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El agua de Marte

El agua de la Luna nos permitirá ir a Marte, y el agua de Marte nos permitirá quedarnos

Fotograma de 'El marciano'.
Fotograma de 'El marciano'.
Carlo Frabetti

La presencia de grandes cantidades de agua congelada en los polos de la Luna facilitará enormemente su eventual colonización, como vimos la semana pasada. Y su extracción sería relativamente sencilla: mediante un sistema de espejos, se podría dirigir la potente radiación solar que baña la superficie del satélite sin atmósfera a una zona de la masa de hielo, para licuarla o evaporarla, o para descomponerla en oxígeno e hidrógeno. Oxígeno para respirar, sobre todo, pero también para numerosos usos industriales, e hidrógeno reutilizable como combustible.

La unión de agua en abundancia, energía solar potente e inagotable y baja gravedad permitiría terraformar parcialmente el interior de algunos cráteres o algunas cuevas, con lo que no solo se facilitaría la colonización de la Luna, sino también, indirectamente, la de Marte, el siguiente paso más verosímil en nuestra expansión espacial.

¿Qué requisitos mínimos debería cumplir un campamento marciano para garantizar la supervivencia de un ser humano durante un tiempo prolongado?

La baja gravedad lunar, un sexto de la terrestre, tiene ventajas sobre las dos situaciones gravitatorias vividas hasta ahora por los humanos: la gravedad normal de la superficie de la Tierra y la gravedad cero de la estación espacial. Se ha hablado a menudo de una hipotética minería en los asteroides, cuya gravedad prácticamente nula parece hacer muy fácil la extracción y el transporte de los minerales; pero esta ventaja quedaría neutralizada por la necesidad de anclar las instalaciones -y a las personas- a la superficie de unos cuerpos de atracción insignificante, así como de evitar que los materiales extraídos se dispersaran en el espacio. Una gravedad un sexto de la terrestre es suficiente para garantizar un buen anclaje, a la vez que reduce considerablemente la energía necesaria para todo tipo de tareas.

Pero, como contrapartida, uno de los mayores inconvenientes para la instalación de una colonia lunar permanente sería el efecto de la baja gravedad en el organismo humano. ¿Cómo se podrían evitar o reducir al mínimo los problemas fisiológicos ocasionados por una larga permanencia en la superficie lunar?

¿Patatas en Marte?

El trabajo coordinado de una colonia lunar y una estación espacial haría mucho más fácil, seguro y barato el envío de una expedición a Marte. Aun así, el envío de grandes cantidades de suministros sería prohibitivo, por lo que la viabilidad de una colonia marciana estaría supeditada, una vez más, a la presencia de agua fácilmente accesible.

Por suerte, y al igual que en la Luna, en Marte hay enormes cantidades de hielo, y también una pequeña cantidad de vapor de agua (un 0,01 %) en la tenue atmósfera marciana.

En la película El marciano, de Ridley Scott (basada en la homónima novela de Andy Weir), un náufrago espacial sobrevive en la superficie del planeta rojo cultivando patatas que abona con sus propios excrementos. ¿Sería posible tal proeza del reciclaje? ¿Qué requisitos mínimos debería cumplir un campamento marciano para garantizar la supervivencia de un ser humano durante un tiempo prolongado? Invito a mis sagaces lectoras/esa colaborar en la conquista de Marte con sus ideas terraformadoras.

Carlo Frabetti es escritor y matemático, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado más de 50 obras de divulgación científica para adultos, niños y jóvenes, entre ellos Maldita física, Malditas matemáticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.

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Sobre la firma

Carlo Frabetti
Es escritor y matemático, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado más de 50 obras de divulgación científica para adultos, niños y jóvenes, entre ellos ‘Maldita física’, ‘Malditas matemáticas’ o ‘El gran juego’. Fue guionista de ‘La bola de cristal’.

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