Lo que se puede aprender de los animadores culturales africanos
Cinco mediadores de África se encuentran en Madrid con gestores europeos y compatriotas en la diáspora para compartir su trabajo en los barrios para fomentar la hospitalidad
¿Hasta dónde llega tu casa?, es la pregunta a la que le dan vuelta, por estos días, un grupo de vecinos de Madrid, cinco artistas y mediadores culturales venidos desde distintos rincones de África y cinco jóvenes de la diáspora subsahariana, que han llegado a España en los últimos años. Grigri Pixel se llama la propuesta que —a instancias de Grigri Cultural Projects y el espacio Medialab Prado— en 2019 transita su cuarta edición, nombrando al amuleto de la buena fortuna (grigri) que acompaña a los aventureros africanos en cualquier travesía vital: ojalá la hospitalidad fuese la inequívoca respuesta.
En esta fase del taller Grigri Píxel, que se desarrolla entre el 14 y el 26 de octubre, en el Barrio de las Letras de Madrid, veinticinco participantes de diferentes disciplinas, vecinos migrantes y gestores culturales de África y Europa intercambian ideas sobre la cooperación artística y ciudadana y diseñan acciones y espacios para dar vida a la amplia noción de hospitalidad. Con este debate y quehacer comunitarios se pretende, según la comisaria Susana Moliner, “conjugar la descolonización de la tecnología con una nueva imaginación para la diversidad, así como lograr un aprendizaje colectivo y un impacto en las trayectorias y prácticas personales”.
En efecto, en este taller de producción internacional, la transferencia de conocimientos no va necesariamente de Norte a Sur, como bien lo demuestran las soluciones no convencionales a las que suelen arribar los jóvenes innovadores, artistas y animadores culturales africanos, de los que estos cinco ponentes invitados de la edición 2019 son apenas una representación. A saber: Gildas Guiella viene de Ouagadougou (Burkina Faso), donde desde 2012 impulsa un fablab (taller de fabricación digital), el OuagaLab, que actualmente trabaja en el desarrollo digital de herramientas en 3D con aplicación en la transmisión de conocimientos en territorios de la educación y salud infantil, por ejemplo. Otra de las invitadas a esta residencia madrileña es Nana Kadidjatou, que vive en Niamey (Níger), y trabaja como administradora de la compañía Arène Thèâtre, que cuenta con un espacio propio en el que combinan la labor artística con la asistencia comunitaria, y desde donde se genera el Festival Émergences, que lleva teatro y títeres a las calles de la ciudades de uno de los países que encabeza la lista de los más pobres de la Tierra.
Por su parte, la arquitecta de interiores y música Meryem Aboulouafa llega desde Casablanca (Marruecos), con su experiencia como exploradora de los sonidos urbanos y de los equilibrios y los volúmenes que albergan las ciudades. Desde Maputo (Mozambique), otra arquitecta, Ana Raquel Machava, intenta unir cine y arquitectura; en su caso, explica cómo pueden volver a trazarse los mapas de los lugares que un día fueron compartimentados por la ocupación colonial que impuso la segregación (por ejemplo, con la delimitación de zonas en las que a la población nativa se le exigía contar con un permiso especial de tránsito). Así, a través de la dinámica creada por el Maputo Cinema Festival ‘A luta continua!’, que ella dirige, pudieron hilvanar recorridos temporales entre las distintas pantallas que proyectan las películas.
El quinto ponente es Amadou Mbaye, de Gandiol (Saint Louis, Senegal), que coordina la sección de desarrollo comunitario del Centro Hahatay, un espacio en el que “se forman familias más allá de los lazos de sangre”, según sus responsables, y donde funcionan aulas, residencias artísticas y una radio comunitaria. Su lema es: “Las personas son las medicinas de las personas”.
Sin duda, al abrir las puertas de nuestra casa no solo ampliamos las fronteras de nuestra generosidad sino que mostramos nuestra disponibilidad a recibir nuevas iniciativas. La casa llega hasta otros jardines, que surgen de otras vivencias, como las de estos gestores africanos que, en su continente, han tenido que dibujar los contornos de sus planes con las carencias de la población y disputar espacios culturales ya consolidados a cierta rapiña de los intereses políticos, cuando no suplir la inacción de los gobiernos con asistencia social desde sus centros, como es el caso de Níger, un territorio de paso de migrantes que huyen de los conflictos de sus países y suelen quedar bloqueados por largo tiempo en Niamey.
