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crisis coronavirus
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cómo y por qué hay que permitir que los niños salgan un poco a la calle

La relajación del confinamiento en Italia aviva el debate en España. Si se hace, se debería aplicar con sentido común y absoluto respeto por los derechos de todos los seres humanos

Una madre va con su hijo por la calle en Milán. En vídeo, polémica por algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno.Foto: atlas | Vídeo: Luca Bruno

El Ministerio del Interior de Italia informó el pasado martes 31 de marzo de que los niños podrían salir a dar un paseo, pero siempre acompañados de un solo progenitor y en las proximidades de sus casas. De este modo, daba su beneplácito a las peticiones de conceder que los menores pudieran ir a la calle, a pesar de las medidas de aislamiento existentes por la pandemia del coronavirus en este país. Una directriz muy esperada por muchos, pero inmersa en cierta polémica. Lombardia, la región más afectada por la crisis sanitaria, por ejemplo, rechazaba ejecutar la orden del Gobierno italiano. La relajación del confinamiento en Italia ha avivado el debate en España sobre este tema.

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Cómo y por qué hay que permitir que los niños salgan un poco a la calle

Es difícil porque vivimos en una sociedad adultocentrista por naturaleza. Esto es concretamente, como siempre mantengo, que solo nos preocupa el mundo adulto, nuestros intereses, nuestras necesidades, nuestros beneficios... En este confinamiento el adultocentrismo se ha visto reflejado una vez más, puesto que los niños y niñas, los más vulnerables de nuestra sociedad, han quedado totalmente excluidos junto a sus necesidades. Es más, no se ha hablado de ellos en ningún momento y si se ha hecho ha sido en un tono difícil, en el que se los ve como portadores asintomáticos que pueden causar grandes estragos a nivel social, o como personas que hacen ‘muy duro’ el confinamiento porque lloran, gritan, no quieren hacer deberes y se mueven constantemente (como es normal, son niños, pero no los comprendemos, solo nos importan nuestras propias emociones...).

Sería importante pues, optar por la coherencia y, por supuesto, por la empatía y la conexión hacia el colectivo más importante de la sociedad: los niños. Ellos son los únicos que pueden salvar el mundo en el que vivimos, los que pueden hacer de esta Tierra un lugar mejor. Necesitamos tomar algún tipo de medida para que ellos no se sientan abandonados socialmente y puedan tener un respiro de forma segura y consciente en estas semanas tan duras que estamos viviendo.

Por supuesto, los médicos y los expertos en pandemias deberían ser los que digan exactamente cómo, cuándo y de qué forma. Las precauciones sanitarias que se tomasen se deberían seguir tal cual, ya que, si lo hacemos de forma inconsciente, irrespetuosa y saltándonos todo lo que nos solicitan; no tienen ningún sentido...

Hay muchos niños y niñas que tienen la gran suerte de tener un jardín o un gran balcón. Ellos, de alguna forma, cubren esta necesidad de exterior, pero hay millones de niños que o solo tienen una ventana por donde miran las calles, o tienen capacidades y necesidades diferentes, trastornos... para los que el confinamiento se torna, si cabe, más difícil.

¿Cuáles son los beneficios, entre otros, de que los niños y niñas puedan salir a la calle, siempre teniendo en cuenta las medidas establecidas?

  • Darse cuenta de que son valorados socialmente: puesto que no es coherente que los adultos puedan salir a comprar y los perros puedan pasear, y ellos no puedan dar ni una vuelta a la manzana tomando todas las medidas ¿dónde quedan sus derechos?
  • Movimiento: aunque se haga ejercicio dentro de casa o se muevan, poder darse una vuelta, aunque sea de 5 minutos, con un solo adulto, sin tocar nada, sin acercarse a nadie y subir; les ayudará a tener un movimiento distinto del que ahora tienen y ver una pequeña luz en toda esta situación excepcional.
  • Fortalecer su sistema inmune: los niños necesitan este movimiento como comer, beber agua y expresar sus emociones. Es por ello por lo que ahora su cerebro echa de menos este movimiento, este “respirar” fuera de casa. Haciéndolo con coherencia y respeto hacia ellos y hacia la sociedad, se pondrán más fuertes y preparados para todo lo que vengan en estas próximas semanas.
  • Menos explosiones emocionales: estarán más tranquilos emocionalmente, ya que tendrán algo cubierta una de sus necesidades prioritarias de su etapa vital.
  • Mejoría de su estado fisiológico: mejorando el estado anímico gracias a los pequeños cambios que para ellos serán grandes, mejorarán fisiológicamente. Empezarán a dormir mejor (puesto que están teniendo muchos problemas de sueño), a comer mejor (puesto que están teniendo muchos desequilibrios con la comida), a controlar de nuevo los esfínteres (hay niños que han vuelto a hacerse pipí durante la noche) y a equilibrar su sistema nervioso (puesto que han aumentado sus miedos, preocupaciones y ansiedades), etc.

Además, hay que tener en cuenta que habrá que acompañar y entender muy bien sus emociones puesto que bajar a la calle y verla en estas condiciones, o querer ir al parque y no poder, por ejemplo, puede generar en ellos incertidumbre que habrá que atender, pero que no llegará al punto de incertidumbre que tienen ahora mismo.

Obviamente, todo se debería aplicar con sentido común y absoluto respeto por los derechos de todos como seres humanos, no se trata de ir a parques, pasear con la bici y volver a la normalidad; solo se trata de cubrir unas necesidades que ahora mismo no se están cubriendo y ni tan siquiera se están planteando.

Termino dando las gracias a todos los niños y niñas, que nos perdonan todo, inclusive el no tenerles en cuenta como seres con derechos dentro de nuestra sociedad

Tania García, escritora de ‘Educar sin perder los nervios’, directora de edurespeta.com y creadora de la Educación Real.

El Gobierno estudiará que los niños puedan salir

EFE

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, que compareció ayer jueves 2 de abril en la Comisión de Sanidad del Congreso, adelantó que quedan semanas "todavía muy duras", sobre todo en cuanto a la presión en las UCI, y lamentó que el número de fallecidos (más de 10.000) sea aún muy alto.

Una vez que se tienen indicios de que en algunas partes de España se ha pasado ya el pico de contagios por el coronavirus (y en otras, si no es así, se está muy cerca), el Gobierno está estudiando qué medidas pueden tomarse en el futuro para bajar la curva de contagios sin riesgo de que haya un nuevo brote, después del esfuerzo que está haciendo la población. Durante su comparecencia, no obstante, Illa reconoció que esos "escenarios futuros" no podían anticiparse.

Ante la propuesta del diputado de ERC, Gabriel Rufián, de permitir que los niños puedan salir a la calle o que se pueda hacer deporte puntualmente, manifestó que se estudiará, al igual que otras medidas planteadas por los grupos. "Claro que estamos considerando que habrá que adoptar medidas, es una decisión muy difícil de tomar y tenemos a los mejores expertos pensando en la mejor forma de hacerlo", añadió. Illa incidió en que no se podía asegurar que no vaya a haber un nuevo brote, y aclaró que había que "descartar la idea de que habrá un día en que ya volveremos de golpe a la normalidad, que nunca más nos tengamos que preocupar del virus", sino que va a haber todo un proceso, cuya última etapa será la erradicación del virus con una vacuna. "Pero tardará un tiempo", aseguró.

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