Escandalosas, honestas y divertidísimas: doce autobiografías de españoles para leer este verano
Deportistas, actores, cantantes o vedettes: todas sus vidas están trufadas de detalles escandalosos y sorprendentes, pero también de una sinceridad aplastante a través de la que se percibe un mundo y una sociedad ya desaparecidos
El número de mayo ya está disponible en formato PDF, y es descargable de forma gratuita haciendo clic aquí.
Todos estos libros tienen algo en común: están trufados de detalles escandalosos, morbosos y sorprendentes, pero también de una sinceridad aplastante -incluso cuando inventan, tergiversan o fabulan- a través de la que se percibe un mundo y una sociedad ya desaparecidos. El resultado es lo bastante apasionante como para que, leyéndolos, nos olvidemos durante un rato de nuestras propias vidas. A continuación, seleccionamos doce autobiografías españolas escandalosas que son perfectas para leer este verano. También te explicamos por qué.
Paco Rabal: 'Si yo te contara…'
El personaje. Dueño de la voz aguardentosa más famosa del cine español, Paco Rabal fue un actor respetado tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Entre los directores con los que ha trabajado se cuentan Buñuel, Almodóvar, Saura, Visconti, Chabrol o Antonioni.
El escándalo. En las memorias que Paco Rabal escribió junto a Agustín Cerezales en 1994 había de todo. Y cuando decimos de todo es de todo. El descubrimiento precoz del sexo que incluía masturbación y escenas de zoofilia, la aparición de un pederasta que intentó abusar de él cuando era niño a base de invitarle a chucherías y al cine, un amago de violación múltiple en un hospital, el relato estremecedor de la pobreza de la época… El conjunto resulta a veces tan asombroso que algunos de los recuerdos se leen como fragmentos de una novela del realismo mágico. En un ejercicio de sinceridad, Rabal no elude su muy conocida fama de promiscuo conquistador, y junto al gran amor declarado en varias ocasiones por su esposa, la actriz Asunción Balaguer, aparecen también sus múltiples infidelidades, que incluían intérpretes conocidas, prostitutas y mujeres anónimas de todo tipo.
Un fragmento. “18 prostitutas de todos los colores y envergaduras. Y todas, absolutamente todas, eran lesbianas. Cuando cada una de las muchachas, rendida, se iba a dormir, de repente, como a una señal que empezaba suave y se iba elevando hasta un griterío, se formaba un escándalo, un guirigay de ayes y suspiros, que atronaba en el edificio. Hacían el amor enloquecidas, furiosamente, entre ellas. Amparo me lo explicaba: 'Están cansadas de tanto hijoputa como tienen que aguantar”.
Carmen Sevilla: 'Memorias'
El personaje. Actriz, bailarina y tonadillera, Carmen Sevilla representaba la imagen más blanca, inocente y bondadosa de su época. Además formaba un matrimonio en apariencia perfecto junto al compositor Augusto Algueró, al que llegó virgen, como entonces estaba mandado y se esperaba de una “buena chica” como ella. Con su regreso a la primera línea mediática tras varios años de retiro para presentar el Telecupón, pasó a ser una señora mayor despistada y entrañable, tan querida como lo había sido en su juventud.
El escándalo. El famoso periodista Carlos Herrera fue el encargado de recoger y ordenar en 2005 los recuerdos de la popular actriz. Más allá de la terrible confesión de que el director de cine John Berry había intentado violarla, Carmen se atrevía a romper con su aura inmaculada relatando los dos abortos a los que se había sometido ya casada con Algueró, y confesaba el horrendo matrimonio que vivió con él, lleno de infidelidades por parte del músico, que también se gastaba grandes cantidades de dinero en los casinos. Más allá de esto, sus recuerdos ejemplificaban lo que una educación represiva podía obrar en una persona: el miedo al sexo y la ignorancia absoluta de todo lo que tuviese que ver con la sexualidad humana.
Un fragmento. “Admiro y respeto a las parejas de hoy que se conocen y se acuestan y se respetan y luego cada uno vive en su casa. También es que quizá tienen un coco más despierto y saben lo que quieren y son parejas, o novios, y se acuestan o no, pero les aplaudo. Pero en aquel entonces no nos acostábamos. Teníamos nuestro cachondeíto, pero de ahí no pasábamos. Había tocamientos, besitos llenos de cariño, pero ahí terminaba todo. Yo no me acosté con nadie en ninguna cama. El meterme en la cama con un tío, aunque no hiciera nada, era para mí tabú. Meterme en la cama era perder todo. Ahora bien, en un banco del parque, en un coche, en un escalón, en un jardín, en un monte… ahí te podías abrazar y darte una revuelta con la pareja, pero siempre vestida. La cama era un tabú impresionante. Yo tenía que ir virgen y casada para meterme en la cama con un tío, o sea, con mi marido”.
