Cinco historias de inmigración con final feliz
Amal Belleyo, Babou Jallow, Roxana Resnikowski, Huichi Chiu Huang y Serigne Mbaye ahondan en sus experiencias para reclamar que el 3 de octubre se convierta en el Día Europeo de la Memoria y la Acogida
Amal Belleyo, Babou Jallow, Roxana Resnikowski, Huichi Chiu Huang y Serigne Mbaye representan las voces de tantos migrantes y refugiados que comúnmente no se escuchan. Son historias de éxito, con final feliz, el que no tuvieron los que perdieron su vida tratando de cruzar el Mediterráneo, o los que una vez en Europa, han sido deportados. Ellos fueron los protagonistas de Voces de Frontera, un evento organizado por la ONG Amref Salud África en Madrid el pasado jueves.
La Organización Internacional de Migraciones cifra en más de 3.000 el número de muertes en el mar Mediterráneo cada año. El 3 de octubre de 2013 naufragaba en Lampedusa una embarcación en la que iban a bordo 500 personas, y en la que murieron 368. Con el proyecto Snapshots from the Borders y No More Bricks in the Wall, financiados por la Unión Europea y en la que se enmarcaron estas charlas, se quiere que el 3 de octubre sea nombrado Día Europeo de la Memoria y la Acogida, como ya lo es en Italia desde 2016.
Huichi Chiu Huang, 41 años, taiwanesa: “Los chinos son como los dientes de león, vuelan y sobreviven allá donde lleguen”
A Huichi Chiu Huang, nombre que significa estar agradecida y ser feliz, si se pronuncia correctamente, le apenó ver como en las últimas elecciones el presidente de la mesa tuvo que repetir su nombre tres veces y los demás vocales se reía a carcajadas. Al llegar la siguiente mujer, una española, les escuchó decir, mientras se alejaba: “menos mal que no es china”. Para Chiu Huang, de Taiwan, “una isla en forma de boniato”, según esta actriz que ha trabajado en producciones como Vis a Vis, los chinos son como los dientes de león, "vuelan y sobreviven allá donde lleguen”. Lo comprobó, asegura la también profesora y artista plástica, después de viajar a uno de los pueblos más remotos de Noruega, ya dentro del círculo polar artico, y descubrir allí población china. "Nos suelen dar papeles estereotipados. Los orientales son o chinos que trabajan en una tienda o trabajan en un restaurante. Necesitamos tutores que formen a los jóvenes creadores para que salgan bien formados y hablen de una vida real, sin repetir estereotipos".
Roxana Resnikowski, 66 años, boliviana/alemana: "Soy el resultado de las aventuras y viajes de mi familia"
Por las venas de Roxana Resnikowski, de 66 años, corre sangre indígena, polaca, lituana, rusa, alemana, austriaca y española, y como ella misma asegura, tal vez haya alguna más que ignora. "Soy el resultado de las aventuras y viajes de mi familia". Resnikowski se emociona al hablar de sus orígenes, con un bisabuelo, Arthur Ponansky, que llevaría el primer coche a Bolivia, y con su abuelo paterno, que se libró de acabar en un campo de concentración. La misma emoción le embarga cuando habla de sus nietos, que repiten su historia de ida y vuelta, ahora repartidos todos ellos por Europa. "Soy una más entre los miles de millones de personas que vivimos en el mundo porque la migración ha estado siempre ligada a la humanidad y tenemos que tomar como normalidad el mestizaje", prosigue Resnikowski, "seguramente se llevarán más de una sorpresa y verán que no somos tan raros los que llevamos sangre de varios orígenes".
Inmigración y religión no son sinónimos
Para Amal Belleyo, musulmana de 23 años, nacida en Tenerife y de origen bereber, el islam lleva en España más de siete siglos, pero sigue siendo una religión extranjera: "Toda persona que profese esta religión es considerada una inmigrante". La joven protagonizó un debate religioso junto a Gloria Cabello, mujer budista de 53 años, en el evento de Voces de Frontera, celebrado en Madrid el pasado 3 de octubre. "De los estereotipos no nos libramos nadie. Pero yo como mujer budista sufro otro tipo de estereotipos, aunque más benévolos que los que tiene que vivir Amal", explicaba Cabello. "Para mí, la religión es un camino de desarrollo espiritual y de conocimiento. Es algo que compartimos todas las religiones”.
Babou Jallow, 37 años, gambiano: "El fútbol es una herramienta para aprender valores de multiculturalidad"
Cuando era un niño, a Babou Jallow su padre le escondía el balón para que no jugara al fútbol, se lo tenía prohibido. La patera que este gambiano de 37 años cogió desde Canarias estuvo a punto de quedarse sin combustible en mitad del mar. Después de su experiencia como entrenador en Los Dragones de Lavapiés y de 10 años en España, consiguió los papeles ypudo volver a casa. Allí formó otro equipo de fútbol: Los Dragones de Keur Babow Ndiity. "El fútbol no son solo jugadores millonarios, es una herramienta para educar y enseñar valores de multiculturalidad. Ahora mi padre está orgulloso de verme jugar al fútbol", concluye.
Serigne Mbaye, 44 años, senegalés: "Tenía un barco de pesca. Muchas multinacionales no respetaban las zonas. Eso me llevó a migrar"
Serigne Mbaye se hizo adulto antes de tiempo. Pronto su familia necesitaría su trabajo para salir adelante. Así que entre la pesca y la agricultura, y dejando a un lado el Bachillerato, suplía la falta de recursos. "Tenía un barco de pesca en mi país. Había muchos barcos multinacionales que no respetaban las zonas de pesca, además hacen una pesca de arrastre que es malísima para el ecosistema marino. Llegó un momento que la pesca era insostenible, no capturabas nada. El campo también estaba seco ya y todo eso lleva a las migraciones forzosas". En 2006 desde Saint Louis (Senegal), cogió una patera con desconocidos y llegó a España. "Tras varios años sin papeles, condenado a buscarme la vida como fuera, los logré a los cuatro años", recuerda. Ahora, junto a otros amigos, ha montado un restaurante ecológico. "Queremos reducir la huella ambiental, no comprar productos importados sino son imprescindibles. Hay que luchar contra nuestra manera excesiva de consumo".
'Stranger in Paradise'
La película
Stranger in Paradise
, del director holandés Guido Hendrikx [2016], con 72 minutos de duración, es un documental en el que se muestra el choque entre los sueños de los refugiados recién llegados al viejo continente y la realidad, y lleva a replantear la posición de los ciudadanos y los mecanismos con los que Europa afronta la situación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.