Orgasmo a la fuga: ¿qué hacer cuando el clímax casi llega pero se escapa entre las sábanas?
Si tienes decisión clara en la mente, el cuerpo te apoyará en la persecución
¿Se te ha escapado alguna vez un orgasmo? Ya sabes, cuando estás a punto de experimentarlo, pues lo sientes en tus genitales y en todo tu cuerpo, y, de repente, desaparece, se escapa. Un movimiento diferente, un sonido, un pensamiento o la propia ansia por alcanzar el orgasmo lo evapora de golpe. Te invade una sensación que va desde la rabia hasta la decepción. Ante la fuga de un orgasmo crees que puedes hacer dos cosas: dejar que se vaya —no tienes ganas de volver a empezar—, y otro día ya vendrá, o ir detrás de él hasta alcanzarlo. Bien, pues solamente tienes una opción: ir detrás de él.
En realidad, la estimulación necesaria para reconectar con la sensación del orgasmo es mínima. Los genitales ya están muy irrigados —ya te dije que la irrigación es fundamental para el orgasmo—; de hecho, la irrigación no disminuye hasta un buen rato después, tanto si has tenido orgasmo como si no. Es la cabeza la que nos juega una mala pasada pensando más que sintiendo. Así que ponte a la labor y a pillar el orgasmo.
Si te acostumbras a dejar que el orgasmo se escape, esa renuncia se transformará, poco a poco, en una desidia hacia las relaciones sexuales y contribuirá a la baja autoestima hacia tu sexualidad. Si esto te pasa con cierta frecuencia, te recomiendo empezar el juego aplicándote una crema sensibilizadora de clítoris. Ayuda a la vasodilatación y a la irrigación genital, y favorece la conexión mental con los genitales.
El invitado imprescindible
El lubricante es un aliado imprescindible. ¡¡¡Siempre hay que tenerlo a mano!!! La fricción y el malestar que provoca la falta de lubricación puede ser una de las causas de la falta de deseo sexual. La sequedad. Si en los genitales sientes una sensación de fricción desagradable durante la penetración, y después de mantener relaciones sexuales te pican o escuecen, e incluso sangras, es imposible que al cabo de unos días vuelvas a tener ganas de sentir esas molestias. El dolor desconecta del deseo sexual. En los genitales, siempre confort. La lubricación vaginal no es predecible, ten el lubricante siempre a mano. También para masturbarte. El juego con tu vulva será mucho más complaciente si tus dedos o tu juguete se deslizan con fluidez.
Humedad vaginal y excitación no están relacionadas. Puedes estar lubricada, cambiar de posición y perder la lubricación, o bien puedes estar muy lubricada y nada excitada. Tú te conoces. Si no lubricas, no estás enferma. No es un defecto. Puede deberse a muchas razones: a seguir un tratamiento médico determinado (mira el prospecto o pregunta a tu médico), a tomar anticonceptivos, al uso de preservativos, a trastornos hormonales como consecuencia de la menopausia, al consumo de drogas, a utilizar un lubricante malo que todavía te reseca más o, simplemente, a que no estás excitada; también depende del momento del ciclo en que te encuentres. Es importante que prestes atención a esta cuestión y que si se ha producido un cambio significativo en tu capacidad para lubricar, averigües las razones y no las eludas. Si conoces la causa, más fácil será la solución.
El lubricante es recomendable con el uso de juguetes sexuales. Los fabricantes normalmente indican el más adecuado para su producto, dependiendo del material.
Si entre tus preferencias están los juegos anales, aquí, sin duda, siempre necesitarás lubricante para lograr una penetración placentera y segura.
En cualquier caso, el mundo de los lubricantes es apasionante: naturales, biológicos, veganos, con base acuosa, con base oleosa, híbridos, con efecto frío, con efecto calor, con vibración, con sabor, con relajante anal… Seguro que me dejo alguno. Es importante que escojas bien lo que pones en tu vulva y vagina. Han de ser productos de calidad y que jueguen a favor de tu placer. Busca asesoramiento especializado; el supermercado o la gasolinera no son los lugares más adecuados para adquirir un lubricante. Evita los que se secan rápidamente, quedan pegajosos y hacen «choricitos» en los genitales. ¡¡Agg!!
Yo defiendo los lubricantes con base oleosa: son superdeslizantes. Con poca cantidad te aseguras de resbalar durante todo el juego. Especialmente, cuando hay una necesidad clara de lubricación. Evitan el malestar. En el mercado ya los encuentras compatibles con el preservativo. La opción intermedia son los lubricantes híbridos, que mezclan las dos opciones y también constituyen una muy buena alternativa.
Los lubricantes con aroma y con sabor son divertidos y sabrosos. Añaden un punto gastronómico a los juegos orales.
Los lubricantes con efecto frío, calor o vibración producen una activación, un aumento de la sensibilidad. Los que tienen efecto vibración, al igual que las cremas sensibilizadoras de clítoris, contribuyen a la conexión mental con el placer, ayudan a dejar de pensar y a sentir en los genitales. Son una opción efectiva que facilita la experiencia del orgasmo.
Si consideras que sufres de una sequedad que no solo te molesta cuando mantienes relaciones sexuales, consulta con tu especialista. Hay soluciones eficaces para evitar el malestar: cremas hidratantes vaginales, óvulos o tratamiento hormonal. Mantengas o no relaciones sexuales, la responsabilidad de cuidar de tu salud genital es tuya. Después de la ducha, nos ponemos la crema corporal y para los pies, la crema facial, el contorno de ojos, pero la vulva es la gran olvidada. Si te molesta, no es normal. Busca una solución que alivie la incomodidad.
Eva Moreno es sexóloga, terapeuta de pareja, especialista en juguetería para adultos y autora de los libros Es la hora del Tapersex y Mujeres, juguetes y confidencias. Este artículo incluye dos extractos de su último lanzamiento, Mi deso depende de mí, que la editorial Grijalbo publicó en octubre.
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