O bien. “Yo no tenía ni idea. ¡Que verdad más grande que la experiencia sexual es muy importante entre el hombre y la mujer, entenderse en una cama! ¡Lo es todo! De cintura para arriba, yo era divina; pero de cintura para abajo, yo no tenía ni puta idea, porque yo no tenía la experiencia de hacerle a los hombres cosas, ni yo sabía que los hombres me tenían que hacer cosas a mí. ¡De verdad, es muy duro, muy fuerte!”.
Alfredo Landa: 'Alfredo el grande. Vida de un cómico'
El personaje. Actor icónico del cine español, pasó de representar un género propio -“el landismo”, comedias populares vagamente eróticas anteriores al destape- a ser aceptado y reconocido como uno de los mejores actores del país, capaz de hacer cine dramático, televisión o humor de todo tipo.
El escándalo. Marcos Ordóñez –novelista y autor también de otros libros de memorias imprescindibles, como el dedicado a Nuria Espert o Beberse la vida, una historia oral sobre Ava Gardner en España– mantuvo largas conversaciones con Landa y logró preservar su voz en un grado de autenticidad tal que el libro, publicado en 2008, se lee casi como un monólogo a corazón abierto. Esto incluía una sinceridad descarnada que levantó tantas ampollas como aplausos. A José Luis López Vázquez le acusaba de robarle papeles; al productor José Luis Dibildos lo tildaba de “timador profesional”; de Josele Román decía que “se metía de todo”; de Concha Velasco, que “era muy buena chica pero luego se juntó con el rojerío”; de Gracita Morales, que “se fue convirtiendo en una mujer caprichosa, despótica, intratable… Dejaron de llamarla porque no cumplía y, francamente, porque no la aguantaba nadie”… y cargaba también contra la falta de talento y de pasión del cine español contemporáneo.
Un fragmento. “Se me ha ido la envidia sana, la que te da mecha. El otro día vi a Tommy Lee Jones, uno de mis actores favoritos, haciendo el poli retirado de En el valle de Elah. Extraordinaria película, de las mejores del año. Y Tommy Lee Jones estaba del carajo la vela. Tiempo atrás, yo veía una cosa como ésa y se me llevaban los demonios, me decía: “Joder, qué bueno es este tío, yo quiero hacer algo así”. O el actor alemán de La vida de los otros. Esos son personajes y películas que me hubiera vuelto loco por hacer. Y ahora no. Qué raro, pensé. Se me acabó la envidia, las ganas. ¿Te parece triste? Pues no sé si es triste. Es así”.
Sara Montiel: 'Vivir es un placer'
El personaje. “Saritísima” fue actriz, cantante, icono erótico y una de las primeras españolas en irse a Hollywood con éxito. Su voz, sus gestos excesivos y su aura de diva glamourosa la convertían en uno de los rostros más reconocibles del panorama patrio.
El escándalo. Fiel a su fama de seductora imbatible, en sus recuerdos recogidos por Pedro Manuel Víllora, Sara repasaba sus romances con escritores como Mihura –siendo ella menor de edad y él teniendo más de 40 años–, con su primer marido Anthony Mann o con Ernest Hemingway, pero la polémica llegó por contar que había mantenido un largo affaire con Severo Ochoa, entonces casado. Los herederos del científico calificaron este episodio de “delirio patético de anciana que se sirvió de él para promocionar un libelo infame”. Se crea o no en el testimonio de la actriz, sus memorias constituyen una lectura trepidante, en la que lo mismo cuenta cómo probó por primera vez el yogur que su amistad con Burt Lancaster o sus avatares en la industria del cine.
