Rajoy afirma que Cataluña vivió situaciones de “excepcionalidad” y “acoso” durante el ‘procés’
El expresidente del Gobierno lamenta las imágenes de las cargas policiales del 1-O
El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy no ha utilizado este miércoles la palabra “violencia” para referirse a los acontecimientos que se vivieron en Cataluña en las últimas semanas del Govern de Carles Puigdemont, pero sí ha definido aquellos días como “situación de excepcionalidad” y ha señalado que jueces, alcaldes y policías sufrieron “acoso”. Rajoy ha comparecido como testigo durante el juicio del procés y en su declaración ha sido menos explícito que la que fuera su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, que testificó antes que él y sostuvo que en las movilizaciones independentistas se produjeron “actos violentos”, una tesis que coincide con la de la Fiscalía y que sostiene la acusación por rebelión contra nueve de los 12 líderes independentistas que se sientan en el banquillo.
Rajoy ha acudido al Supremo a exponer qué hizo y, sobre todo, qué no hizo su Gobierno durante el procés. Y lo que no hizo, por encima de todo, fue “negociar sobre un referéndum”. En esa idea ha insistido Rajoy con la misma contundencia con la que los acusados aseguran que intentaron negociar con el Gobierno central, pero siempre encontraban al otro lado “una silla vacía”. El expresidente ha recordado que mantuvo reuniones, que fueron difundidas, tanto con Artur Mas como con Carles Puigdemont, pero ha asegurado que jamás se movió de la que era la línea roja. “En la primera conversación con Mas ya dejé patente que no se iba a liquidar la Constitución. Eran plenamente conscientes de que yo no iba a autorizar un referéndum para liquidar la soberanía nacional, la unidad de España y saltarse la ley. Nunca hubo una negociación para hacer un referéndum”, ha advertido.
A preguntas de las defensas, Rajoy ha tenido que abordar el papel que tuvo Iñigo Urkullu en una supuesta mediación entre los Gobiernos central y autónomo. Le ha costado entrar en detalles (“Hablé con muchas personas aquellos días”, “con él y otros”) y el presidente del tribunal ha tenido que pedirle que fuera menos ambiguo. Al final ha admitido que hablaron personalmente, pero ha negado que el lehendakari fuera algo parecido a un mediador. “Ahí no ha habido ningún mediador de nada porque mis posiciones estaban claras y las de los otros, también”, ha dicho.
"Anormalidad impropia"
Rajoy se ha desmarcado del operativo policial desplegado por el Gobierno central para el referéndum del 1-O. Su prioridad, ha dicho, eran las “grandes decisiones”, como conseguir consenso para la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El Gobierno fue “muy prudente” a la hora de poner en marcha este mecanismo de intervención de la Generalitat, ha recordado. “Avisamos hasta la saciedad. Hicimos el esfuerzo de conseguir el acuerdo de todos e incluso le dimos la posibilidad de rectificar a quienes habían tomado la responsabilidad equivocada”, ha afirmado. Finalmente optó por aplicarlo ante la evidencia de que se estaba ante “una situación excepcional”. En esa situación ha amparado también Rajoy el envío de 6.000 agentes de policía a Cataluña. “Había una anormalidad impropia de una democracia avanzada”, ha dicho.
Rajoy ha evitado calificar los hechos vividos durante la movilización del 20 de septiembre ante la Consejería de Economía y los incidentes del 1 de octubre. La abogada de Jordi Cuixart ha pedido que se exhiba un vídeo en el que se veían cargas policiales durante la jornada del referéndum. “¿Cómo califica estas imágenes?”, ha preguntado después. “La responsabilidad de los dirigentes políticos es evitar situaciones como estas. No habríamos visto ni estas imágenes ni otras parecidas”, ha afirmado. Y luego ha añadido: “Las lamento muchísimo. No me gustan. Pero ni estas ni otras. Y creo que la obligación que tenemos los dirigentes políticos es trabajar para que no se produzcan imágenes así”.
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