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Guía completa para elegir su lubricante. Por favor, no se eche esto

Los ingredientes en los que debe fijarse y cuál es el mejor para el sexo bajo el agua o si se busca un embarazo

Es uno de los problemas frecuentes que menoscaban las relaciones sexuales: la sequedad de las mucosas genitales o anales. La lubricación natural mengua, pero para contrarrestar este efecto del paso de los años nada como un lubricante a tiempo que garantice un momento placentero. Además de su carácter lúdico en el encuentro sexual, es un recurso imprescindible cuando se emplea preservativo, para evitar su rotura y prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. La oferta es innumerable: de silicona, oleosos, de base acuosa, de efecto frío o calor, sabor a fresa, limón o chocolate... por lo que más de uno se hace un lío a la hora de elegir cuál es el que más le conviene.

Que dure y no dañe el preservativo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala los lubricantes, junto a condones, como un artículo de vital importancia en la prevención de embarazos no deseados, el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). "Debido a la magnitud de la recomendación, se han establecido unos criterios sobre las características que deben cumplir estos productos, que son principalmente dos: no debe afectar a la integridad del preservativo y deben proporcionar un efecto duradero", advierten las doctoras Mridvika Narda, responsable de desarrollo preclínico y toxicología del departamento de Innovación y Desarrollo, y Aurora Garre, responsable de Marketing médico, ambas de ISDIN, firma vinculada a la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC).

El lubricante que se usa no de forma lúdica, explica, "debe ser lo más parecido posible a la lubricación fisiológica, con texturas filantes, un poco líquidas, que son las que gustan más, sobre todo que no se sequen demasiado pronto y que mantenga el grado de humedad. Algunas marcas empiezan a incluir la duración de la humedad desde su aplicación: se dan cuenta de que es un elemento importante, porque si se seca enseguida o se compacta puede tener un efecto contrario al buscado".

Un lubricante para cada momento

El lubricante adecuado debe siempre ir acorde al uso que se le desea dar. "Los de base acuosa o silicona se aconsejan para relaciones sexuales con preservativo, ya que estos compuestos no deterioran el látex, a diferencia de los de base oleosa", apunta Marián García, doctora en Farmacia y profesora de la Universidad a distancia Isabel I.

La silicona, añade la experta, "es inerte, segura y con mínimo efecto sobre las propiedades del preservativo, algo que también la hace más conveniente para el sexo en el agua o para el sexo anal debido a su densidad. Los de aceite o los de silicona responden ante los casos como la menopausia, el ardor o la sequedad al durar más, los de agua deben reaplicarse porque se evaporan".

Los de base acuosa, indica la sexóloga clínica Francisca Molero, tienen la virtud de ser respetuosos con los espermatozoides. "Muchas veces el problema de la sequedad se da cuando se busca embarazo, cuando la pareja se siente angustiada o está pendiente de estudios de esterilidad o de inseminaciones artificiales, de ahí la importancia de usar un lubricante que no dañe los espermatozoides. En estos casos, hay que descartar el de silicona o el oleoso. Además, los de silicona tienen una textura muy agradable pero no son aconsejables para los juguetes eróticos, que son también de silicona".

¿Aceite de cocina en la zona genital? Pero, por favor

Cuando la oferta es abundante, como en el caso de los lubricantes íntimos, la orientación más útil reside en identificar qué excluir de nuestra elección. Como en el Último tango en París, todavía son muchos los que recurren a métodos caseros como el aceite de bebé, la mantequilla de leche, el aceite de palma o coco, el aceite de cocina, aceites de pescado, minerales, bronceadores, vaselina o cremas hidratantes para cuerpo o manos: todods ellos van en contra de las recomendaciones de la OMS, que descarta este tipo de soluciones.

Uno de los principales errores apunta a confundir los lubricantes con productos hidratantes, advierte Molero: "Tienen dos papeles distintos, aunque a veces van juntos, como en el caso del síndrome genito-urinario de la menopausia, que coincide con una disminución de los estrógenos y hay atrofia vulvo-vaginal y otros síntomas asociados como las infecciones de repetición y los cambios en el suelo pélvico. Se suele utilizar el hidratante vulvar o vaginal con el aplicador dos veces a la semana, y cuando se tienen relaciones se recurre al lubricante".

Cada persona necesita uno diferente

Dos elementos en los que debe fijarse a la hora de escoger lubricante íntimo corresponden a dos características fisicoquímicas como el pH y la osmolaridad [la concentración total de sustancias en una disolución, en este caso, el lubricante, medida en osmoles por kilo (Osm/kg)].