Un fragmento. “No es ya que me considerasen una mujer soltera, es que me consideraban una mujer mala, como se decía entonces, una pecadora. Y además, como me hice tan famosa y popular, Franco no quiso que se diese ese ejemplo de libertad a la gente. Aquel era un mundo totalmente horrible, y no hace falta que sea yo quien lo diga. Lo dice la Historia, y la Historia no la he escrito yo, pero sí la he vivido. En aquel mundo labré mi carrera, y aquel mundo quiso aprovecharse de mí. Franco me utilizó: a través de Cesáreo González, me utilizó. Cuando mis películas se convirtieron en auténticos bombazos en la Unión Soviética y sus países satélites, me mandaron a Rusia y a Rumanía; a Rusia fue a cambio de petróleo, y a Rumanía a cambio de madera”.
Poli Díaz: 'A golpes con la vida'
El personaje. Fue uno de los últimos boxeadores profesionales de este país conocidos por el gran público. “El potro de Vallecas” encarnaba los valores de una España depauperada que salía adelante, de forma literal, a hostias. Su caída en desgracia en forma de drogadicción e indigencia lo convertía en una metáfora amarga de los peligros del éxito.
El escándalo. Con tales mimbres, las memorias de Poli Díaz, publicadas en 2013, tenían ya ganado parte de nuestro interés. Con un lenguaje coloquial salpicado de expresiones “cheli” y de humor, el boxeador desarrollaba su trayectoria desde una infancia de necesidades en la peor zona de un barrio marginal hasta el triunfo, la fama y el dinero mal digeridos. Poli Díaz se embolsó 100 millones de pesetas cuando perdió el combate de su vida, se reconvirtió en actor porno, se enganchó a la heroína y acabó viviendo en una tienda de campaña al lado de un supermercado de la droga madrileño. El libro terminaba con una redención optimista escrita desde la aparente estabilidad, aunque después de su publicación Poli Díaz volvió a ser noticia por meterse en peleas fuera del ring.
Un fragmento. “Boxeaba por dinero, y por dinero me metí también en el porno. Pero los polvos que a mí me interesaban eran otros”.
María Luisa Merlo: 'Más allá del teatro'
El personaje. Hija de Ismael Merlo, madre de Amparo Larrañaga y Luis Merlo, cuñada de Amparo Rivelles y esposa de Carlos Larrañaga, María Luisa Merlo es, además de miembro de una prolija saga de intérpretes, actriz de cine, televisión y teatro.
El escándalo. Al escribir las memorias de la actriz, Pedro M. Víllora tuvo la virtud de mantener un tono muy coloquial que se lee como una conversación íntima con una amiga cercana. Además de narrar sus tormentosas relaciones con Adolfo Marsillach, Carlos Larrañaga o Juan Diego, la Merlo sorprendía sobre todo por la cruda descripción de su adicción a la cocaína y el éxtasis. Tampoco ahorraba detalles sobre su proceso de iluminación espiritual, con retiros de meditación en la sierra incluidos. A Carlos Larrañaga le molestó la visión que su ex daba de él, al que presentaba como un don juan “enfermizo” y sus años de matrimonio como “una guerra civil”.
Un fragmento. “Hacía una vida muy rara, y a las cinco de la tarde ya estaba en casa del camello. Después, cuando ya estaba bien puesta, me iba a rezar una hora a la iglesia que está al lado del Eslava, porque la cocaína me ponía completamente mística; aparentemente no me hacía nada, pero lo que está claro es que me quitaba la depresión para devolvérmela luego mucho más fuerte. Así que mi vida era camello-iglesia-trabajar, y después de trabajar me iba a la cama, donde bajaba el efecto de la cocaína con pastillas y porro”.
Cayetano Martínez de Irujo: 'De Cayetana a Cayetano'
El personaje. Jinete, duque de Arjona, hijo de la duquesa de Alba, Cayetano tal vez sea el más mediático de sus hermanos por su azarosa vida sentimental y la frecuencia con la que comparece ante los medios.
El escándalo. Estas memorias pertenecen a la categoría de libro-terapia con el que ajustar cuentas con su pasado. Desde luego, Cayetano tenía una larga lista de infamias que había intentado superar de las formas más diversas a lo largo de los años tratándose con varios psicólogos y sometiéndose a técnicas de la cienciología. Sus recuerdos empezaban como los de un “pobre niño rico” criado sin cariño por nannys que lo maltrataban, con una relación muy fría con su madre y algunos de sus hermanos y afectado para siempre por la muerte precoz de su padre, que nunca le explicaron y por la que él sintió que le estaban abandonando. También es sincero al hablar del nulo entendimiento con el segundo marido de su madre, Jesús Aguirre, o su adicción a las drogas y al sexo, que él explica como un intento de paliar esa falta de atención en la infancia. En un apartado menos dramático, confesaba un idilio de apenas tres meses en su juventud con la infanta Elena, algo que sus familias respectivas no podían ver con mejores ojos.
