma del capitalismo nunca tendrá éxito sin la participación de grandes multinacionales. Por eso, Danone, pionera en este sentido, ha trabajado con B Corp para adaptar el proceso y que puedan aplicar grandes empresas. Compañías como Danone North America (6.000 millones de dólares al año), Natura (compañía brasileña de cosméticos de 3.000 millones de dólares al año) y Laureate Education (la primera empresa B que salió bolsa) son B Corp.

Casi 90 firmas españolas (*) cuentan con la certificación, empresas como Danone España y sus marcas de aguas Lanjaron o Fontbella, Central Lechera Asturiana, Veritas o Hemper.

Para Borja Lafuente, Director de Sostenibilidad de Danone Iberia “lo verdaderamente potente" de este movimiento es que no se trata de un sello, o una auditoría, sino que es "un movimiento real, de personas, de compañías empoderadas para generar beneficio social", y en ese movimiento está la fuerza. 

El movimiento también tiene sus detractores, para el profesor Michael O´Regan, los estándares de B Corp no se pueden hacer cumplir legalmente: "Ni la junta, ni la corporación, son responsables de los daños si una empresa no los cumple. Incluso los cambios en los estatutos de la empresa siguen siendo secretos. Eso impide que sea efectivo”. Por eso, posibilitar la estructura legal es clave. Con la crisis que está generando la pandemia, no tenemos recursos ni sería muy inteligente preocuparnos por los beneficios económicos por un lado y dejar que las ONG y el Gobierno arreglen el desbarajuste como hasta ahora. La actividad empresarial debe ayudar a resolver los problemas sociales y ambientales y la certificación B es una excelente herramienta para situar a la economía de impacto en el centro de la actividad empresarial, a pesar de sus fallos.

Como dice Danone, "formar parte del movimiento B Corp, permite medirnos y retarnos cada día, es para nosotros una brújula que nos permite saber si las decisiones que tomamos están enfocadas o no, hacia el bien común. Pero, sobre todo, el movimiento B Corp implica el más absoluto ejercicio de transparencia, como aquellos restaurantes donde ves qué pasa en la cocina, aquí sucede lo mismo, pues es público el cuestionario (BAI) y los marcadores".

Nosotros, como consumidores, emprendedores y empleados tenemos la fuerza para que cada vez más empresas se unan al movimiento. Como dice la campaña de B Corp: “Vota todos los días. Vota B Corp”. Tenemos voz y poder más allá de las urnas. Al comprar, trabajar y hacer negocios, votamos por lo que creemos. Cada día, es día de elecciones.

María López Escorial es profesora en el Instituto de Empresa desde 2002 y consultora independiente especializada en innovación social, mercados de la base de la pirámide y soluciones empresariales para combatir la pobreza. Además, es presidenta de la Fundación Compromiso y Transparencia. Elegida entre las top100 mujeres líderes 2018.

(*) Directorio de B Corp españolas.

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