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Juegos y lecciones para sobrevivir sin escuelas en una pandemia

El 95% de los alumnos en América Latina y el Caribe, unos 150 millones, están fuera de las aulas a causa del coronavirus. A través de la radio, televisión, Internet o teléfono algunos métodos didácticos ayudan a los niños, y a sus familias, a sobrellevar el encierro

Un padre juega con su hija en un centro educativo en Paraguay.
Un padre juega con su hija en un centro educativo en Paraguay.Sokol (UNICEF)
Belén Hernández

Con cinco años, Benjamín dirige a su madre, Irene Tobón, y a su padre, Sergio, en la construcción de una telaraña en la habitación que comparte con sus dos hermanos. Necesitan varias camas, muñecos, una cuerda y mucha imaginación. "Lo fácil sería dejarlos enchufados a la tele, pero en estas circunstancias lo más importante es moverse", explica por videollamada la progenitora, que también es editora web del área cultural del Banco de la República de Colombia y mezcla turnos de teletrabajo con juegos, lecciones de inglés o francés, tareas domésticas y comidas diarias...

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De salir en bicicleta con su padre para llegar a la escuela a quedarse encerrado en casa 24 horas de repente. La rutina actual de Benjamín y de esta familia de un barrio en Bogotá (Colombia) es la de muchos hogares con niños en todo el mundo que han visto como el cierre de los colegios y el confinamiento por la pandemia del Covid-19 ha cambiado sus vidas y puede afectar a su formación.

"Las primeras cinco ideas que se te ocurren nada más despertar para hacer con él se te agotan enseguida", asegura Tobón, cuando explica por qué acudió a Internet para tratar de aliviar la cuarentena, que empezó para ellos el pasado 11 de marzo. Esta familia ha aprendido a resolver el reto de la telaraña a través de una iniciativa llamada #AprendoEnCasa, de Unicef, que apoya a los padres con actividades y material didáctico para conseguir que los niños sobrelleven el encierro.

Uno de los retos propuestos por Unicef para #AprendoEnCasa.
Uno de los retos propuestos por Unicef para #AprendoEnCasa.UNICEF LACRO/2019

Hasta la fecha, 138 países mantienen cerrados los centros educativos a nivel nacional, y otros 11 lo han hecho localmente, lo que ha afectado a más de 1.300 millones de niños y jóvenes en todo el mundo, según cifras de la Unesco. En América Latina y el Caribe, alrededor de 154 millones de niños, más del 95% de los matriculados, se encuentran temporalmente fuera de las aulas, calcula Unicef. Aproximadamente el 90% de las escuelas de primera infancia, primaria y secundaria del continente americano permanecerán cerrados mientras dure la pandemia.

“Esta es una crisis educativa sin precedentes en la historia reciente de América Latina y el Caribe”, asegura Bernt Aasen, director regional de Unicef para la región. “Para darle continuidad a la educación de los escolares en sus casas, hay que usar todas las herramientas y los canales disponibles, ya sea a través de radio, televisión, Internet o celulares. Solo podremos enfrentar este reto a través de un esfuerzo conjunto de los Estados, del sector privado, de los padres y de los niños”, añade.

Radio y televisión, si la wifi no llega

La iniciativa #AprendoEnCasa funciona, de momento, en Colombia, República Dominicana, Jamaica, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay y México. En varios países están poniendo en práctica modalidades de enseñanza a distancia, incluyendo cursos a través de plataformas digitales. Sin embargo, estos sistemas no están garantizados en toda la región, ni todas las familias pueden tener acceso a ellos, especialmente las más vulnerables.

"Es prioritario impulsar contenidos accesibles en radio y televisión para los niños y niñas de bajos recursos, en riesgo de exclusión, sin acceso a Internet, con discapacidad, migrantes y de comunidades indígenas. La radio ha vuelto a ser el medio en el que la gente confía", explica desde Panamá en videollamada Laurent Duvillier, jefe regional de Comunicación para América Latina y el Caribe y uno de los impulsores de la iniciativa.

Las desigualdades sociales, económicas y políticas, y los distintos planes de cada ministerio de Educación hacen que cada país pueda abordar mejor o peor la educación a distancia. "Hay países en la región como Uruguay, que fue uno de los primeros en implantar la política One Laptop per Child (Una tablet por niño), pero no todos han avanzado en la misma línea, lo que esto lleva a que ahora, cuando más se necesita, las infraestructuras que ya estaban desarrolladas sean cruciales para afrontar esta crisis", explica por teléfono Florencia López Boo, economista líder de la División de Salud y Protección Social del Banco Interamericano de desarrollo (BID).