Un fragmento. “La modelo fue la horma de mi zapato en el peor de los sentidos. Yo, que pensaba que todas las mujeres estaban a mi disposición, saboreé de mi propia medicina: era una mujer maquiavélica y fría, de doble personalidad”.
Fabio McNamara: 'Fabiografía'
El personaje. Ya sea como Fabio McNamara, Fabio de Miguel o Fanny McNamara, su nombre es indisoluble de la movida, pero va mucho más allá. Cantante, pintor, actor y sobre todo estrella, su trayectoria elude cualquier definición clásica.
El escándalo. Escrito por su amigo Mario Vaquerizo, McNamara repasaba su intensa vida desde la educación clásica del niño del tardofranquismo hasta su regreso a declararse católico convencido y enemigo del aborto. Entre medias, un relato tan fiel como alucinado de los años de la Movida, el mundo “chochoni”, el “mariconerío”, las drogas, la moda, salpicado por secundarios como las Costus, Almodóvar, Tino Casal, Alaska o Carlos Berlanga. Con su lenguaje propio y su mezcla de referentes, las memorias son un entretenidísimo paseo por el mundo propio de un personaje único.
Un fragmento. “Me atraían mucho los cementerios y quería ir allí con mis amigos, pero pasaban total; normal. Me interesaba también la magia, la psicología, leía mucho a Freud… Ya se ve que yo he estado siempre un poquito loco. Alucinaba con todo lo que fuera diferente”.
Amparo Muñoz: 'La vida es el precio'
El personaje. La belleza de Amparo la llevó a ser nombrada Miss Universo en 1974 y con ello alcanzar fama mundial, pero su renuncia a la corona apenas seis meses después demostró que no era una mujer que siguiese con docilidad el camino marcado. Para lo bueno y para lo malo. Su carrera como actriz, sus problemas emocionales y su adicción a la heroína hicieron de ella protagonista de la noticia durante varias décadas.
El escándalo. Más allá del clásico término de “juguete roto”, las memorias de Amparo Muñoz, escritas en colaboración con Miguel Fernández, describen a la perfección una época y un momento sociocultural. Su vida tenía mimbres de heroína de folletín: desde el retrato de una joven anónima de Málaga sin grandes ambiciones, su irrupción en los círculos privilegiados de la jet set, los sinsabores amorosos y de ahí el derrumbe por culpa de la heroína, hasta la redención final. Muñoz no ahorra una visión amarga del mundo de los certámenes de belleza que devoraba a las mujeres jóvenes e inexpertas como ella, con ofertas para dedicarse a la prostitución de lujo, invitaciones a que participara en orgías y la presencia de una mujer al cargo de las misses que intentó seducirla. El relato de sus romances con otros nombres populares como Patxi Andión, Máximo Valverde, Antonio Flores o Elías Querejeta cubre la parte sentimental, y no elude su responsabilidad a la hora de contar cómo se metió en las drogas, desde que su entonces pareja le ofreció una mezcla de cocaína y heroína sobre la lona de un yate en Venecia. Quizá uno de los aspectos en los que más destaca es en el de mostrar lo extendido que estaba el abuso estructural, desde la oportunidad de conseguir papeles a cambio de favores sexuales a el horror de que cuando quiso abortar en México, todos los médicos con los que consultaba le exigían antes de la operación que se acostase con ellos. No en vano, estas memorias, descatalogadas ya, se venden en el mercado de segunda mano a precios estratosféricos.
Un fragmento. “Salí de Málaga una mañana del verano de 1973 y volví treinta años después, enferma y desorientada, acostada sobre un colchón, en un monovolumen”.
La Veneno: '¡Digo! Ni puta ni santa: las memorias de La Veneno'
El personaje. De la prostitución callejera al estrellato más absoluto y de ahí a la decadencia, Cristina Ortiz “La Veneno” fue una de las transexuales más famosas de España. Encumbrada en los 90 por Pepe Navarro en el programa Esta noche cruzamos el Mississippi, el país quedó fascinado por su imponente presencia, su naturalidad y su idioma propio lleno de una vulgaridad genial. La fama efímera la trastocó para siempre. Tras pasar por la cárcel por estafa, una nueva generación la redescubrió gracias a Internet.
