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La deuda pendiente que Patricia Arquette ha saldado con su hermana Alexis y la comunidad trans

La actriz, conocida por su marcado activismo, compensó en su reciente discurso de los Emmy el desprecio que Hollywood hizo años antes a la pequeña de la saga, fallecida en 2016

Patricia Arquette (izquierda) haciendo un gesto de complicidad a su hermana Alexis en una fiesta en Hollywood en 2006. En vídeo, el discurso de la actriz.
Héctor Llanos Martínez
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Cuando era niña, la mejor amiga de Patricia Arquette (Chicago, 1968) era Alexis, su hermana trans, tan solo 15 meses menor que ella. Sus padres eran dos actores que abrazaron la cultura hippie de la década de los 70. Las criaron junto a sus otros tres hermanos, Rosanna, David y Richmond, en una comuna de Virginia. Pero no fue el lugar en el que creció, sino las heridas de su biografía las que han ido formando el carácter de la intérprete de Boyhood, inusualmente reivindicativo para una estrella de cine de su altura.

La muerte de su madre en 1997 por un cáncer de pecho le empujó a colaborar con asociaciones que luchan contra la enfermedad. Al ganar este 22 de septiembre el Emmy a mejor actriz de reparto en una miniserie o una película para televisión por The Act, su objetivo era otro. Quería saldar una deuda pendiente: la que Hollywood mantenía con su hermana Alexis, fallecida en 2016.

“Todo esto que me está ocurriendo es maravilloso, pero en el fondo estoy muy triste. Perdí a mi hermana y la gente trans sigue siendo perseguida. Estoy de luto todos los días de mi vida, Alexis. Y lo estaré el resto de mi vida por ti, hasta que cambiemos el mundo para que las personas trans no sean discriminadas”, dijo sobre el escenario en un discurso que se ha hecho viral en redes sociales.

Dos años y medio antes, mostró de forma pública su enfado con la Academia de Hollywood por no incluir a su hermana en el In Memoriam de la gala de los Oscar de ese año. Antes de morir de una cardiopatía relacionada con el VIH que contrajo siendo adolescente, Alexis había participado en películas como Pulp Fiction de Quentin Tarantino y en Cosas que nunca te dije de Isabel Coixet. Con estas palabras recientes, Patricia Arquette compensaba ese agravio.

“Tuvimos una larga conversación cuando me confesó que era trans (en el año 2006). Yo dije: Está bien. Entonces, ¿qué haces con Hollywood? ¿Cómo vas a conseguir trabajo? La gente no es tan progresista en la industria y realmente podría afectar negativamente en tu carrera. ¿Estás pensando en todo lo que puede ocurrir?”, comentaba Arquette a la revista People tras el olvido de la Academia.

El día del fallecimiento de Alexis, la familia de la actriz trans quiso recordar cómo su realidad le había condenado al olvido: "Su carrera se vio truncada, no por su muerte, sino por su decisión de vivir su verdad y su vida”, decía el resto de miembros del clan en un comunicado.

Primero mujer, luego estrella

Los cinco hermanos Arquette imitaron a sus padres y se dedicaron a la interpretación. Patricia se coló en sus inicios en el lado menos glamuroso de la industria, en producciones independientes donde el oficio suplía la falta de presupuesto.

Rechazó a los 19 años una gran oportunidad al negarse a rodar Última salida Brooklyn. Descubrió que estaba embarazada de su novio en aquel momento, el cantante punk Paul Rossi, y prefirió no exponerse a rodar las escenas de violencia que requería el proyecto.

En los años siguientes, actuó para Tim Burton, Stephen Frears y David Lynch. Y decidió antes que nadie pasarse a la televisión. Se negaba a someter a su cuerpo a las dietas que le permitieran entrar en las tallas minúsculas que le exigía el cine.

Encontró refugio en 2005 en la serie Medium, en una pantalla que, además de pequeña, seguía en ese momento considerándose de segunda categoría. Lo logró a pesar de que uno de los productores del drama semanal le pidió antes de empezar a rodar que perdiera el peso que había ganado durante el embarazo de su hija Harlow, nacida en 2003. Ella se negó a hacerlo, pero consiguió el papel.

Y así, envejeciendo con naturalidad durante más de diez años ante la cámara de Richard Linklater para el atípico y dilatado el rodaje de Boyhood, es como logró, cumplidos los 45, convertirse en la actriz que siempre había deseado ser.

"A todas las mujeres que han dado a luz, que pagan sus impuestos y que son ciudadanas de mi nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás. Ya es hora de que tengamos de una vez por todas el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos de América”, dijo en 2015, cuando logró el Oscar a mejor actriz secundaria por este trabajo.

Se refería a que, en su país, la mujer gana 78 centavos por cada dólar que gana un hombre. Sus palabras también se extendieron entonces por internet. En la reciente ceremonia de los Emmy, le tocaba el turno a su hermana Alexis.

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Sobre la firma

Héctor Llanos Martínez
Redactor especializado en nuevas narrativas audiovisuales (streaming, pódcast, redes sociales) y en el género documental, con varios años como autor del blog 'Doc&Roll'. Formado en Agencia Efe y elmundo.es, antes de llegar a Verne y la sección de Madrid de El País, escribió desde Berlín para BBC, Deutsche Welle, Cineuropa, Esquire o Yorokobu.

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