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Retrato

10 pistas para entender Senegal

Estabilidad política, unas elecciones a la vuelta de la esquina y recientes hallazgos de gas y petróleo. Estas son las claves para descifrar un país con fuertes vínculos con España

Una mujer con la bandera de Senegal en la reciente inauguración del puente Farafenni, que une el norte y el sur del país.
Una mujer con la bandera de Senegal en la reciente inauguración del puente Farafenni, que une el norte y el sur del país.Seyllou (AFP)
José Naranjo
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16 millones de habitantes, ni un solo golpe de Estado, crecimiento del 6% anual, un patrimonio único, un futuro por decidir con los nuevos hallazgos de gas y petróleo... Todo esto y mucho más es Senegal. Aquí van 10 claves para entender el contexto nacional del lugar elegido por el EL PAÍS para contar durante un año cómo es la vida en una ciudad africana: Saint Louis.

1. Estabilidad. Senegal es un pequeño país de 16 millones de habitantes situado en África occidental que se caracteriza por su estabilidad política. En un contexto regional de turbulencias, violencia terrorista o regímenes autoritarios, Senegal ha evolucionado sin sobresaltos de un régimen socialista de partido único a una democracia multipartidista que ha conocido ya dos alternancias pacíficas, en 2000 y 2012. Nunca ha sufrido un golpe de Estado, algo de lo que pocos países africanos pueden presumir, y tan solo se ha visto afectado por un conflicto armado de corte independentista en la región natural de Casamance, al sur del país. Sin embargo, en la actualidad existe un alto el fuego y conversaciones de paz y las hostilidades han prácticamente desaparecido.

2. Elecciones 2019. El próximo 24 de febrero los senegaleses están llamados a las urnas para elegir nuevo presidente. El máximo favorito es el actual jefe de Estado, Macky Sall, que aspira a un segundo mandato. Enfrente tendrá a cuatro aspirantes entre los que sobresale la figura emergente del diputado Ousmane Sonko, de 44 años, que ha logrado en poco tiempo conectar con los jóvenes de clase media y ciertas élites urbanas. Los que eran a priori los dos principales rivales del actual presidente, Khalifa Sall y Karim Wade, han quedado excluidos de la carrera presidencial por el Tribunal Constitucional, que ha invalidado sus candidaturas por estar condenados ambos por casos de corrupción y malversación de fondos públicos. Organismos internacionales y oposición han censurado lo que califican de “uso político de la Justicia”.

3. Crecimiento económico. Pese a ser un país en vías de desarrollo, desde el año 2012 Senegal vive un periodo de crecimiento económico con cifras superiores al 6% anual, por encima de la media mundial y en cabeza del pelotón africano. Detrás de esta bonanza se encuentran su estabilidad política y monetaria, con un tipo de cambio fijo respecto al euro que facilita los intercambios comerciales, y los esfuerzos de planificación estatal en sectores clave. En este sentido, el Plan Senegal Emergente diseñado por el actual Gobierno ha puesto el acento en la construcción de infraestructuras, la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, las energías renovables y la soberanía alimentaria mediante la modernización de la agricultura. La creación de zonas económicas especiales le va a permitir consolidar su condición de centro de distribución para toda la región. Entre los proyectos ya en marcha o en construcción destacan el polo de desarrollo de Diamnadio, dos nuevas terminales portuarias, el nuevo Aeropuerto, el Tren Expres Regional o la red de autopistas. La deuda pública crece pero no está desbocada gracias a la apuesta por las alianzas público-privadas, la inversión extranjera sobre todo de la UE, Marruecos, China o Turquía, y al sostén de grandes organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial o el Banco Africano de Desarrollo, entre otros.

4. Emigración. Las buenas cifras económicas de Senegal en los últimos años no pueden ocultar la realidad de que ocupa el puesto 164 de 189 en Índice de Desarrollo Humano y que, pese a haber mejorado, al menos cuatro de cada diez habitantes viven bajo el umbral de la pobreza. La emigración, sobre todo a otros países africanos, ha sido siempre la solución a los problemas de muchas familias pero también una aspiración legítima para pueblos y etnias en cuyo ADN cultural está el desplazamiento como búsqueda de recursos y nuevos horizontes. En los últimos años la emigración a Europa se ha incrementado de manera intensa y decenas de miles de senegaleses han protagonizado un éxodo hacia países como Francia, la exmetrópoli, Italia y España. Se calcula en unos 600.000 los senegaleses en el exterior. La salida de cayucos hacia Canarias entre 2005 y 2009 supuso una oportunidad que muchos trataron de aprovechar, pero también costó miles de vidas en el mar.

5. Vínculos con España. Senegal es uno de los países de África subsahariana con mayores vínculos con España y la emigración ha jugado un papel clave. Dentro del proceso de externalización del control fronterizo por parte de la Unión Europea, las fuerzas de seguridad españolas colaboran estrechamente y desde el propio territorio senegalés con las autoridades nacionales. Estas buenas relaciones se traducen también en que Senegal es país prioritario para la Cooperación Española, lo que ha supuesto la inversión de más de 50 millones de euros entre 2014 y 2017 en proyectos de desarrollo, sobre todo en Saint Louis y Casamance. El interés por la lengua española también va en aumento y se calcula que unos 200.000 jóvenes lo estudian. A partir del Aula que existe en Dakar desde 2009, está prevista la apertura de una sede del Instituto Cervantes este mismo año. Finalmente, atraída por la estabilidad, la bonanza económica y un marco de estabilidad bilateral, la presencia empresarial española está en plena expansión.

