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“Cada vez que se corta Internet es la confesión del fracaso de un Gobierno”

Nnenna Nwakanma es una activista de origen nigeriano que constituye una de las voces más autorizadas para hablar de datos abiertos, software libre, gobierno digital y hasta participación femenina en la Red

Nnenna Nwakanma en su visita a Barcelona hace unas semanas.
Nnenna Nwakanma en su visita a Barcelona hace unas semanas.C. B.
Carlos Bajo Erro
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A Tim Berners-Lee se le considera el padre de la web, los mecanismos fundamentales de lo que hoy la mayor parte de la gente entiende como navegar por Internet, son obra suya y de su equipo. En 2009 creó la World Wide Web Foundation, un organismo que trata de garantizar una web neutral, libre, abierta, gratuita, las características en las que Berners-Lee pensaba cuando desarrollaba la tecnología. La directora de políticas de la organización es Nnenna Nwakanma, una activista de origen nigeriano que constituye una de las voces más autorizadas para hablar de datos abiertos, software libre, gobierno digital o participación a través de Internet. De paso por Barcelona, donde colaboró con el CCCB, Nwakanma desgrana el entorno digital africano del que es una de las principales referentes.

Pregunta ¿Cuáles son los obstáculos para el acceso a Internet en África?

Respuesta. El primero es la geografía. Muchos países están enclavados, es decir, no tienen costa y, por tanto, no tienen acceso directo a los cables submarinos, así que el tráfico de Internet es muy caro desde el punto de vista de las infraestructuras. Después las tasas, porque algunos gobiernos han decidido que Internet es un lujo. Eso hace todo el ecosistema digital esté sobrecargado de impuestos. Y también el poder adquisitivo. El coste de la conexión no es accesible a todos los africanos. Hay mucha gente que vive con menos de un dólar al día y en muchos países hay que pagar diez dólares por un giga. Además de la calidad de la conexión. Es el Internet de la paciencia, de la frustración. Es el Internet mediocre, en todo lo que tiene que ver con el servicio.

