África: de la vivienda de emergencia a la ciudad sostenible
Ouèdo, en Benín, aspira a convertirse en un modelo para el continente a golpe de vivienda asequible y espacio público verde, inclusivo y seguro
El alto crecimiento demográfico y el cambio climático están empujando a miles de personas en África a las nuevas grandes conurbaciones de rápido y descontrolado crecimiento. Las necesidades de vivienda de esta numerosa población son muy urgentes. El impacto social, económico y medioambiental de la construcción de estos nuevos asentamientos será enorme y se sumará a otros factores de impacto negativo a los que muchos de estos países ya están sometidos.
En África Occidental está emergiendo una creciente clase media, pero seguirá habiendo un porcentaje altísimo de la población que tardará en alcanzar unos índices de renta que le permitan acceder a la vivienda de mercado sin ayudas. Seguirá habiendo un porcentaje alto de la población por debajo de los índices de pobreza sumado a un enorme crecimiento demográfico. Según estimaciones de Naciones Unidas, se prevé que la población de África Occidental se duplicará en 2040.
En este contexto, la escasez de vivienda es tal que los gobiernos del continente africano se han de limitar a dar una respuesta de urgencia construyendo barrios dormitorio. Esta primera necesidad es obvia que debe ser cubierta con la máxima celeridad. Las capacidades tecnológicas, organizativas y logísticas han de enfocarse, en primera instancia, para poder construir estas viviendas de bajo costo en lugares con poca tradición de construcción a gran escala.
Por ello, es imperativo para los profesionales del sector de la construcción investigar sobre tecnologías y sistemas que permitan hacer más eficientes unos procesos constructivos obsoletos que no son capaces de dar respuesta a las demandas, adaptarlos a la realidad de las distintas regiones y estudiar la manera de convertirlos en un modelo de negocio sostenible.
Sin embargo, no hay que perder nunca de vista que la construcción de viviendas es el primer paso de un objetivo de más largo alcance: construir ciudades sostenibles en las que vivir y trabajar con plenitud. Hacer ciudad no es una entelequia, es una ciencia.
Ouèdo, una nueva ciudad
Una buena manera de abrir este necesario debate sobre ciudad y sostenibilidad es analizar y comparar ejemplos concretos de ciudades nuevas o históricas en las que la correcta dosificación entre vivienda, calidad del espacio público y cantidad y calidad de equipamientos, se demuestra como un ejemplo de buenas prácticas. Así, adaptar esta experiencia a la realidad de distintos lugares.
Un buen ejemplo de esta aproximación es la nueva ciudad de Ouèdo, en Benín, que está siendo construida por la empresa española PNHG. El Ministerio de Vivienda con el presidente de la República de Benín, Patrice Talon, al frente, son conscientes de la necesidad de generar vivienda y urbanizar con criterios sostenibles la gran área metropolitana de la capital de la nación. La nueva ciudad Ouèdo forma parte de esta iniciativa nacional de creación de vivienda social.
Ouèdo ofrecerá una amplia oferta de vivienda para las nuevas generaciones de Cotonú y para los que llegan al área metropolitana desde otras regiones, pero también se caracterizará por un atractivo espacio público, verde, inclusivo y seguro, y por disponer de unos equipamientos suficientes y de calidad.
Ouèdo ofrecerá una amplia oferta de vivienda para las nuevas generaciones de Cotonú y para los que llegan al área metropolitana desde otras regiones, pero también se caracterizará por un atractivo espacio público, verde, inclusivo y seguro, y por disponer de unos equipamientos suficientes y de calidad.
Otro aspecto fundamental en la generación de nuevas ciudades, si se quiere aspirar a tener una posición protagónica en un contexto metropolitano amplio, es garantizar condiciones ventajosas respecto a la movilidad. Esta debe ser estudiada para garantizar la conectividad funcional con el centro de la metrópolis, con las áreas productivas, el aeropuerto o la salida hacia el mar y sus puertos.