6. Gas y petróleo. El descubrimiento de importantes reservas de gas y petróleo en Senegal está generando unas enormes expectativas y además centra buena parte del debate político. El principal yacimiento, bautizado como Gran Tortuga, se encuentra en la plataforma costera entre Mauritania y Senegal y cuenta con 425.000 millones de metros cúbicos de gas que se empezarán a explotar, según los cálculos más optimistas, en un periodo de dos años. Las empresas concesionarias han sido Kosmos y British Petroleum. Hasta ahora el peso de los recursos mineros tenía un relativo poco peso en el PIB senegalés (fosfatos) aunque la industria extractiva del oro ha sufrido un boom en los últimos años, sobre todo en la región de Kedougou (sureste). Senegal ya cuenta con una refinería de petróleo pero todo apunta a que construirá una segunda en los próximos años.

7. Historia. Senegal tiene una fascinante historia precolonial. Primero bajo la influencia del Imperio de Ghana y luego formando parte del Imperio de Malí, distintos reinos convivieron en su suelo como los de Tekrur, Waalo, Kayor, Baol, Sine y Saloum. Muchos de ellos se unieron creando el Imperio Djolof, que conoció la llegada de los europeos. Portugueses, holandeses y británicos compitieron entre sí por asentarse en una zona privilegiada para el comercio de esclavos, pero fue finalmente Francia quien en el siglo XVII se instaló en las llamadas cuatro comunas, Gorée, Saint Louis, Dakar y Rufisque, base del estado senegalés moderno. Durante el siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con la extensión del poder francés a todo el territorio, surgieron prominentes figuras que se enfrentaron a la colonización como Alboury Ndiaye, Aline Sitoé Diatta o el líder religioso Cheikh Amadou Bamba. En 1960 obtuvo la independencia.

De tendencia sufí, los musulmanes senegaleses se dividen en hermandades o cofradías que hasta ahora han supuesto un importante dique de contención frente a la penetración de ideas radicales procedentes del exterior

8. Religión. Senegal es un país laico, según recoge la Constitución, pero el Islam es la religión dominante, pues lo practica más del 90% de la población. De tendencia sufí, los musulmanes senegaleses se dividen en hermandades o cofradías que hasta ahora han supuesto un importante dique de contención frente a la penetración de ideas radicales procedentes del exterior. Las más numerosas son la tidjiane, cuya capital es Tivaouane, y la mouride, fundada por Cheikh Amadou Bamba con epicentro en Touba. La religión está muy presente en la vida cotidiana y fiestas como la Tabaski o la Korité y los diferentes magal (encuentros) son acontecimientos de gran relevancia que prácticamente paralizan el país durante unos días. La convivencia interreligiosa es sana. La mayor parte de los cristianos se concentran en la zona de Joal, Sine Saloum y en Casamance, donde también está muy presente el animismo.

9. Desafíos. Entre los principales retos a los que debe hacer frente este país está el desempleo, en torno al 40% entre los más jóvenes que forman la mayor parte de la mano de obra activa. La falta de horizontes laborales y las dificultades para poner en marcha un negocio están entre las causas de la emigración. En algunas zonas del país, como Matam, Podor o Louga, la pobreza se alía con la sequía y en verano se producen tasas de malnutrición infantil superiores al umbral de alerta del 15%. La malnutrición crónica llega hasta el 30%. Mientras el sistema público de salud es de los mejores de la región, la educación está sumida en una grave crisis estructural: docentes mal pagados, aulas insuficientes o mal dotadas con superpoblación de alumnos y mal encaje de los ciclos superiores con el mercado laboral. La protección de la infancia es otro enorme desafío, unos 50.000 niños mendigan en las calles y muchos de ellos malviven en escuelas coránicas sin control. La gestión de residuos es otro reto, las bolsas de plástico están prohibidas pero inundan las calles y vertederos de las principales ciudades.

10. Patrimonio natural. No tiene el glamour mediático de las sabanas de Kenia y Tanzania ni la espectacularidad del Okavango o la selva del Congo, pero el patrimonio natural senegalés es de una importancia singular. Los parques nacionales de la Langue de Barbarie y sobre todo Djoujd, en el norte, son claves para las aves migratorias en sus rutas estacionales. Al sur de Dakar, el Delta del Sine Saloum es un espectáculo de manglares, médanos y aves como los cormoranes, los pelícanos y los flamencos. En el Niokolo Koba aún es posible contemplar antílopes, búfalos, facóqueros, leopardos, gacelas o cocodrilos. En el sur, la Baja Casamance ofrece la mezcla perfecta entre una cultura singular de ritos animistas y una frondosa vegetación salpicada de gigantescas ceibas y árboles de mangos. Finalmente, en la Reserva Natural de Dindefelo se pueden ver los últimos chimpancés salvajes del país.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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