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Discusiones familiares, ¿cómo lidiar con ellas?

Convivir, sin salir de casa, puede provocar frecuentes trifulcas. La calma, la empatía y la paciencia son las mejores armas

Una madre y su hija discuten en casa.
Una madre y su hija discuten en casa.Ben White (Unsplash)
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La familia representa estar ahí en los buenos y malos momentos. Sin embargo, el estar tanto tiempo juntos, sin salir de casa, puede provocar discusiones frecuentes. La convivencia no es sencilla y aunque quieras a tu pareja e hijos, hay condicionantes que perturban la armonía diaria. Esto no quiere decir que resulte negativo debatir o exponer la falta de acuerdo ante algo, pero existen matices. “En nuestras terapias ayudamos a que las personas enfoquen sus problemas exponiendo cómo se han sentido respecto a algo por parte del otro, en lugar de quejarse en modo de crítica, y empatizar. El conflicto es parte del comportamiento social y puede dirigirse hacia algo destructivo o o lograr fines positivos”, afirma Julio A. Díaz, psicólogo en el gabinete Con Psicología, Ourense.

¿Qué puede causar una ruptura en la paz familiar?

En la actualidad nos vemos obligados a permanecer en nuestras viviendas, con la única posibilidad de sacar la basura, ir a comprar alimentos o medicinas. Por ello, en cualquier momento, pueden saltar chispas por el más insignificante motivo, porque estamos más sensibles. Normalmente, cuando las parejas o amigos se enfadan, se van al trabajo y al regresar vienen con otra disposición. También te oxigenas al ir al gimnasio o al hacer deporte al aire libre. Es frecuente recurrir a la excusa: “Déjame un rato. Ahora se me pasa”. Mucho más si te ves con algún amigo con el que desahogarte por algún tema laboral o estrés por los hijos. Ahora, en cambio, no podemos desaparecer unas horas para respirar profundo.

Si no tienes una relación sólida con quienes convives, con seguridad se crearán serias fisuras. Los problemas previos en conjunto e individuales, la tensión añadida con el probable teletrabajo o la inseguridad de la situación laboral, se une a la ansiedad del confinamiento y la separación familiar. Todo esto acentúa la irascibilidad. Al estar en casa hay más comunicación que puede derivar a opiniones contrarias. El tener hijos supone también una fuente de agotamiento físico y mental.

Cuando el discutir no se convierta en un hábito, sino que sea sinónimo de intercambio de información, resultará efectivo para el crecimiento personal. De lo contrario solo provocará malestar.

Puntos para mejorar la estancia en casa

Algunos colectivos se esfuerzan para ayudar a relajar el momento

Profesores, instructores de gimnasio, terapeutas de familia, psicólogos… Son muchos los profesionales que se están poniendo al servicio de la ciudadanía para apoyar, amenizar y permitir que los días pasen sin alterar demasiado la organización instaurada en el núcleo familiar.

Por ejemplo, el colegio Carmelitas de Ourense se suma a animar a su comunidad y a reconocer el esfuerzo por dar lo mejor de sí. “Nos estamos esforzando por preparar contenidos online, clases con videollamadas y recursos que puedan cubrir las necesidades”, manifiesta Yolanda Álvarez, la directora general. Los expertos aseguran que hay que pensar en la importancia de tener a alguien al lado porque, seguramente, este sufre y necesita comprensión y abrazos. Es el momento de valorar el tiempo que se nos regala para estar en casa, compartir y esperar juntos una solución. Si pesa más lo bueno, esta situación fortalecerá cualquier relación.

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