Varias organizaciones están trabajando para dar apoyo educativo a los padres, que se han convertido en los nuevos profesores de sus hijos. Save the Children brinda actividades educativas a través de las radios en Colombia para que todos los niños, incluidos los de origen refugiado o migratorio y los discapacitados, puedan seguir aprendiendo en sus hogares. El Ministerio de Educación del país ya tiene un programa denominado Profe en tu casa y los asociados apoyarán su ampliación para que más niños puedan seguir aprendiendo.

Esta crisis sanitaria, que podría extenderse más allá de lo esperado, aumentaría el riesgo de abandono escolar definitivo, especialmente para los menores de edad más vulnerables. "Nunca tantas escuelas han estado cerradas al mismo tiempo. La expansión del coronavirus Covid-19 está dejando a la gran mayoría fuera de los colegios en las próximas semanas. Si se extiende más el cierre, hay un gran riesgo de que estos se queden atrás en su curva de aprendizaje y que los más vulnerables no regresen a las aulas. Es vital que no dejen de aprender desde casa", asegura Aasen.

La vuelta a clase después de la pandemia

Con un tercio de la humanidad confinada y las escuelas de la mayoría de países cerradas, los expertos en educación vaticinan lo que vendrá después de la crisis sanitaria, la que ya llaman "la segunda ola" de esta pandemia: las secuelas psicológicas en los niños después de un largo tiempo encerrados, además de las graves consecuencias educativas a las que se enfrentará la sociedad. "Sienten frustración por no salir de la casa, no son capaces de expresar sus sentimientos de manera tan clara como un adulto, y la falta de contacto personal con sus amigos, también puede acarrear consecuencias mentales", explica López Boo. 

Esta crisis sanitaria, que podría extenderse más de lo esperado, aumentaría el riesgo de abandono escolar definitivo, especialmente para los niños más vulnerables

Las escuelas son una institución que va más allá de la enseñanza: son centros de juego, además del lugar donde se forjan las primeras amistades. Y para muchos pequeños de familias en exclusión social son un comedor donde reciben desayuno y almuerzo, esenciales para una buena nutrición. Que cierren, de manera prolongada puede tener graves consecuencias, no solo educativas. "El impacto en la región no va a ser parejo, va a afectar más a aquellos que ya eran vulnerables", explica Horacio Álvarez, especialista senior de Educación del BID en Panamá, que señala cómo ya hay escuelas en las que de manera online se están haciendo las mismas tareas docentes, y en otras nada, especialmente en las zonas rurales o marginales suburbanas, donde la conexión a Internet es un desafío más.

Existen dos impactos a nivel educativo que Álvarez encuentra que van a surgir después de esta crisis y que pueden expulsar a muchos niños de la escuela. Uno es qué va a pasar con aquellos alumnos que no han acabado sus estudios pero estaban a punto de incorporarse al mundo laboral. El segundo, un problema que ya tenían los sistemas educativos previamente: los alumnos repetidores, que el sistema hace fracasar. "Los chicos entre 14 y 15 años que estudian por las noches, o en los fines de semana, ya eran vulnerables antes de la crisis y ahora van a serlo aún más", advierte el experto.

"El foco para luchar contra esta pandemia se ha puesto, como es evidente, en el sistema sanitario, seguido del aspecto laboral, pero lo que afecta directamente a las familias es la educación. En países de la región donde la educación ya mostraba una gran brecha entre ricos y pobres, entre los del área rural o urbana, y entre los distintos países, esta situación la exacerbará aún más si no tomamos medidas fuertes o correctivas una vez superada la crisis", contextualiza Álvarez.

Esa tela de araña, la que construyó Benjamín con sus padres, se ha transformado ahora en una estructura mayor: una casa con patio donde Irene y Benjamín han pintado flores y preparan el té cada tarde y juegan, como si fuera un patio de verdad. El refugio preferido de este pequeño de cinco años durante la cuarentena. El mismo que, para muchos, es la escuela.

Más recursos para el aprendizaje en casa

  • African Storybook- Acceso libre a libros ilustrados para niños en lenguas africanas.
  • Global Digital Library – Libros de historia y otros materiales de lecturas digitales de fácil acceso desde un teléfono móvil u ordenador.
  • StoryWeaver– Repertorio digital de historias para niños plurilingües.
  • Khan Academy – Cursos, lecciones y ejercicios prácticos en línea gratuitos.
  • KitKit School - Conjunto de sesiones de aprendizaje mediante tabletas que propone un programa completo desde la primera infancia hasta los primeros grados de la educación primaria.

Fuente: Elaboración propia / Unesco. 2020.

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Sobre la firma

Belén Hernández
Redactora de Estilo de Vida, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde escribe sobre cultura y tendencias, pero también sobre infancia, medio ambiente y pobreza en países en desarrollo. Antes trabajó en El Mundo y Granada Hoy. Es granadina, licenciada en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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