El escándalo. Valeria Vegas consiguió una doble misión complicada: por un lado convencer a Cristina para que le confiase su vida a lo largo de varias sesiones de grabación, y conseguir transcribir y ordenar toda la información sin que se perdiese un ápice de su gracia innata e inimitable. La vida de la Veneno estaba trufada de desgracias e incomprensión, pero su forma de contarse a sí misma era tan triste como divertida, frívola y memorable. Entre sus romances, citaba sin nombres a algunos toreros, futbolistas y presentadores, pero eso era lo de menos. Lo que brillaba es la visión a bocajarro de una supervivencia a través del auténtico lumpen. Demostrando que no era un personaje de interés tangencial, la primera edición del libro se agotó al poco de salir, y lo mismo ha ocurrido con reediciones posteriores. Cristina falleció en 2016, apenas un mes después de la publicación del libro, que recientemente se ha convertido en una serie de televisión.
Un fragmento. “Cuando a la Andrea la ingresaron ya muy enferma, porque tenía el sida, yo iba a visitarla y le llevaba unos cazos de potaje que le encantaban. Delante de muchas otras que había allí mismo, salió y me dijo: 'Mira, Veneno, cuando yo me muera te vas a poner tú en mi sitio, en la esquina con la glorieta de Pintor Rosales'. Y allí me puse y fue mi lugar para hacer la calle. Fue un gesto bonito, ella supo afrontar la muerte y en vez de derrumbarse me dejó en herencia lo mejor que tenía, su lugar en la calle, un lugar privilegiado”.
Terenci Moix: 'El peso de la paja'
El personaje. Escritor superventas, galardonado con varios premios literarios, celebridad por sus apariciones en televisión y sus escritos en prensa, Terenci Moix era uno de los intelectuales más populares de la segunda mitad del siglo XX tanto por sus obras como por su arrolladora personalidad.
El escándalo. Las memorias de Terenci fueron publicadas en origen en tres volúmenes -El cine de los sábados, El beso de Peter Pan y Extraño en el Paraíso-, y de inmediato se consideraron parte de sus mejores obras. Funcionan ya sea como experiencia personalísima, como crónica de una época o como ejercicio literario. Son llamativas las descripciones de la Barcelona de su infancia, la aparición del amor por el cine como ejercicio salvador y la idea del exilio no por motivos políticos o económicos sino sexuales, para poder vivir su identidad homosexual con libertad. Otros personajes famosos como María del Mar Bonet, Pasolini, Maruja Torres o Néstor Almendros aparecen en este retrato de infancia, adolescencia y juventud que el autor tenía previsto continuar, pero el cáncer y la muerte se lo impideron.
Un fragmento. “Después de retozar inútilmente para crear la ilusión de un poco de deseo, él me apartó despectivamente de su lado y exclamó: 'Tú no tienes sexo. Entre las piernas solo te cuelga una filmoteca'. Por toda respuesta, me abracé a su cuerpo, pensando que así negaba sus palabras, pero él insistió: 'Cuando quieres ser culto, te cuelga una biblioteca. Pero no cambia el asunto'.
Lolita: 'Flores y alguna espina'
El personaje. Cantante, actriz, hija mayor de Lola Flores, eslabón de una importante dinastía del espectáculo, famosa desde su nacimiento, Lolita ha logrado ser un gran personaje del corazón y a la vez artista reconocida.
El escándalo. Coescrito junto a Javier Menéndez Flores a modo de entrevista, el libro cubre tanto la faceta laboral de Lolita como su parte más íntima, ofreciendo anécdotas curiosas y confesiones inéditas sobre ambas realidades. Las memorias describen el ambiente privilegiado lleno de contactos interesantes en el que creció, detallan la construcción de su carrera a raíz del éxito inesperado de Amor, amor y, en un giro sorprendente, no eluden episodios a los que podría haber sacado mayor rendimiento económico en una entrevista televisiva que narrándolos en una biografía. Así, Lolita relata su relación con Paquirri o su depresión a raíz de la muerte de su madre y su hermano Antonio, que la llevaron a recurrir al alcohol y las drogas.
Un fragmento. “En aquella época le pegaba porrazos a las puertas, con una ira muy grande y una desazón tremenda por lo de mi hermano. Estuve dos años muy loca. Loca en el sentido de que no dormía, comía muy poco, bebía muchísimo… Menos la heroína y el LDS, lo probé todo”.
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