En definitiva, estas nuevas ciudades deben ofrecerse a las personas que lleguen, nazcan y crezcan en ella como un buen lugar en el que vivir y trabajar.
Sostenibilidad
Las nuevas ciudades deben apostar también por la sostenibilidad en el ámbito social, económico y medioambiental implementando criterios de economía circular. La aplicación inteligente y ponderada de estos criterios se ha demostrado como la mejor opción para lograr la sostenibilidad de los territorios ante el cambio climático y los desequilibrios demográficos.
En términos medioambientales, se debe trabajar en tres líneas de acción: ciclo integral del agua, energía pública limpia y reciclaje de residuos.
En términos medioambientales, se debe trabajar en tres líneas de acción: ciclo integral del agua, energía pública limpia y reciclaje de residuos.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad social, la ciudad compacta, compleja e inclusiva, es un objetivo compartido en los contextos académicos, profesionales, políticos y populares. Los programas de Naciones Unidas, Hábitat, las líneas estratégicas de las Asociaciones de Estados y/o Ciudades del mundo comparten estos criterios.
Simplificando el concepto, se trataría de entender la ciudad, como fue entendida desde la antigüedad clásica: una ciudad accesible para todos, con una intensa convivencia de usos y actividades que permiten a sus habitantes tener cubiertas sus necesidades diarias cerca de su hogar y donde los largos desplazamientos cotidianos no son necesarios.
Las nuevas ciudades africanas, como Ouèdo, deben ser imagen de ciudades pensadas para la buena vida de las personas, que trascienden, engloban y superan las necesidades estrictamente de vivienda. La dotación suficiente de equipamientos de calidad y la variedad de usos son condiciones imprescindibles para ello.
Para que las nuevas ciudades que estamos construyendo puedan llegar a ser esos lugares para la buena vida de las personas, debe ser aplicada una metodología de participación que incluya a los futuros ciudadanos en la toma de decisiones. Esta metodología debe ser un ejercicio de inteligencia colectiva que permita desarrollar a la comunidad un sentimiento de responsabilidad y pertenencia sobre el lugar que habitará. Las circunstancias socioeconómicas en los territorios en los que estamos trabajando hacen que otra particularidad de la construcción de una ciudad como la de Ouèdo sea muy relevante: es una gran oportunidad de generación de empleo. El desarrollo de las obras y su mantenimiento posterior generan empleo directo e indirecto. Así mismo, la creación de equipamientos requerirá de personal con distintos perfiles y niveles de cualificación para su futura gestión. Para poder dar respuesta a los perfiles profesionales requeridos en lugares con acceso limitado a la educación se hace necesario incorporar programas de formación para el empleo en la propia construcción de las obras.
Las personas que se han formado para trabajar en la ejecución de las obras estarán capacitadas para crear cooperativas o empresas que puedan tener como horizonte económico el mantenimiento de lo construido, desde las instalaciones, las áreas libres, los huertos urbanos, etc., así como liderar distintas iniciativas privadas.
A modo de conclusión, podemos decir que para transformar un barrio dormitorio en una ciudad sostenible, activa e inclusiva, hay que actuar hacia cuatro objetivos:
- Mejorar los sistemas constructivos que permitan construir rápido y a costo asequible.
- Implementar efectivamente medidas de sostenibilidad energética y medioambiental: ciclo del agua, energías limpias o reciclaje de residuos.
- Reflexionar e invertir sobre el espacio público.
- Trazar estrategias para la dotación de equipamientos y servicios.
Victoria Garriga es arquitecta con más de 20 años de experiencia. Desde 2010 su actividad se ha centrado en el desarrollo de proyectos urbanos sostenibles en países en desarrollo o situaciones postconflicto. Actualmente es asesora de Arquitectura, Planeamiento y Desarrollo Sostenible de PNHG.
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