"El pH de la vagina sana se sitúa normalmente entre 3,8 y 4,5, y el del recto en torno a 7. Un pH vaginal alto puede conducir a aumento de riesgo de vaginosis bacteriana, y en el recto puede aumentar la supervivencia del VIH; por tanto, se recomienda utilizar un lubricante con un pH en torno a 4,5 si es para uso vaginal y en torno a 5,5 a 7 para su uso anal", indica la farmacéutica García.

En cuanto a la osmolaridad, la OMS recomienda que se sitúe en torno a 380 mOsm/Kg para minimizar el riesgo de irritación de la mucosa vaginal o rectal y ser una posible vía de entrada para microorganismos, como el virus de la inmunodeficiencia humana y otros causantes de enfermedades de trasmisión sexual.

"El componente que determina un mayor cambio en la osmolaridad es la cantidad de glicoles, una sustancia química que se emplea como humectante y en los cosméticos para humedecer y suavizar la piel. Los utilizados de forma más habitual corresponden al glicerol y el propilenglicol (frecuente en los lubricantes que se calientan), presentes ambos en los lubricantes adecuados para el uso con preservativos", anotan las doctoras Narda y Garre.

A pesar de que los lubricantes que hay en el mercado estén testados, cada usuario responde de una manera individual al producto, recuerda Molero. "Antes de la actividad sexual, primero se aconseja probar el lubricante para ver la reacción de la piel, como se aconseja en otro tipo de cosméticos".

Lea la etiqueta y evite esto

Esto es lo que debe descartar según la farmacéutica García:

- Los lubricantes que tengan un pH por encima de 7

- Los tengan niveles elevados de propilenglicol (una sustancia humectante a la que algunas personas han reportado alergia)

- Las formulaciones de lubricantes que contengan polyquaternium 15 específicamente, y compuestos policuaternarios en general, pues se trata de un compuesto cuya seguridad está cuestionada. Las doctoras Narda y Garre aportan más detalles sobre esto: "En algunos lubricantes que tienen como ingrediente común el polyquaternium-15 se ha visto que disminuye la replicación del virus HIV-1, mientras que se ha sugerido que el MADQUAT [un componente similar químicamente] la aumenta"

- Los que tengan un contenido total de glicol por encima de un 8,3% (así se limita la osmolaridad, siguiendo las recomendaciones de la OMS)

- En poblaciones de riesgo (VIH/ITS) se debe poner especial cuidado en que la osmolaridad no exceda de 1200 mOsm / kg.

A estas recomendaciones, las doctoras Narda y Garre añaden:

- Con condones de látex: no utilizar lubricantes con base de aceites

- Evitar los lubricantes que contengan espermicidas tipo nonoxinol-9: estudios recientes sugieren que aumenta el riesgo de irritación

- Los que contienen otros aditivos para aportar un efecto adicional, por ejemplo un anestésico local como la benzocaína, que se considera un medicamento y requiere prescripción médica

- En poblaciones de riesgo: evitar aquellos lubricantes que lleven determinados extractos de plantas con el objetivo de obtener beneficios específicos —estimulación, calentamiento, hormigueo—, según recomienda la OMS, ya que su seguridad no está estudiada en esos grupos

¿Y las sustancias químicas?

Destinados a la conservación y la estabilidad del producto, compuestos químicos como el bisfenol A (BPA), los parabenos, los ftalatos, el glicol y el petrolatum pueblan las etiquetas de los ingredientes utilizados en los lubricantes íntimos. ¿Hay motivo para preocuparse? ¿Son seguros?

"El BPA es un compuesto orgánico que cuando se ingiere vía oral se sospecha que puede tener efectos sobre el sistema endocrino. Los productos farmacéuticos que contienen plásticos tipos 1 (PET), 2 (HDPE), 4 (LDPE) y 5 (Polipropileno) no contienen bisfenol A durante su polimerización o formación del embalaje, por lo que no debe preocuparle al consumidor de productos farmacéuticos", aseguran las doctoras Narda y Garre.

Los parabenos autorizados en Europa para su uso en cosméticos y que se consideran ingredientes seguros corresponden al methylparaben y ethylparaben, "que se absorben muy poco por la piel y en cambio aseguran que el producto no se contamine por microorganismos, muy importante en productos de base acuosa como los lubricantes íntimos debido a su zona de aplicación", explican estas expertas.

Aunque no se añaden a los productos como ingredientes, los fthalatos pueden contenerse en el plástico de embalaje. Sin embargo, sostienen Narda y Garre, "la calidad de plástico utilizado en Europa está regulada para no superar los límites de fthalatos y otros sustancias de preocupación alta (SVHC). Esta información no está en la etiqueta de producto, pero si cumple con la normativa vigente el consumidor no tiene que preocuparse".

En cuanto al petrolatum y los glicoles, "es mucho más respetuoso para la vagina utilizar producto basado en agua con polímeros como la goma xantana y algún ingrediente que aporte hidratación como la glicerina", concluyen.

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