La dudosa base científica de la acupuntura
La acupuntura es una práctica milenaria que se instaló en Occidente en los años setenta del siglo pasado. Pero, ¿tiene base científica?
UNA DE LAS terapias alternativas con más éxito es la acupuntura. Se basa en asumir que en el cuerpo existen una serie de canales por los que discurre una energía vital llamada qi (o chi), y que cualquier enfermedad se produce por un desequilibrio en ella. Un acupuntor puede restablecer el flujo de energía, y por tanto la salud, poniendo las agujas en puntos concretos. Se supone que la acupuntura es una ciencia milenaria, puesto que en un yacimiento mongol de hace 6.000 años se encontraron utensilios que sugerían su práctica. Incluso hay quien ha querido ver en los tatuajes de Ötzi, la momia que se halló en los Alpes, la indicación de puntos de esta práctica.
La realidad de la acupuntura es algo más prosaica. Es complicado pensar que hace 6.000 años había tecnología para hacer agujas finas de metal como las empleadas en acupuntura. La primera referencia escrita sobre esta práctica figura en el Libro clásico de medicina interna del emperador amarillo, escrito en el año II antes de Cristo. En Europa, la primera referencia aparece en una obra del médico holandés Willem Ten Rhijne escrita en 1682. La primera publicación en una revista médica es un artículo de The Lancet en 1836, y en 1934 el cónsul francés en China trató de introducir esta técnica en Francia, pero sin éxito. La acupuntura no se instaló definitivamente en Occidente hasta los años setenta, a raíz de la visita oficial del entonces presidente de EE UU, Richard Nixon, a la China de Mao, en la que presenciaron una demostración a la que prestó gran cobertura la prensa estadounidense.
¿La acupuntura tiene base científica? Existen varios problemas. Para empezar, la energía no es algo abstracto, sino algo medible, y nunca se ha podido determinar a cuántos julios (unidad de medida de la energía) equivale el qi. Una breve mirada a la antropología cultural china le quita hierro y agujas a la base doctrinal de la acupuntura. En la mitología china se dice que la enfermedad es causada por demonios que entran en el cuerpo, y que pinchándolos se puede hacer que salgan. Los 12 meridianos equivaldrían a los 12 ríos de la China mitológica (14 dependiendo de las fuentes), y los 365 puntos de acupuntura, a los días del año. Luego tenemos un problema anatómico. Nadie ha encontrado los canales ni ha visto ninguna particularidad anatómica distintiva de los puntos de acupuntura. Solo el acupuntor sabe cuáles son, lo cual es un gran mérito si es capaz de localizar estos puntos en una persona obesa, en una flaca, en un niño o en una mujer adulta, que tienen constituciones físicas muy diferentes.
Esta práctica tiene un efecto superior al placebo. Es efectiva en dolores de espalda y algo menos en migrañas
Sin embargo, es cierto que, a diferencia de la mayoría de terapias alternativas, la acupuntura ha demostrado tener un efecto superior al placebo. Es efectiva en dolores localizados de espalda y algo menos en migrañas. Pero eso no valida su base doctrinal: los meridianos y el qi siguen sin encontrarse. Esos estudios determinaron que el efecto de las agujas era superior al efecto de engañar al paciente al decirle que le estaban pinchando. Sin embargo, cuando se le pinchaba de verdad, el efecto era el mismo si las agujas las ponía un acupuntor profesional o alguien al azar. La explicación sería que poner agujas hace que se despiste el sistema nervioso y se alivia la sensación de dolor. Eso es todo.
Por lo tanto, otras aplicaciones de la acupuntura más allá del dolor crónico y localizado, como dejar de fumar, adelgazar, tratar la ansiedad o similares, no tienen ninguna base científica demostrable. Entre estas supuestas aplicaciones llama especialmente la atención una que afirma que solo con acupuntura se pueden hacer intervenciones quirúrgicas sin necesidad de anestesia. Es curioso que una cultura que inventó los fumaderos de opio utilice agujas para anestesiar. La realidad es que en las diferentes demostraciones televisivas o presuntamente serias que se han hecho de esta técnica se ha demostrado que los pacientes habían sido previamente tratados con anestésicos (químicos) locales. Si se pudiera anestesiar a alguien con cuatro agujas en vez de con medicamentos caros, la ministra de Sanidad ya se habría preocupado de investigarlo por el dinero que podría ahorrarse.
Numerosas variantes
A la acupuntura, como a la mayoría de prácticas con escasa base científica, le han salido numerosas derivadas. Una es la moxibustión, que consiste en quemar artemisia cerca de los puntos de acupuntura. Otra derivada es la electroacupuntura, que consiste en hacer pasar una corriente eléctrica por las agujas. Obviamente, esto no puede ser un desarrollo milenario: su origen viene del médico francés Louis Berlioz, padre del famoso músico y contemporáneo de Mary Shelley, la creadora de Frankenstein, y que, como ella, estaba interesado en el galvanismo. También tenemos acupuntura con láser en vez de agujas, con los dedos y en la oreja. No será por falta de imaginación.
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