Planteamos dos preguntas a estos gestores culturales, recién llegados a Madrid, sobre sus expectativas y aportaciones. Y estas fueron sus respuestas.
¿Qué espera llevarse a casa tras su paso por esta residencia?
Gildas Guiella, Burkina Faso: "Espero encontrar inspiración, porque sé que Madrid es una ciudad con un gran movimiento de espacios colaborativos en funcionamiento, que crean trabajo. Me gustaría poder intercambiar conocimientos sobre cómo adaptarlos y conectarlos a la problemática de cada lugar" (Gildas Guiella, Burkina Faso).
Nana Kadidjatou (Níger): "Quiero aprender sobre migraciones. Es una realidad nueva en Niamey, ya que por nuestro territorio pasan hoy miles de migrantes huyendo de los conflictos de Eritrea, Mali, Sudan, Etiopía y Nigeria, y tenemos que contar con herramientas de mediación".
Meryen Aboulouafa (Marruecos): "Reconciliación. Después de la colonización, nos quedan cosas, tendencias… reflejos que nos impiden relacionarnos con un extranjero de manera horizontal. Tampoco sentimos que el otro se vincule con nosotros de manera igualitaria. Por eso deseo un poco más de apertura de espíritu de mi parte, para ir al encuentro de la gente".
Ana Raquel (Mozambique): "Más confianza… e historias de iniciativas similares a las nuestras, sobre todo acerca de lo que hacen los arquitectos y las dificultades con que se encuentran en otras ciudades".
Amadou Mbaye (Senegal): "Aprender del lado humano y diverso de las personas con las que vamos a compartir este tiempo. Conocer otras formas de vida".
¿Qué trae a este taller en Europa?
G.G.: "Ofrezco la experiencia de Burkina Faso, donde hay que trabajar en soluciones adaptadas al contexto, como es el de un país poco alfabetizado. Nuestra tarea consiste en saber cómo el uso de tecnología puede facilitar el acceso a la educación de esa mayoría de jóvenes, que representa el 60% de la población".
N. K.: "Mis nociones de la hospitalidad. Mi savoir faire como administradora y mediadora cultural, porque tengo relación con la población y me expreso por aquellos que no tienen quien los escuche".
Yo traigo la teranga, que significa hospitalidad y hacer sentir al otro en su casa. Senegal se llama ‘el país de la Teranga’. Amadou Mbaye (Senegal)
M.A.: "Mi buena voluntad y mi humanidad. También mi sensibilidad en tanto que marroquí y artista".
A.R.: "Traigo las herramientas que utilizo: la arquitectura, el urbanismo y el cine. Y la idea usarlas para la convivencia, porque, al fin y al cabo, somos una sola raza.
A. M: "Yo traigo la teranga, que significa hospitalidad y hacer sentir al otro en su casa. Senegal se llama ‘el país de la Teranga’".
La idea de los organizadores, entre quienes colaboran el arquitecto David Pérez, el ingeniero electrónico Yago Torroja y la investigadora Blanca Callén, es la de debatir y construir entre vecinos en pie de igualdad, desde un lugar alejado del asistencialismo y la exclusión social, junto a migrantes aglutinados en la ONG Sercade y con la colaboración de la Aecid, a través de su programa Acerca. Al cabo de las sesiones de debate, está prevista la instalación de un espacio de arquitectura efímera que albergará algunos de los resultados teóricos y prácticos de diez días de labor compartida con la asociación vecinal de Las Letras y el resto de los participantes. El 25 de octubre, a las 18.30, habrá un encuentro en torno a la hospitalidad en la sede madrileña de Sercade, en el que participarán Abdourahmane Seck, de la Universidad Gaston Berger, de Senegal; Modesta Di Paola, de la Universidad Complutense de Madrid; Paula Domingo (Asociación Elin, de Ceuta) y Serigne Mabayé, del Sindicato de Manteros de Madrid. Y el 26 de octubre, a las 18.30, se presentarán los resultados y se celebrará el cierre del encuentro con una fiesta en la Plaza de las Letras, frente a Medialab Prado, en Madrid.
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