P. ¿Todas trabas externas?
R. Bueno, también hay que tener en cuenta la capacidad de dominar Internet, no basta con poderse conectar. Cuando consigues los diez dólares para pagar un giga mensual hay que ver qué uso haces, si eres capaz de crear, de usarlo en el buen sentido. Hay algunas capacidades que es necesario manejar, la alfabetización digital.
P. Parece un panorama muy negativo, ¿no?
R. En realidad, África es el continente del móvil, de la juventud, de la esperanza, del futuro digital. Es el continente en el que los ciudadanos descubren nuevos espacios de expresión, que se pueden conectar entre sí, que pueden exigir transparencia y utilizar las plataformas digitales para hacer de altavoz de sus reclamaciones, para expresarse, conectarse, vender, comprar, viajar... todos esos beneficios no estaban a su disposición antes y ahora, de repente, son posibles. Eso hace que los africanos se expresen mucho en la web, se movilicen mucho, incluso se emocionen, porque han encontrado una manera de hacer escuchar su voz, finalmente. Hay todas esas dificultades, pero también grandes esperanzas y si me lo preguntas te diré que el futuro es más esperanzador que el pasado.
África es el continente del móvil, de la juventud, de la esperanza, del futuro digital. Es el continente en el que los ciudadanos descubren nuevos espacios de expresión, que se pueden conectar entre sí
P. ¿Y cuál son los riesgos?
R. Las amenazas de Internet en África no son diferentes a los de cualquier otro lugar. Los contenidos y los riesgos no tienen fronteras, porque solo hay una web, así que la intoxicación, las noticias falsas, los abusos con los datos personales... son iguales en todos lados. Quizá la particularidad sea la capacidad para combatirlos, más que los riesgos en sí mismos. Para poder combatir las noticias falsas, por ejemplo, hay que saber leer y escribir, hay que saber hacer una investigación, hacer verificaciones, tener suficientes herramientas para hacerlo.
P. ¿Puede que algunos gobiernos aprovechen para controlar a sus ciudadanos?
R. Los países vigilan a los ciudadanos. Todos. La cuestión es cuáles son los medios, las razones y hasta dónde se les puede vigilar. Desde el momento en el que te sellan el pasaporte a la entrada, las cámaras... La cuestión no es si hay vigilancia o no, sino si se respetan los derechos de los ciudadanos. Y en este sentido, los sistemas autocráticos suponen un reto en África.
P. ¿En qué sentido Internet es una herramienta para la ciudadanía?
R. Sobre todo, en la gobernanza. Cuando decimos que África es un continente pobre, no es cierto, es la gobernanza de África la que lo hace pobre. Tenemos una gobernanza y unas alianzas que nos empobrecen. La conectividad puede ayudarnos, dando más voz a los ciudadanos y más posibilidades a los gobernantes de explicar cómo y por qué hacen las cosas, porque hay muchos líderes africanos que quieren hacer bien las cosas, pero se encuentran con sistemas muy difíciles. No consiguen explicar los retos que tienen y los ciudadanos tienen dudas en cuanto a la gestión del Estado. La Asociación para el Gobierno Abierto (OGP, por sus siglas en inglés), es una nueva manera de hacer que reconcilia a los ciudadanos con los gobernantes, para que los ciudadanos vean cómo se gestionan los asuntos del Estado.
P. ¿La gobernanza en el centro?
R. Es una cuestión de educación cívica y compromiso en la transparencia de la gestión pública del Estado. No quiero decir que no haya corrupción, pero no es nada comparada con la mala gobernanza y el sistema que no permite a África salir adelante. En ese sentido Internet puede ayudar a comprender y también a sensibilizar a los ciudadanos.
P. ¿Y qué pueden aportar los africanos al desarrollo de Internet?
R. La innovación para mi es utilizar la herramienta de Internet para resolver sus problemas. Las soluciones no tienen que ser mundiales, ni siquiera nacionales, se trata de que se puedan resolver los problemas de base, la salud, la educación, el bienestar, eso es la innovación. El dinero móvil fue una innovación africana, la geolocalización de conflictos o crisis, pulseras interactivas para introducir datos de salud, hay muchos ejemplos de innovaciones africanas. Y no son soluciones pequeñas porque nos ayudar a facilitar la vida a nuestras mamas, o a nuestras hijas...
P. Soluciones locales para la vida cotidiana...
R. Son soluciones modestas pero muy útiles, sobre todo, para el mundo agrícola, porque África todavía es muy rural. Podríamos hablar de educación, de la falta de escuelas o de profesores, y de la educación en línea. Además, en África, hay algunos temas que todavía son tabú, el sexo, la religión, la homosexualidad, algunas enfermedades, y en línea nos encontramos con grupos en los que se habla de esos temas, y conectándose a los otros pueden encontrarse soluciones, plantear preguntas, discutir...
P. Pero hay gobiernos que bloquean la Red, ¿desconfían de Internet?
R. Casi todos los países tienen leyes que les permiten interrumpir las telecomunicaciones en caso de extrema urgencia, como una amenaza a la seguridad del estado, pero es muy raro que lo utilicen. He escuchando a los gobiernos que han cortado Internet y mi conclusión es que hablamos de capacidad. Esos gobiernos se sienten incapaces. El corte de Internet es la prueba de la incapacidad del Estado, es confesar que son incapaces de gestionar una situación. Durante las elecciones, el Estado no tiene infraestructura para recoger, transmitir los resultados y publicarlos. Hay posibilidad que las informaciones sobre resultados se mezclen con noticias falsas. No es capaz de reaccionar tan rápido como los internautas y tiene miedo que haya intoxicación y problemas, así que suspenden Internet mientras recopilan los resultados. No digo que sea correcto, pero habitualmente los estados están reconociendo que no tienen capacidad para gestionar un problema. 
P. ¿Cuáles son las particularidades de la presencia de la mujer africana en Internet?
Los países vigilan a los ciudadanos. Todos. La cuestión es cuáles son los medios, las razones y hasta dónde se puede vigilarlos
R. En África, como en muchas partes del mundo, nos encontramos con el patriarcado, el acaparamiento del espacio por parte de los hombres. Vivimos en un mundo de hombres, la sociedad les da prioridad y relega a las mujeres a su rol de producción y de reproducción. La mujer va a los campos y cultiva, pero la tierra pertenece a su marido. El mundo de Internet y la tecnología es un mundo de meritocracia, tienes que tener las capacidades para producir. Si no has ido a la escuela, no puedes aportar nada, no puedes crear el contenido y el valor añadido, no tienes sitio en el mundo digital. En las facultades de informática, en primero verás 60 mujeres de 200 estudiantes. En el cuarto año, quedan 15, el resto se han quedado por el camino, se han casado, han sido madres, han cambiado de ámbito.
P. ¿Y el mundo digital reproduce esas dinámicas?
R. Internet es una oportunidad para que las mujeres rompan esas barreras. Una mujer conectada puede trabajar desde casa y ganarse la vida. Puede vender y comprar en línea, puede operar desde su casa. A muchas mujeres se les ha arrebatado su autoestima, pero los hombres deben creer en las mujeres, animarles y dejarles el sitio. Internet ofrece a las mujeres la oportunidad de conectarse, de expresarse, de vincularse a otras mujeres, de abordar temas tabú, de aprender, de comerciar y de trabajar. Hay oportunidades para la mujeres, pero también hay riesgos.
P. ¿Cuáles son los riesgos?
R. Los que están en las redes en realidad son los mismos que nos encontramos en las calles. Los mismos animales que vemos en la calle, están en las redes y vienen a aterrorizar a las mujeres, acosarlas. La violencia en línea contra las mujeres es real. Cuando comprueban que eres una mujer y que ya estás hablando más de la cuenta, van entrar en tu círculo y te van a amenazar, con violarte, con matarte. Las mujeres sufren presiones, acoso por parte de los hombres, ataques, amenazas, violencia verbal y de todo tipo en línea. La mentalidad de las personas en las calles es la misma que en línea, Internet no cambia a las personas. Hay toda una educación necesaria para toda la sociedad para deshacer la imagen que se ha pegado a la mujer. Y tenemos que sacar a la mujer de esta idea de un ser que tiene necesidad de ayuda, de alguien que se ocupe de ella, su padre, su marido, sus hijos... Hace falta que la mujer tenga la libertad para acceder a sus plenos derechos y vivir con dignidad como todos los seres humanos.

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Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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