Dos gemelas se reencuentran con el médico que les salvó la vida hace 20 años
Diana Ribó tenía que hacer una entrevista para una asignatura de la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas. Buscaba a alguien especial. Encontró a la mejor persona posible: el hombre que le salvó la vida cuando ella se encontraba en el vientre de su madre. Sucedió hace casi 20 años. Y Eduard Gratacós (Barcelona, 1965) es el médico que realizó la primera operación de cirugía fetal en España.
Sentado en un pequeño despacho del Clínic de Barcelona, Gratacós y sus dos pacientes, las gemelas Diana y Patricia Ribó, hablan animadamente de aquel junio de 1999. Él era un joven médico de la Universidad de Lovaina (Bélgica) que llevaba varios años trabajando en un proyecto europeo de cirugía fetal. Ellas, en la barriga de su madre, María Dolores Canalejo, padecían transfusión feto-fetal, una complicación característica de los gemelos que comparten placenta que puede provocar un retraso de crecimiento discordante. Diana era el bebé donante de sangre y, por tanto, el más pequeño. La doctora Magda Ros, ginecóloga de María Dolores, la animó a operarse. El hospital Vall d’Hebron, de la mano del doctor Luis Cabero, llamó a Gratacós para que viajara a Barcelona a realizar la intervención. No lo dudó. El centro belga aceptó y el doctor aterrizó en la capital catalana para llevar a cabo una operación que fue un éxito.
Pero el médico, terminado su trabajo, volvió a Lovaina. Las niñas y él no se conocieron nunca. Diecinueve años después, Gratacós recibió un correo electrónico: “Diana contactó con tres o cuatro sitios donde trabajo. Dirijo BCNatal, formado por Clínic y Sant Joan de Déu, y me muevo por tres edificios. Envió tres correos, leí el primero que llegó a Sant Joan de Déu en el que explicaba que era una estudiante de Publicidad y quería hacerme una entrevista. Es algo habitual. Iba a contestar que sí para fijar una cita cuando leí la última línea: ‘Se da la casualidad de que fui su primera paciente de cirugía fetal”. Poco después, Diana se sentó delante del doctor para grabar la entrevista. “Le pregunté si sentía mucha presión, si estaba nervioso porque las familias le dejaban en sus manos a sus hijos”.
Los padres de Diana y Patricia no les contaron mucho mientras fueron pequeñas. “Vimos un vídeo porque salió la noticia en varios medios de comunicación y recuerdo la imagen de mi madre en el quirófano”, dice Patricia. “De pequeñas sí que nos contaron que hubo complicaciones en el embarazo y que un médico vino de muy lejos a operarnos”. Ese médico, que con los años volvió a Barcelona, explica a sus primeras pacientes el próximo salto de su especialidad. “En la época que os operé era normal estar dentro del útero 60 minutos, incluso 90, y el tiempo se ha reducido a 13-14 minutos. Ahora estamos a punto de dar un segundo salto generacional: espero que en pocos meses podamos hacer la primera cirugía con guiado tridimensional, que sepas dónde te estás moviendo dentro del útero, uno de los grandes retos”. Para seguir avanzando, Gratacós recibe ayuda privada de entidades como la Fundación Bancaria La Caixa, pero no deja de reclamar inversión pública. “Hay poca visión y no hay una política investigadora que sobreviva a más de un Gobierno”, dice Gratacós. Patricia y Diana asienten muy atentas a las reivindicaciones de su médico. Y Diana apostilla: “Se debe invertir porque salva vidas”.
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